The Walking Dead Serie - Novela Daryl Dixon (Norman Reedus) y tú

Capítulo 202: "Dar y recibir" - Maratón

Narra Daryl

Fui donde Aaron, no lo vi pero la cochera estaba abierta así que dejé la motocicleta ahí. Vacié mi mochila y las cosas que había encontrado, algunas herramientas que me servirían. Revisé la motocicleta, hice algunos ajustes y cuando iba a retirarme vi entre unos estantes una cajita. La tomé y la destapé, era la cajita de música que te había regalado y la que había rescatado del incendio y recordé que la había traído aquí para repararla. Decidí quedarme en el taller y repararla, la destapé y me di cuenta que tenía algo de tierra entre el mecanismo de funcionamiento, así que la limpié y cambié algunas tuercas. Le puse un poco de aceite a los pequeños engranajes y armé la cajita de nuevo.

La limpié por fuera, la dejé sobre la mesa y la destapé, la delicada melodía salió de la cajita y simplemente la contemplé, era hermosa. Recordé cuando te lo había dado, en el departamento en la ciudad, cuando nos quedamos los dos. Ese día tanto tú como yo nos habíamos dicho tantas cosas, pero también habíamos abierto nuestro corazón.

"...Tú también te ves muy bien..." recordé tus palabras "...Te ves diferente a como te conocí en el brindis de bienvenida..." y solo sonreí. Recordé que en el brindis de bienvenida me viste con una ardilla muerta en la mano pero ahora podía notar que me mirabas de otra forma.

"...Gracias por salvarme por segunda vez..." "...Lo haría mil veces..." "...Tú también me salvaste así que gracias..." "...No es nada... Somos un equipo, ¿no?..."  lo éramos, habíamos sido un equipo y lo seguiríamos siendo. Recordé cuando te vi en el marco de la ventana, si no te hubiera visto te habrías caído del cuarto piso, no me hubiera imaginado que podría haber pasado conmigo, no sabría que hubiera hecho, no lo sabría. Pero te vi, corrí hacia ti y te tomé de la cintura. Recordé cuando te tenía tan cerca, tus manos sobre mi pecho y mis manos en tu cintura tocando la suave piel de tu espalda, estabas nerviosa y sonreí, porque sabía que te ponía nerviosa.

Sabía que solo era cuestión de tiempo para que me recordaras y pudiéramos estar juntos, poco a poco y mientras permanezcamos juntos todo saldría bien. La cajita dejó de sonar, la cerré y decidí llevártela, quería que la tuvieras, quizá el verla y escuchar la música te ayudaría a recordar. Me levanté, apagué las luces y cerré la cochera, caminé hacia tu casa, pero me detuve en la mitad del camino, ya era tarde y quizá estabas dormida. Quizá podría dártela mañana, al regresar de reclutar, lo pensé mejor y decidí hacerlo mañana. Di media vuelta pero escuché tu voz...

- Rachel: ¿Daryl? (giré y te vi, estabas afuera de tu casa) Lo siento, ¿estás ocupado?

- Daryl: No.

- Rachel: ¿Podrías venir un segundo? Quiero decirte algo...

Caminé hacia tu casa, me hiciste una seña para entrar así que entré. Observé el lugar, todo estaba muy ordenado y limpio, vi que dejaste la puerta abierta y te acercaste a mí...

- Rachel: ¿Seguro que no estabas ocupado? No quiero...

- Daryl: No, dime...

- Rachel: Bueno, te llamé no para decirte algo sino para entregarte esto. (extendiste tu mano y me diste un pañuelo, lo observé y recordé que era mío) Es el pañuelo que me diste para limpiarme la sangre la otra vez, ¿te acuerdas? No quería devolvértelo todo sucio, así que lo lavé.

- Daryl: Gracias.

- Rachel: Además, adentro está envuelto la cadenita que se te cayó.

Me extrañé ante tus palabras, dejé la cajita sobre una pequeña mesa que estaba a mi lado y abrí el pañuelo y ahí estaba la cadenita que te había dado en el departamento, estaba limpia y brillaba. Con una mano toqué mi bolsillo, no sentía nada, en verdad se me había caído y no lo había notado, pero tú lo habías encontrado, justo tú...