Capítulo 149: "Noche bajo la lluvia"

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Mi cuerpo tembló ante las palabras de Daryl, me separé un poco de él para poder verle el rostro. Lo miré directamente a los ojos, sus pupilas estaban dilatas y respiraba aceleradamente, sonreí y lo besé tiernamente en la mejilla. Él tomó mis mejillas con la palma de sus manos y juntó sus labios con los míos, le correspondí el beso de manera dulce y tierna.

Sus besos luego recorrieron mi cuello, besándome muy despacio, como si estuviera saboreando cada milímetro de mi piel. No podía ver su rostro, solo sentía sus manos tocando mi cuerpo y su boca besando mi cuello, – Daryl... – le dije suplicándole, pero el placer que sentía me hizo soltar un pequeño gemido. Sentí el peso de su cuerpo contra el mío y como algo entre su entrepierna comenzaba a endurecerse, supe que se estaba conteniéndose y sabía que no podríamos resistir mucho tiempo solo con besos y caricias.

De pronto sus manos me hicieron sentir un placer que jamás creí que pudiera existir, me sentía en el paraíso. Comenzó a bajar mi pantalón lentamente y al deshacerse de este, sentí su manos tocar mi muslo desnudo, haciendo que mi piel se erice al momento. Sus manos fueron subiendo poco a poco desde mi cadera hasta mi abdomen llegando a posarse en medio de mis pechos, se detuvo como si quisiera sentir los latidos acelerados de mi corazón. Subió su mano y llegó hasta mi mandíbula. Puso sus dedos en mis labios, acariciándolos, luego como si quisiera volver a probar el sabor de mis labios, me besó con dulzura pero también con pasión. Lo envolví con una pierna, él gimió al sentir el contacto de mi cuerpo con el suyo.

Sentí que iba a desmayarme cuando la mano de Daryl tocó mi ropa interior, era como si mi cuerpo se rendía al deseo que sentía en ese momento. Sentí que sus manos me quitaron la última prenda que me quedaba, y luego escuché el sonido de la hebilla de su correa y como sus pantalones desaparecían al igual que toda su ropa. Estábamos desnudos, los dos y algo de temor me invadió y me hizo temblar.

Daryl al parecer lo notó y dejó de besarme, me miró, podía escuchar su respiración agitada, al igual que la mía y el sonido de la lluvia, – Es mi primera vez – le dije y una lágrima cayó por mi mejilla, estaba nerviosa porque sabía que Daryl tenía más experiencia en esas cosas y quizá no lo disfrutaría, pero todo eso se derrumbó cuando él habló – También la mía – me dijo y sonrió. Me sorprendí y quizá él lo notó porque continuó hablando, – A pesar de la vida que llevé, no era la clase de tipo que se acostaba con la primera mujer que veía... Eso era cosa de Merle... Y como te dije, siempre esperé que algo bueno llegara a mi vida y llegaste tú, e hiciste que te amara y deseara de una forma increíble e inexplicable –. Sonreí al escuchar eso, me sentía la mujer más feliz de mi vida, besé a Daryl en los labios y él me correspondió, lo que sentía en ese momento no podía describirlo.

Sentí como los dedos de Daryl recorrían mi espalda, la línea de mi columna subiendo y bajando hasta llegar a mi muslo. Besé el lóbulo de su oreja, lo besé en el cuello bajando por su clavícula y mordiéndole la piel, él gimió, – Te deseo tanto – le dije y basto esas palabras para que volviéramos a besarnos y tocarnos más intensamente.

Sus labios recorrieron mi rostro, mi cuello, bajando a mis pechos llegando hasta mi estómago, deteniéndose y deleitándose con mi piel. Subió lentamente y me lamió los pezones erizados, luego succionó mi cuello, podía sentir como nuestras partes desnudas se rozaban aumentando el calor entre nosotros. Ambos gemíamos sintiendo la fricción de la piel y la urgencia por hacer el amor.

Sentí como me separó las piernas con una mano y se colocó sobre mí. Me miró fijamente, podía escuchar su respiración agitada, le toqué el cabello y lo hice a un lado para ver su rostro, le sonreí y me besó. Daryl bajó a mi cuello, siguió besándome y poco a poco sentí como introducía su miembro duro, erecto y grande en mí, despacio, muy despacio. Sentí un dolor y gemí aferrándome a él, a su espalda, pero poco a poco ese dolor desapareció y una ola de sensaciones invadió mi cuerpo.

Tocó mi muslo atrayéndome más hacia él, luego sentí su mano subir poco a poco, pasando por mis caderas, cintura y llegando hacia mi pecho. Comencé a besarlo despacio, besos húmedos y profundos. Escuchaba a Daryl gemir al notar que el calor aumentaba en nuestros cuerpos. No podía creer que esto estaba pasando, no podía creer que Daryl estaba aquí conmigo, besándome una y otra vez, acariciándome el cuerpo con sus manos. Simplemente no podía pensar.

Sus gemidos aumentaron a medida que sus movimientos se hicieron más rápidos y mi corazón se aceleró, escuchar a Daryl gemir era demasiado erótico. Lo abracé muy fuerte, Daryl se apoyaba con sus manos sobre las sabanas mientras se movía.

Sentí que ambos estábamos llegando al final, no podía contener los gemidos y Daryl se movía más rápido. Lo abracé más fuerte con mis piernas, tocaba su espalda con una mano y con la otra me aferraba a la sábana. Sentí una de sus manos subir por mi cintura, recorrer mi brazo y llegar a mi mano, con la cual me aferraba a la sábana, me solté, tomé su mano y la entrelazamos, en esos momentos éramos un solo cuerpo y un solo corazón.

Con un gemido ahogado Daryl se corrió en mi interior, llenándome por dentro, dándome las últimas embestidas profundas. Me aferré a su espalda, buscando el calor de su piel, buscando la ternura de sus abrazos y gritando por el placer que sentía en ese momento. Cerré los ojos mientras dejé que mi cuerpo floté entre sus brazos. Apreté su mano y sentí que él hizo lo mismo.

Esa sensación que jamás había sentido invadió todo mi cuerpo. El clímax había llegado hasta el punto más alto, me aferré a él y lo sentí temblar. Su cabeza estaba sobre mi pecho, podía sentir como respiraba agitadamente, sin poder moverse. Nos quedamos inmóviles, sudando, uno sobre el otro y la calma reinó en la habitación. Solo escuchaba como seguía lloviendo y nuestras respiraciones aceleradas. La temperatura de nuestros cuerpos disminuyó y sentí una brisa fría de la noche que acariciaba mi piel desnuda, seguro por alguna ventana abierta.

Daryl levantó el rostro, respiraba con gran dificultad y el sudor recorría su frente. Nuestras manos seguían entrelazadas, me solté de él y le acaricié el rostro con mis dos manos, lo besé en la frente. Daryl sonrió y salió de mí, el contacto me hizo temblar, se puso a un lado y lo abracé, nos cubrimos con las sábanas y me acurruqué en su pecho, él me abrazó. – Te amo Daryl – le dije, lo miré, él sonrió, – Y yo te amo más – me dijo y me besó. Me abracé más a él y nos quedamos profundamente dormidos.

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♥ ♥ ♥ No tengo palabras, quizá ustedes sí, ¡Comenten! :D

Mil gracias por todo y nos vemos mañana viernes. ♥


The Walking Dead Serie - Novela Daryl Dixon (Norman Reedus) y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora