Mucho más que una nueva vida (2)

38 4 0
                                    


Reno Cauldfield (19) no soportaba un minuto más en la mesa en compañía de su padre.

— ¿Qué pasa? —Le preguntó Ian (42)— ¿Vas a seguir enojado conmigo?

Reno se mordía las uñas.

— Hijo. ¿Estás bien?

— No, padre. No estoy bien.

— ¿Y por qué no estás bien?

— ¡Dijiste que no iba a tener clases contigo! ¡Me estafaste! ¡Sabes que yo soy un maldito inadaptado y que tu presencia como profesor no me va a ayudar en nada!

— No es mi culpa, hijo. No es mi culpa que mi antecesor haya renunciado de un día para otro a su puesto de encargado de habilidades literaruas tipo aire ¿Que tiene de malo que te haga clases yo?

— Es poco ético. Mis compañeros van a creer que obtendré más puntos solo porque mi padre es mi profesor. Van a terminar odiandome ¿No te parece injusto?

— ¿Que es lo que debería parecerme injusto?

— La situación pues. ¡Debí haberme quedado en California con mamá en vez de venir aquí!

— Hijo. Tu talento es enorme y eso es evidente. No voy a necesitar ayudarte de forma personalizada para que ganes puntos.

— No seas mentiroso, padre. ¡Tú no me encuentras talentoso! Una vez te oí leyéndole uno de mis escritos a una de tus mujeres. ¡Hasta hoy no me puedo sacar esas risas de la cabeza!

— Por supuesto que nos dio risa. Nunca en mi vida había leído historias tan originales de hombres lobo, y eso que tú sabes que por mi rol de editor he tenido la obligación de leer varias, pese a que no me gusta esa clase de literatura.

La risa de ella aún retumba en la cabeza de Reno, quien en ese momento odiaba más que nunca la risa de su padre.

Tras servirse un nuevo vaso de zumo de naranja, Ian Cauldfield no pudo dejar de soltar una risa que llevaba reprimida hacia un buen rato.

— ¿De qué te ríes ahora?

Pese a la pregunta de su hijo Ian siguió riéndose. A Reno le daba rabia su risa en ese momento.

— Para colmo esto es ridículo —Agregó Reno, quien se sentía humillado al máximo — ¿Por qué te vistes así?

— ¿Vestirme así como?

— ¿Así tan juvenil? Tienes tus años ya y me da vergüenza que parezcas un integrante de los Arctic Monkeys.

— No seas amargado, Reno —Respondió Ian, sin dejar de reírse.

— ¿Amargado yo o ridículo tú? Soy tu hijo, no una de tus fans.

— Eso tiene su mérito. 

Reno abandonó definitivamente la mesa y se encerró con llave en la habitación, tras creer que su padre se burlaba de él en vez de intentar ayudarlo, puesto que no podía dejar de oír aquellas risas en su cabeza.

También se sintió bastante estúpido por no haber querido quedarse en California. 

_________________________

— ¡Arriba Fanny! —Gritó Lana (21)

A Fanny Silverstein (20) le costó bastante espabilar.

— ¿Que hora es, Lana?

— Son las 7: 30 y tenemos que salir de aquí a las 8 ¡Levántate! A las 8: 15 tenemos que estar en la academia.

— ¡Yo no alcanzo a estar lista en media hora! —Dijo Fanny.

Publicidad EngañosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora