El poder del fuego (19)

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Jack Adams se sentía muy feliz ahí, bebiéndose por tercera vez un café cortado al igual que Kate Miller y Tom Mc Carty.

Habían estado bastante rato hablando y riéndose de trivialidades hasta que Tom Mc Carty sacó el tema.

— Ray Pérez y Hans Wörns. Compartir equipo con ellos es literalmente trabajar con uno menos.

— Los entiendo, chicos, los entiendo. Si bien Enzo Ferratti tiene muy buena voluntad, cuando trabajo en equipos siento que lo hago solo porque nadie se compromete, nadie se esfuerza en nada ¡No entiendo cómo es que estos compañeros de clase están ahí!

— Deberías trabajar con nosotros —Dijo de pronto Kate Miller—. O sea, para el Grand Slam deberías formar equipo con Tom y Conmigo. Las cosas se van a poder sí o sí más complicadas y necesitamos sí o sí un buen equipo si es que pretendemos ganar.

— Apoyo la noción —Dijo Tom Mc Carty— Y Enzo Ferratti ¿Que tal?

— Es un poco disperso y a veces me da la impresión de que no entiende nada. De todos modos tiene muy buena voluntad.

— ¿Y Danny Van Bossen? —Preguntó Kate Miller— ¿Qué tal es?

— Un ausente prácticamente —Dijo Jack— ¡Jamás he logrado localizarlo un día que no sea de clases!

— Nosotros tres y alguien más para el Grand Slam —Dijo Tom—. Espero que sepamos ser selectivos y maduros y que nos enfoquemos en la competencia ¡Nada de amistades aquí!

— Completamente de acuerdo —Dijo Kate Miller.

— Aún quedan dos torneos individuales —Dijo Jack Adams—. Quizá sea esa la instancia que necesitamos para elegir bien.

Jack Adams se puso de pie para ir al baño de aquella cafetería. Luego le hizo una seña al mesero con el fin de pagar la cuenta sin que sus compañeros se dieran cuenta.

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Javier Busquets había decidido que lo mejor que podía hacerse era llevar a María José Juárez hasta su casa considerando que Jessica Cordoba no estaba en condiciones como para hacerse responsable, tomando en cuenta además de que él tenía personas a su servicio. Además de aquello había decidido llamar a una enfermera para que la velara durante la noche, pese a que el doctor había dicho que no era necesario.

María José Juárez se encontraba recientemente descansando tras darles las gracias infinitamente por haberle salvado la vida, pero que ella en esas instancias consideraba que estaba siendo inevitable y que por eso había intentado suicidarse pero que por nada en el mundo lo había querido hacer. Mientras Javier terminaba de hacer los trámites con la policía, ella le explicaba más o menos lo que había ocurrido a Mak Savicevic, quien le dijo que cualquier cosa contara con él.

Miró la hora, descubrió que era temprano y consideró que tal vez aún estaba a tiempo de ir hasta el departamento de Mak Savicevic, puesto que genuinamente lo había pasado demasiado bien con él.

En eso Javier Busquets regresó de donde estaba.

— Todo listo —Le dijo—. Ese imbécil va a estar en prisión preventiva hasta que María José se sienta en condiciones de presentar cargos ¡Puedo conseguir un muy buen abogado para que ese maltratador de mujeres se seque en la cárcel! ¡Me apestan esos tipos!

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