Citas y competencia (7)

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Cuando sentía que ya no daba más por culpa de la incertidumbre y por la desesperación que le proporcionaba aquella competencia la cual si ganaba quedaba número uno en el ranking, al fin sonó aquella llamada que tanto había estado esperando durante aquel día que se le estaba haciendo eterno.

— Buenas noches Mak —Le dijo en tono de broma, mientras terminaba de preparar la salsa— ¿Cómo estás?

— No muy bien, la verdad.

— ¿Pasó algo?

— La verdad es que sí y no sé muy bien cómo abordarlo —Verbalizó Mak Savicevic al otro lado de la línea.

Hubo un silencio bastante incómodo y no le gustaba para nada aquel tono de voz. Sentía que algo peligraba y comenzó a sentir escalofríos. Realmente era una cuestión muy difícil de interpretar.

— Tengo que viajar urgentemente a Manchester —Dijo Mak, casi con voz de derrotado y al mismo tiempo preocupado de emplear la menor cantidad de tiempo posible en soltar aquella frase.

— ¿Alguna emergencia familiar? —Preguntó Kate, esperando sinceramente que aquel asunto no fuese algo realmente tan grave.

— Más o menos.

— ¿Cómo así más o menos?

— Ha llegado el momento de consolidación de mi banda de rock, tal vez. Con mi grupo llevamos años esperando que pase algo como esto. Mi agente está programando una gira y tal vez tengamos que viajar a Europa central por un par de semanas.

— ¿Y vas a viajar hoy?

— Así es.

Kate Miller no daba crédito a lo que oía. Si bien estaba al tanto de que su compañero de academia tenía una banda de rock, no creyó que aquel asunto podía llegar a ser algo tan en serio.

De todos modos no lo culpaba. Creía firmemente que el talento de su compañero no tenía límites.

— ¿Eso quiere decir que tal vez renuncies a la academia?

— Es lo que menos quiero. Solo espero que el asunto no sea tan incompatible.

— ¿Vas a perderte torneos entonces?

— Es lo más probable.

— ¿Cero posibilidades de que estés en Castlebar el lunes entonces?

— Así es, creo.

De pronto toda aquella energía se transformó en rabia.

— ¿Y no pudiste avisarme antes, así como para que me asignarán otra dupla?

— Lo siento, Kate. Esto ocurrió de un día para otro y no tenía como preveerlo.

— ¿Por eso ayer estabas tan raro entonces?

— Es lo más probable.

Se lamentó enormemente. Por una parte no quería reaccionar mal, sin embargo eran sus intereses los que se veían en peligro.

En ese entonces sintió como una especie de odio.

— Muy bien, Mak —Dijo, intentando adoptar algo de dignidad en su voz—. Creo que no hay nada más que hablar. Pensé que eras distinto ¿Sabías?

— Lo siento, Kate.

— ¡Pudiste habermelo dicho ayer! ¡Estoy muy decepcionada de tí, Mak! ¡Pensé que podíamos ganar ese torneo! ¡Fui una estúpida al ilusionarme!

Kate Miller decidió colgar. Mak Savicevic insistió un par de llamadas más pero ya no se podía hacer nada, puesto que la suerte ya estaba sentenciada.

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