A vencer o morir (8)

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Hans bailaba con la chica que era la pareja de aquel agradable tipo que no conocía mientras su amigo se lo follaba en el sofá tras haber estado toda la tarde de fiesta desde el día anterior.

Estaba seriamente pensando en abandonar lo que estaba haciendo para ir a mirar desde más cerca con la clara intención de que lo invitaran a participar y casi estaba en eso, puesto que el desconocido que estaba siendo penetrado se estaba acomodando lo suficiente como para que le chuparan la verga, tomando en cuenta que Hans lo observaba con violento deseo.

En eso sonó el timbre.

— Ojalá sea un chico heterosexual —Dijo la chica, riéndose.

A Hans Wörns no le quedó más remedio que interrumpir sus intenciones con profundo desgano, tomando en cuenta que había estado demasiado cerca de cumplir su objetivo.

Tal vez era su vecina quien una vez más iba a ir a reclamarle por el volumen de la música y tenía unos irresistibles deseos de mandarla a la mierda, puesto que pagaba demasiado por vivir ahí.

Grande fue su sorpresa al ver ahí a Tom Mc Carty y su primer impulso fue salir inmediatamente al pasillo.

— ¿Que haces aquí? —Le preguntó, casi empujándolo.

A Mc Carty le impactó profundamente el modo de reaccionar ante su presencia.

— ¿Qué pasa? —Le preguntó Tom, impresionado de verlo en esas condiciones— ¿No dijiste que estabas ansioso por invitarme a tu departamento?

— ¡No de esa forma! —Le dijo Hans, haciendo un sonido con su nariz— ¡Tienes que avisarme primero! ¿Qué haces aquí?

A Tom le partió el corazón aquella escena. Había pasado todo aquel día e incluso gran parte de la tarde anterior probándose atuendos, todo con el fin de darles una sorpresa.

— Mejor me voy —Dijo Tom, dándose la media vuelta.

Estaba a punto de ponerse a llorar cuando Hans reaccionó.

— Perdóname Tom —Le dijo—. Pasa que tengo visitas y, bueno...

— Entiendo —Le respondió Mc Carty, encontrando de pronto su dignidad— No te preocupes por mí. En todo caso quería verte por lo del torneo de mañana.

— ¿Cuál torneo? ¿El individual o el grupal?

— El grupal pues, Hans ¿Crees que vendría yo aquí a molestarte por el torneo individual?

— Por supuesto que no —Le dijo Hans, quien de pronto cambió su actitud.

Intentó abrazarlo pero Tom se resistió inmediatamente.

— Lo siento —Le dijo Mc Carty— Estás hediondo a alcohol.

— ¿Podemos hablar al menos?

— No puedo hablar contigo ahora ¡Necesito que mañana llegues temprano! No sé si recuerdas pero mañana hay torneo.

Acto seguido Tom se devolvió al ascensor y Hans lo siguió.

— ¡Tom! ¡Escúchame! —Comenzó a gritarle.

Decidió que era mejor colocarse los audífonos e intentar olvidar que había llegado a parar allí.

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Estaba concentradísimo en lo suyo, dándole y dándole con ella en la cama, a cuatro patas. Ver sus bragas a la altura de sus rodillas le excitaba aún más y Ray Pérez seguía firme en lo suyo, mientras Angie Ireland gemía de un modo cuyo volumen era bastante probable que estuviese interrumpiendo la siesta de sus vecinos de cuarto.

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