Solo es un juego (1)

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Ahí estaban, algunos minutos antes de comenzar la clase, tal cual como habían logrado acordarlo tras la ligera borrachera que adquirieron en aquello que más tarde denominaron como el día cero, considerando todo lo que se iba a venir desde ahí en adelante a partir desde esa misma mañana.

Lo habían pasado bastante bien despues y excepto Reno Cauldfield se habían emborrachado algo más de la cuenta, con el fin de comenzar a tomarse muy en serio la competencia desde el lunes en adelante.

Se habían reunido en el parque que estaba al costado de la academia y Mak Savicevic fué el último en llegar, tras terminar un artículo que tenía bastante atrasado a primera hora de la mañana, puesto que en las condiciones en las cuales llegó prácticamente no había podido hacer nada.

— ¿Cómo estás, Bosnio transgresor? —Lo saludó Rob Irwin, sosteniendo un cigarro con los dientes.

— Bien —Dijo Mak, bostezando, saludando con un apretón de manos a Hakan Mastourí y a Reno Cauldfield—. Siento que no descansé nada. Hakan —Dijo, pretendiendo organizarse lo antes posible— ¿Podrás irte a almorzar a mi casa a la salida de clases?

— Pensaba ir a ver el cuarto que me ofreció Rob ¿Podrá ser despues de eso, hermanito?

De pronto se miraron los cuatro.

— En fin —Dijo Rob Irwin—. Yo creo que acá, todos, tenemos una conversación pendiente con el gordo y eso lo vemos en privado. Gordo, ayer llegué borracho a casa así es que voy a hablar con mi madre hoy. Cuenta con eso, gordo querido. Si hoy decidimos llegar a esta hora es por otras razones.

— Entonces si voy —Le dijo Hakan Mastouri a Mak Savicevic, con una sonrisa.

Mak miró el cielo, así como pensando en que recién en ese entonces comenzaba una nueva etapa en la vida en la academia, la competencia y en su trabajo y en Irlanda, todo en ese orden pero sin orden a la vez.

— ¡Hay que ganar el Gran Slam —Dijo Rob Irwin al lado de Reno Cauldfield, quien descubrió que su compañero aún tenía el hálito de la cerveza de la tarde/noche anterior.

— ¡Hay que ganarlo! —Lo secundó Hakan Mastourí — ¡Los quiero tanto, hermanitos míos!

Acto seguido Rob Irwin extendió los brazos y los demás se acercaron. Teniendo un grupo como respaldo, la competencia lo motivaba mucho más. Dijo:

— De quienes estamos aquí, el gordo es el único que no tiene puntos ¡Hay que conseguirlos por el ahora ya y hay que ganar ese maldito Grand Slam! —Arengó, con voz de capitán de equipo de fútbol.

— Solo espero que Mak haya perdido la angustia por perderse el primer torneo de habilidades literarias tipo agua —Consideró Hakan Mastouri, en parte riéndose de la gravedad de su compañero.

En estricto rigor Savicevic aún no lo superaba.

— Muy bien — Continuó Rob— ¡Vengan todos por ese abrazo en equipo! ¡Vamos a ser el mejor equipo de esta competencia!

Hakan Mastouri fue el primero y los secundaron Mak Savicevic y Reno Cauldfield, quien miró la hora tras aquellos segundos de abrazo colectivo y golpecitos en la espalda.

— Estamos cinco minutos atrasados —Dijo Reno.

— Da igual —Dijo Rob—. Seguro que nos vamos a desayunar con la misma ausencia de siempre.

— Aún así vamos —Dijo Mak, intentando concentrarse con la idea de que tenía que ir a clases si o sí tras un fin de semana como aquel—. Me hubiese encantado ver si nos podríamos encontrar con Martín West.

— Supéralo, hermanito —Le dijo Hakan—. Ya no puedes hacer nada por arreglar la situación y si ganamos el Gran Slam los sacamos a todos.

— Tienes razón —Dijo Mak Savicevic, mirando el suelo.

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