El poder de la edicion (7)

0 0 0
                                    

Las duplas habían tenido que salir afuera a trabajar y el asunto consistía en un relato de mil palabras ¿El tema a trabajar? El campus, había que describirlo desde una perspectiva profundamente emocional.

Mak Savicevic consideró que era casi un pésimo ejercicio y ahí estaba, en soledad en la cafetería, tras haber escrito todo lo que sentía casi sin parar. Luego había editado con la velocidad que le confería el hecho de estar escribiendo casi todo el tiempo y pósteriormente había enviado el trabajo al correo electrónico proporcionado por su profesor ¿Resultado tras todo aquello? Casi una hora de libertad, ya que había terminado demasiado pronto.

Estaba a punto de pedirse otro café con el fin de hacer tiempo y no ir a molestar demasiado pronto a Rob Irwin y a Reno Cauldfield cuando de pronto sintió una presencia muy cerca suyo.

— Hola —Le dijo Kate Miller, sonriendole con casi extrema simpatía— ¿Como vas?

Mak Savicevic levanto la mirada y le hizo un gesto que ella interpretó como que su compañero no quería hablar.

— Disculpa —Le dijo ella—. Parece que te estoy interrumpiendo.

— No pasa nada —Dijo Mak, intentando sonreír—. Ya terminé mi trabajo y al parecer me estoy arrepintiendo de haberlo enviado demasiado pronto.

Kate Miller le dedicó nuevamente una amable sonrisa y se sentó frente a él, con una motricidad que a Mak Savicevic le pareció demasiado perfecta.

— No sé por qué, pero yo sabía que te ibas a ofrecer a ser solo cuando el profesor dijo que esa persona lo tenía que pensar muy bien.

— ¿Por qué? —Preguntó Mak— ¿Acaso piensas que soy muy arrogante?

— Diría que no, pero igual pienso que tú seguridad en ti mismo es como un poco diabólica en ese sentido.

— ¿Por qué tan así? Preguntó Mak, riéndose.

— Pues porque no sé. A veces se me imagina que no eres de este mundo.

Mak Savicevic estaba a punto de entregarse a aquella charla y responder aquello desde un punto de vista mas personal cuando desde lejos veía que se acercaban Enzo Ferratti y Danny Van Bossen, quienes no dudaron en instalarse ahí, en aquella butaca que el había escogido.

— ¿Que pasa? —Preguntó Danny Van Bossen, sentándose al lado de Kate—. Te estuvimos esperando anoche.

— Me avisaron muy tarde pues. Yo no tengo tanto tiempo libre como la gente cree.

Enzo Ferratti miraba fijo a Mak Savicevic tras sentarse al lado de él y con aquella maniobra dejarlo a un rincón de aquellas butacas, quien hacía como que no se daba cuenta, pero al mismo tiempo estaba podrido por dentro. Luego Enzo comenzó a reírse, casi burlescamente.

— ¿De qué te ríes? —Le preguntó Kate.

— De este tipo —Dijo, apuntando a Mak, tirando una de las orejas de su gorra—. Cree que tiene demasiados cojones como para haber aceptado el reto de trabajar solo ¿No te parece?

Danny Van Bossen tomó su celular, mientras Mak Savicevic se ponía de pie.

— Permiso —Dijo, pasando abruptamente casi por encima de Enzo y proporcionándole un suave codazo casi a propósito.

— ¿Dónde vas? —Le preguntó Kate.

— Lo siento mucho —Dijo Mak, sonriendo irónicamente—. No me gusta hablar con perdedores.

Acto seguido se alejó, y cuando Enzo estaba a punto de comenzar a hablar pestes de su compañero apareció Tom Mc Carty, radiante y feliz y apurado al mismo tiempo.

Publicidad EngañosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora