El poder del fuego (2)

1 1 0
                                    

Tras calcular positivamente que Jessica Cordoba estaba cada vez más cerca de Mak Savicevic, Javier Busquets decidió que era hora de cambiar el foco. Con esas curvas enfrente cada vez que el la vea tarde o temprano el winner va a caer, pensó, mientras hacía guardia hacia la entrada de la academia, ya que estaba esperando a alguien con el fin de iniciarse en aquellos primeros pasos que planeaba dar.

Solo que pensaba que tal vez se había enamorado de Jessica, cuestión que pretendía que lo tuviese sin cuidado la menor cantidad de tiempo posible. Por lo menos contaba con el no despreciable consuelo de ya haberse aburrido de follar tan reiterativamente con ella, pese a que la necesitaba en muchos otros sentidos.

Respecto al follar y esas cosas también sentía que tenía poder, por lo que consideró que era hora de utilizarlo y, si bien no tenía grandes problemas de autoestima, le estorbaba un poco aquella sensación de que era ella quien lo estaba dejando y no él precisamente.

Tenía un plan tal vez. Sea como sea, si no servía para una cosa iba a servir para otra porque el apetito sexual en general no lo había perdido.

Necesitaba más, algo más.

El apetito sexual lo había perdido con Jessica Córdoba y simplemente era eso.

En eso por fin ve pasar a Angie Ireland, quien caminaba apurada.

— Hola —Le dijo, con su mejor sonrisa.

— ¡Hola! —Le respondió ella, con ojos de signo de interrogación.

— ¿Tienes un minuto?

Trato de mirarla como el solía mirar a las chicas cuyo blanco eran esa boca o esa retaguardia y ella pareció aflojar en esa actitud, ya que se quedó ahí, de pie, sin dar un paso más.

— ¿Te gustaría ganar una muy buena cantidad de dinero? —Le preguntó, casi con voz de que le estaba haciendo una broma.

— Por supuesto que sí —Respondió ella con una sonrisa, así como siguiéndole el juego— ¿A quien no?

— ¿Te interesaría tener una charla conmigo ahora para así poder obtener ese dinero? —Le preguntó.

La notaba cada vez más entregada pero había algo que resolver al mismo tiempo, no sabía muy bien qué.

— ¿No puede ser mejor a la salida de clases? —Le preguntó ella. Me imagino que para hablar de estas cosas deberíamos estar en un lugar más cómodo ¿No?

— Es una muy buena cantidad de dinero —Insistió Javier—. Necesito que la respuesta me la des lo antes posible.

— Es que de verdad no puedo —Respondió Angie—. He perdido demasiadas clases durante el último tiempo y si no llego ahora mi equipo y la profesora me van a matar.

En ese momento Javier Busquets extrajo su talonario de cheques de su cartera y puso las cifras en el acto con un lápiz que sacó del bolsillo.

— ¡Auch! —Exclamó Angie Ireland, conservando la tranquilidad pese a que la cantidad de ceros no daba precisamente para aquello—. Con esta cantidad me alcanza para irme de la casa de mis padres y tengo como para pagar el alquiler de un año o algo así. Dime ahora ¿Qué es lo que tengo que hacer? ¿Quieres que te consiga compradores de droga o algo así?

Javier quiso fingir una carcajada que no le salió muy bien. A cambio de eso recibió una receptividad más precisa por parte de Angie Ireland, quien cruzó los brazos al mismo tiempo que él, segundos antes de hacerle aquella propuesta.

— La verdad es que no.

— ¿Entonces de qué se trataría?

A Javier Busquets se le ocurrió una especie de nueva estrategia en el momento mismo. Estaba seguro de que Angie Ireland iba a aceptar sí o sí aquel trato.

Publicidad EngañosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora