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El poder de la edicion (1)

Top ten ranking general de la academia de escritores, primer año.

1- Catalina Marchessi.. 800

2- Mak Savicevic........... 750

3- Lena Smith................ 675

4- Constanza Müller..... 675

5- Tom Mc Carty............. 600

6- Kate Miller................. 500

7- Ray Pérez................... 500

8- Camila Suárez........... 475

9- J.M Rodríguez............ 475

10- Reno Cauldfield....... 375

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Tras haber madrugado y luego haber tomado el primer vuelo a Bratislava, Caks se encontraba afuera de las oficinas Alternative new music. Lo iba a recibir el mismísimo Jeremy Mc Manaman tras hacerle un imprevisto llamado, quien luego de haberse jubilado de la policía inteligente había decidido dedicarse por completo a la industria musical.

Había nevado toda la mañana y a eso Caks lo hacía tener un humor de perros, puesto que le costaba bastante tolerar aquel frío que consideraba poco menos que extremo. Solo el hecho de mirarle las piernas a la secretaria de su ex camarada lo distraía un tanto de aquella situación, puesto que ni siquiera la abundante cantidad de café caliente que le habían ofrecido lograba mitigar su especie de letargo.

— ¡Caks! —Le dijo Jeremy en cuanto lo vió, quien venía saliendo de una reunión con cierto importante empresario de la música local— ¡Tanto tiempo! ¡Ven a darme un abrazo, cabrón!

Tras aquel saludo de vieja camaradería Caks al fin lograba ponerse a tono con la gestión, al menos lo que respectaba a su alma y su cuerpo, puesto que por su cabeza pasaban muchas cosas.

— ¿Qué estás haciendo aquí? —Preguntó su camarada— ¿Alguna especie de montaje que te trae por estos lados? ¿O solo estás turisteando? ¿Alguien te estuvo hablando del comercio sexual que ofrece esta pobre ciudad de bajo perfil?

— Ni lo uno ni lo otro, amigo. Simplemente vengo a hablarte de negocios.

— ¿De negocios conmigo? ¿Que sucede realmente? ¿Acaso tienes una cantante por ahí a la cual yo le pueda sacar provecho?

— ¿Tienes una oficina o algo así? Esto que tengo que proponerte va muy en serio.

— ¿Para que ir a mi oficina si para hablar de negocios podemos ir a un lugar mucho mejor?

Caks siguió a Jeremy, quien a su vez se dirigió al estacionamiento. Hablaban de los viejos tiempos, cuando Caks era un novato y Jeremy su maestro. Se subieron al coche y partieron por ahí, recorriendo algunos barrios bajos de la ciudad camino al lugar que había propuesto su anfitrión. Más que por el frío y por otra parte, el humor de Caks de había alterado por culpa del llamado de su madre la noche anterior, quien le había ordenado enfaticamente que hiciera algo por la carrera de Mak, utilizando al máximo sus influencias y el poder que le confería el hecho de pertenecer a la mafia más importante del mundo; la policía inteligente internacional.

— Aquí es, camarada —Le dijo Jeremy, apuntando a una mansión que parecía haber sido sacada de hace un buen par de siglos atrás.

— ¿Y que hay aquí? —Preguntó Caks, con una expresiva sonrisa y mirando una especie de azotea de la mansión, dónde habia una ventana redonda.

— Ya te vas a enterar, viejo amigo. Solo puedo decirte que este es el mejor lugar de Eslovaquia.

Ingresaron al inmueble y ahí los recibió una chica, quien saludó efusivamente a Jeremy.