Tras pasar la noche prácticamente en vela, Mak Savicevic sentía que hacía mucho tiempo que un día domingo no tenía aquel sabor típico de la jornada, considerando la sensación que le proporcionaba la resaca y las últimas experiencias vividas, cuestiones a las cuales les prestaba religiosa atención, considerando que para él eran parte de su trabajo de escritor.
En parte percibía que por fin la última mala experiencia de Manchester iba desapareciendo o desvaneciéndose al menos. Sentía una especie de energía poderosa, cuyo origen le era algo inexplicable, pese a las evidencias que había.
Una vez que llegó a casa tras emborracharse toda la tarde con Rob Irwin intentó hacer lo posible por concentrarse en su trabajo pero no lo logró, por más que haya consumido una gran cantidad de tazas de café cuyo efecto que le proporcionó fue solo la imperiosa necesidad de ir al baño cada cierto periodo de tiempo.
Lo que recuerda desde ahí en adelante son solo eventos más o menos borrosos. Sin saber cómo volvió a buscar la columna de opinión del tipo ese y una cosa lo llevó a la otra y se encontró con el rostro de Jessica Córdoba, quien era la flamante ex novia que expuso los cuernos de aquel hijo de empresarios. ¿Del vídeo? Ni rastro. Seguramente había sido el quien le mostró Javier.
A eso de la madrugada intentó beber vino con el fin de hacer sueño. Craso error. No tenía idea de dónde venía aquel sentimiento, pero le dió por buscar a Jessica Córdoba en redes sociales. Decidió seguirla y quedó prácticamente anonadado cuando pocos minutos después ella lo seguía de vuelta. Comenzaron lentamente así a aparecerle las cuentas de sus compañeros de academia y decidió seguirlos a todos, incluso las cuentas privadas. Le llamó enormemente la atención que el agoritmo le haya mostrado a todos sus compañeros, excepto a Javier Busquets.
Cuando estaba a punto de amanecer descubrió con sorpresa que había marcado el número de Jessica Córdoba en algún momento de la noche. Ella también lo había llamado de vuelta y entonces también recordó que en algún momento de la noche había querido comunicarse con ella, tal vez preguntarle detalles sobre cómo había vivido la experiencia de la filtración. Luego de aquello no había podido superar la vergüenza de haber hecho eso tras recordar que ella era el único perfil que había revisado puesto que se quedó pegado en sus fotos y había decidido intentar dormir.
Despertó a mediodía con dolor de cabeza y el sonido del teléfono. Recordó casi instantaneamente aquel incidente y tardó bastante en alcanzar el teléfono, pensando en cómo lidiar con la vergüenza que le proporcionaba el hecho de tener que enfrentarse a ese hecho al día siguiente.
Era Reno Cauldfield.
— Reno —Le respondió— ¿Que tal? ¿Que se teje?
— Buenas tardes, Mak. Te llamaba para saber si hay noticias.
— ¿Noticias de qué?
— Noticias sobre nuestro compañero.
Recién ahí recordó que no se había contactado con el de vuelta tras haber podido por fin comunicarse con Hakan Mastourí.
— Se me olvidó avisarte —Dijo—. Hakan Mastouri se retira de la academia.
— ¿Cómo lo sabes?
— Rob habló con él y yo estaba ahí.
— Una lastima. ¿Que vamos a hacer entonces? West fue clarísimo con que los grupos tenían que ser de cuatro personas.
— Nos vamos a reunir con Mastourí hoy en la tarde después de almuerzo. Rob tiene un plan para convencerlo de que no renuncie a la academia.
— ¿Crees que eso ocurra?
— Por lo menos Rob está convencido de esforzarse al máximo por intentarlo.
— ¿Y sabes los motivos por los cuales va a renunciar?
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Publicidad Engañosa
Ficção AdolescenteMak Savicevic, un joven y prometedor escritor que además de odiosamente competitivo es independiente financieramente, decide matricularse en la academia de escritores con el fin de competir por el preciado trofeo nobel de literatura digital. Los pri...