Citas y competencia (2)

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Tras ser el último en abandonar la sala de clases, Tom mc Carty estaba más que tranquilo y feliz con el formato del torneo de habilidades literarias tipo fuego.

Lentamente iba tomándole el ritmo a la competencia e iba conociendo como operaba esta considerando el sistema para obtener puntos, tomando en cuenta que los torneos más que nada medían habilidades específicas del área única y estrictamente en el momento y decidió ir a instalarse en el acto en la terraza de la cafetería de la academia, puesto que Hans Wörns le había dicho que lo esperara allí, considerando que pretendía al menos estar virtualmente unos quince minutos con su equipo de la editorial de Hamburgo antes de que estos cerraran un contrato con una escritora que se suponía que era una especie de Ian Cauldfield versión mujer, que prometía bastante en el entorno de la literatura alemana y el objetivo de su dupla que al mismo tiempo era editor consistía en desligarse por completo del asunto para así poder dedicarse cien por ciento a él y al torneo.

De pronto Kate Miller lo divisó desde el césped y ella le hizo una seña y él no tuvo más remedio que acercarse.

— ¿Y tu dupla? —Le preguntó Tom.

Kate se encogió de hombros.

— Salió casi corriendo en cuanto la profesora nos dijo que salieramos —Explicó, mirando hacia todas partes—. Me había enviado un mensaje antes, de que lo esperara un rato. No entendí lo que quiso decir.

— ¿Y por eso estás acá?

— No lo sé.

— ¿Y quién te tocó?

— No me ha dicho nada mi dupla al respecto, pero lo más probable es que esa persona no quiera que nada de esto se sepa.

En eso Kate Miller notó que su amigo Tom estaba bastante más nervioso que ella, tal vez producto de los mismos motivos. Intentaba con todas sus fuerzas concentrarse en el asunto de la competencia, ya que realmente era eso lo que valía realmente.

— ¿Que pasa amigo? —Le preguntó, notando que Tom no estaba con el mismo ánimo de siempre.

— Hans. Tú sabes. Me da la impresión de que Hans cree que esto es una cita. Yo aún estoy un poco sentido con él.

— Yo no le veo nada de malo porque lo que pasó ya pasó y se nota bastante que Hans quiere mejorar en sus intenciones contigo ¿Acaso no te gusta el plan?

— No es eso, Kate, no es eso. Ocurre que tú sabes que yo nunca he estado con nadie y eso me da un poco de miedo. A veces me da la impresión de que Hans quiere las cosas más rápido.

— Tienes que vencer ese miedo, Tom. Eso ya lo sabes y Hans no puede ser indiferente a eso.

De pronto Kate recordó que también quería hablarle algunas cosas con respecto a su dupla (Con Mc Carty no tenía secretos) y tras divisar que Hans le hacía una seña a Tom decidió ponerse de pie y acompañarlo hasta dónde su amigo.

— ¿Y tú? —Le preguntó Hans a Kate— ¿No se supone que deberías estar ayudando a tu dupla a masacrarnos en esta competencia?

— No me hables así —Le dijo Kate, riéndose—. En estos momentos no me cuesta nada quitarte a Tom.

— Antes de que me quites a Tom debo hacerte una pregunta —Dijo Hans.

Tom se reía, puesto que una de sus felicidades máximas del último tiempo era captar que tanto su pretendiente como su mejor amiga se llevaban bien de una forma natural y eso lo tranquilizaba bastante.

— ¿Estás segura de que van a ganar? Estás clara de que si pierdes, vas a ser el hazmerreír de todos.

Kate le pegó de mentira a Hans, quien tomó del brazo a Tom.

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