Solo es un juego (2)

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Javier Busquets se paseaba en soledad por las extensiones del campus casi sin rumbo fijo. En parte quería evitar a Jessica y por otro lado insistía pensar en la idea de si sería correcto o no vengarse de Enzo Ferratti, considerando que Sonia le había pedido que cuidara mucho a su hijo.

Pensando en esto y en aquello sonó su celular. Era Mika y de no haber sido ella quien lo llamaba jamás hubiese contestado el teléfono, puesto que necesitaba estar solo para intentar cuadrar los hechos.

— Karla, exquisita, preciosa —Dijo Javier— ¿Cómo estás?

— Muy bien —Respondió Mika—. En estos momentos estoy en el aeropuerto internacional de Londres —Agregó— ¿Me irás a recoger cuando llegue allí a Dublín?

— Prefiero que tomes un taxi porque en estos momentos estoy en clases —Contestó Javier, pensando en que por ningún motivo quería que ella se topara con Mak, por lo menos no antes de reunirse con él.

— Muy bien —Dijo ella, con una voz que a él le pareció mucho más entusiasta de lo normal— ¡Van a ser las mejores 48 horas de tu vida! ¡Adiós!

Ojalá lo fueran, pensó Javier, mientras se daba la media vuelta casi por instinto. Ahí estaba Jessica Córdoba, así como esperándolo.

— ¿Con quién hablabas? —Le preguntó.

— ¿Por qué me preguntas eso?

— Nunca se responde con otra pregunta.

— Eso lo dices tú —Sentenció Javier.

Jessica Córdoba había estado prácticamente toda la noche sin dormir. Después de aquella inesperada visita, sentía que muchas cosas estaban como cambiando para siempre.

— En fin —Le dijo ella—. Necesito hablar contigo.

— Ahora no puedo —Respondió Javier, pensando en qué en esos momentos tenía otros asuntos algo más importantes de atender.

— Es sobre tu propuesta. Creo que ya entendí el motivo por el cual no me pediste ser tu novia y hay algunas preguntas que me gustaría hacerte antes de aceptar.

Acto seguido Javier miró el suelo. El tampoco entendía por qué no le había pedido aquello. En parte sí, pero eso no era ningún impedimento como para no haberse arriesgado, mal que mal tal vez ahí también podría casi pedirle esa clase de favores que pensaba pedirle.

— ¿Puedes estar hoy en la noche en mi casa?

— ¿A qué hora más o menos? —Le preguntó Jessica, juntando las piernas.

— Tipo diez de la noche.

— Muy bien. Allí estaré ¿Algo en especial?

— Ven lo más relajada que puedas. Espero que seas de lo más puntual.

Tras sentir que se excitaba muchísimo con la seriedad de Javier luego de haber recibido una buena cantidad de dinero de manos de él, Jessica Córdoba dejó pasar a su compañero, de quien notaba que estaba atravesando por algún momento más o menos importante. Intuía que había un misterio muy interesante que giraba en torno a su persona y tomó la decisión de hacer los  máximos esfuerzos posibles por averiguarlo.

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La profesora le había dicho que no siempre ganaba el mejor, pero que su relato de sus primeras semanas en la academia había sido simplemente eso, el mejor de todos.

No obstante, Tom Mc Carty estaba feliz con su medalla de plata y también estaba feliz por el bronce de Kate, quien se había quedado pensando en las palabras que la profesora le había dicho a su compañero.

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