El poder del agua (14)

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María José se había quedado un buen rato más conversando con ellas y, tras al fin haberse ido a casa de Tom nuevamente una vez que este la acompañó a ver la habitación de Lena Smith, Constanza Müller al fin respiraba tranquila, puesto que no le parecía bien que su amiga pagase por algo que no iba a estar ocupando.

— ¿No te parece mal para mí que esta chica se venga a vivir con nosotras? —Le preguntó Fanny Silverstein— ¿No te parece que vas a estar hablando demasiado español ahora?

Constanza Müller se reía prácticamente sola producto de que se haya solucionado tan bien el asunto. Sentia que de mañana en adelante iba a tener una nueva oportunidad para vivir en paz.

— Hablaremos en un idioma donde las tres nos podamos comunicar bien —Dijo Constanza—. Ese no es el punto.

— Maldito ingles idioma universal —Dijo Fanny—. Sentí la entrada, debe ser Lena.

En eso Constanza Müller fue y volvió a la cocina a calentar más agua.

— ¿Cómo les fue chicas? —Les les preguntó Lena inmediatamente.

— Muy bien —Dijo Constanza— ¡Vas a obtener sí o sí tu dinero de vuelta!

— ¿Cómo así?

— Después te explicamos —Le dijo Fanny, mirándose las uñas— ¿De dónde vienes?

— ¡Oh sí! —Sonrió Constanza— ¿De dónde vienes?

Tras ver el rostro de Lena Smith, tanto a Constanza como a Fanny les dio la impresión de que su amiga les escondía algo.

— Vengo de por ahí —Respondió Lena, confirmando aquella impresión— ¿Que me cuentan?

— ¿Con quién andabas? —Preguntó Fanny Silverstein, con un tono de voz absolutamente categórico.

Constanza Müller puso una cara de risa y Lena Smith se ruborizó aún más.

— Con un amigo —Dijo de pronto—. Y pues suficiente, creo que tengo derecho a privacidad.

— ¿Cuando te mudas? —Preguntó Constanza.

— Tal vez mañana en la tarde para que María José pueda venirse luego. Mi novio ya me entregó las llaves del lugar y se supone que vendría el fin de semana a instalarse.

— ¿Entonces quieres aprovechar el lugar antes de que llegue tu novio? A tu amigo me refiero, por supuesto.

En eso Constanza Müller soltó una sonora carcajada, mientras Lena Smith intentaba golpear a Fanny, así como jugando. De pronto se abrazaron.

— Las voy a extrañar muchísimo, amigas —Dijo Lena Smith—.

— Me parece genial todo ahora que está más o menos resuelto —Dijo Constanza Múller—. Espero de todo corazón que tú y tu novio sean muy felices viviendo juntos.

— Así va a ser, amiga —Le respondió Lena, apoyando su cabeza en su hombro— ¿Les parece si vemos una película y encargamos pizza? Creo que deberíamos pasar juntas esta última noche ¿Están listas para mañana?

— Lo terminé anoche —Dijo Constanza.

— Yo tengo que terminarlo —Dijo Fanny—. Creo que estamos casi listas.

— Entonces voy a pedir la pizza mientras tanto. Pensemos en qué película ver.

Constanza no daba crédito a la tranquilidad que sentía producto de haber hecho la gestión que había hecho tomando en cuenta que en ese preciso instante María José Juárez le confirmaba definitivamente que sí, que efectivamente aceptaba el trato y que pretendía quedarse con Tom Mc Carty hasta el fin de semana por lo menos y aquello le daba tiempo para organizar nuevamente la casa con ayuda de Fanny.

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Tom Mc Carty veía la televisión en compañía de María José mientras bebían té y en eso sonó su teléfono. No era nada más y nada menos que Kate Miller.

— ¿Cómo estás Tom? —Le preguntó Kate, con ironía— ¿Ya me cambiaste definitivamente por ella?

— No hables estupideces, negra, por Dios –Le respondió—. Es Kate —Le susurró a María José, poniéndose de pie y yendo inmediatamente a su habitación.

Una vez que cerró la puerta comenzó a hablar más con ella.

— ¿Cómo estás? –Le preguntó Tom— ¿Has logrado escribir algo?

— La verdad es que no. Estaba viviendo otro tipo de experiencias.

— ¿A qué tipo de experiencias te refieres?

Hubo un silencio bastante provocador.

— Creo que estoy conociendo a un chico —Dijo de pronto Kate Miller—. Y bueno, tu sabes que esas cosas me inspiran ¿Cómo van las cosas con María José?

— Aquí está esa pobre niña y aquí estamos, subiendole el ánimo. Debe ser bastante difícil resistir lo que le pasó.

— Te creo.

— ¿Llegas temprano mañana a clases? Para que me cuentes más sobre el chico que estás conociendo.

— Por supuesto que sí.

— Te veo mañana entonces.

Acto seguido Tom colgó y sobre la misma tenía un mensaje de Hans Wörns, quien le decía que le avisara en cuanto a cualquier cosa que necesitara con respecto a María José Juarez.

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— ¡Tú plan es maravillosamente diabólico! —Exclamó Caks.

— Solo es cosa de convencer a tu madre para que así sean las cosas —Dijo Javier.

— ¡Y así va a ser! ¿La llamo tú o la llamo yo?

— Prefiero que la llames tú. Así, cualquier cosa que ocurra, es preferible que no se entere de que estoy detrás.

— ¡Tú plan es tan perfecto que es prácticamente imposible que se de cuenta de que lo diseñaste tú.

Javier Busquets seguía dándole a la cerveza, pensando en que aquello tal vez era la solución a todos sus problemas. Tal vez hacer su vida en otra parte era la mejor opción.

— Muy bien —Dijo Caks— ¿Te parece si comenzamos la otra semana con el plan?

— Me parece excelente —Dijo Javier—. Hay que escoger muy bien a esa chica. Algo pasó, pero creo que me di cuenta de que es lo que necesita el winner.

Acto seguido, Caks se levantó a responder su teléfono, que a esas horas no paraba de sonar. Eran llamadas de varias partes del mundo y Javier Busquets lo sabía muy bien, y en eso volvió a pensar en Jessica Córdoba quien, según lo que él estaba seguro, hubiese funcionado muy bien en la institución como para ese tipo de trabajo.

En eso Caks regresó y le extendió su teléfono a Javier. Era nada más y nada menos que Sonia.

— Javo —Dijo— ¡Creo que al fin se les encendió la ampolleta! ¿Para cuando planeas que viaje a Castlebar?

— La próxima semana, tal vez –Respondió, recordando que previamente se había encargado de adquirir el departamento vecino de Mak Savicevic— ¿Estas preparada para viajar?

— Por supuesto que sí ¿Podré contar contigo y con tu casa esa primera noche en Castlebar? Así me das las lecciones, me las das todas juntas, de una puta y buena vez.

Observó que Caks se sentía horriblemente incómodo por escuchar a su madre delante de él y decidió actuar con cautela, puesto que en esa pasada su objetivo consistía en entregar la cabeza de Mak Savicevic.




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