El poder del aire (3)

1 1 0
                                    

No sabía muy bien que hacer Mak Savicevic con Reno Cauldfield y lamentaba bastante aquella situación de tener que ir caminando con el a esas horas. Para colmo ningún taxi se detenía a esas horas.

— ¡Reno! —Exclamó— ¡Despierta, compadre!

En eso Reno Cauldfield pareció despertar lo suficiente como para hacer un esfuerzo de caminar sin apoyo. Aquello no duró mucho tiempo, puesto que no tardó en sentarse en una banca de un parque.

— ¿Que pasa? —Le preguntó.

Casi sin darse cuenta como aquello realmente ocurrió, Reno Cauldfield se echó a llorar. Aquello puso como en una especie de alerta a Mak.

— ¿Que pasa? —Le pregunto.

— ¡Me siento demasiado solo! —Exclamó de pronto— ¡Siento que acá no tengo vida!

Reno seguía llorando casi débilmente y Mak Savicevic se sentó al lado de él, como con el afán de solidarizar. De todos modos no sabía como consolarlo.

– ¿Por qué te sientes solo? –Le preguntó— ¿Acaso no estás con tu padre?

— Nunca antes había vivido con él, excepto cuando era muy pequeño. Siempre viví con mi madre y siento que no pertenezco a ningún lugar.

Con una extraña melancolía a esas horas que de cierta forma sentía que calzaba con lo que ocurría, Mak Savicevic decidió abrir sus pensamientos.

— Comprendo perfectamente esa sensación de no pertenecer a ningún lugar —Dijo Mak.

Acto seguido dejó de caer un par de lágrimas, casi involuntariamente. Tenia en común con Reno el hecho de que el también sentía que no pertenecía a ninguna parte. Sin embargo, a diferencia de el él no tenía familia prácticamente.

Vio que Reno prácticamente dejaba de llorar y eso lo hizo pensar.

— ¿Estas mejor?

— La verdad es que no. No quiero que mi padre me vea llegar así a casa.

— ¿Va a estar despierto?

— Me ha estado llamando. El no acostumbra que llegue a estas horas a casa.

— ¿Y por qué no lo llamas para avisarle que estás llegando?

— No lo sé, la verdad. Todo el mundo dice que mi padre es genial, pero yo no le tengo mucha confianza.

— ¿Te diría algo si te ve muy borracho?

— No tengo ni la menor idea, la verdad.

— ¿Te parece si vamos a un veinticuatro horas a beber un café? Desde ahí pedimos un taxi que pase primero por tu casa y después por la mía ¿Te parece?

— Muy buena idea —Respondió Reno.

Acto seguido se incorporaron y a Mak Savicevic le daba la impresión de que Reno Cauldfield ya no estaba tan borracho.

______________________________

Por órdenes de Sonia, Javier Busquets tuvo que instalar en la planta baja a Lerna, quien lo miraba así como con indiferencia.

— ¿Todo bien? —Le preguntó.

— Tengo algunas dudas —Dijo ella.

— ¿Qué tipo de dudas?

Lerna se estiró en la cama de un modo que Javier Busquets no supo cómo interpretar, puesto que aquella pose definitivamente lo mataba por dentro.

— ¿Quien va a ser mi jefe en esta misión? ¿Va a ser Caks o vas a ser tú?

Publicidad EngañosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora