No había ni mucho ni poco movimiento para ser día viernes y más allá de que era su negocio propio, Lena Smith sentía que estaba perdiendo el tiempo.
Por un lado el asunto del Grand Slam, cuestión en la cual perdía cada vez más motivación por culpa de que en su equipo sobraba gente poco competitiva y por otra parte necesitaba distraerse, tener vida. Tenía muchas ganas de que fueran las diez para irse prontamente a casa.
— Lena —Le decía su camarera—. Dos machiattos.
Con una velocidad y concentración increíbles, aunque estuviese pensando en otra cosa, Lena Smith entregaba el pedido en menos de un minuto.
En eso ve a Jack Adams y a Enzo Ferratti hacer ingreso al restaurant. Le dio mucha risa darse cuenta de que miraban distraídamente a todas partes. Fue la camarera quien les ofreció mesa y al ver que quedaron solos acudió inmediatamente.
— Hola Lena —Le dijo Jack Adams, poniéndose de pie y besandola en la mejilla.
— Hola chicos ¿Que hacen acá?
— Queríamos un café ¿Nos puedes recomendar alguno?
— Obviamente. Yo misma se los preparo.
En ese momento se acercaba la camarera a tomarles el pedido.
— Dana —Dijo Lena Smith—. Yo los atiendo. Son colegas escritores.
— Hola Dana —Dijo Enzo Ferratti—. Linda tú.
— Disculpalo —Dijo Jack Adams, pegándole suavemente en la cabeza a Enzo Ferratti—. Es un poco especial.
— ¡Lena! —Gritó otro camarero— ¡Caja!
— Vengo luego, compañeros.
Jack Adams y Enzo Ferratti miraron el listado de cafés. En realidad no eran muy entendidos en la materia. Jack Adams recordó que cuando salía con su ex novia a ese tipo de lugares era ella quien pedía por él y le dio algo de nostalgia trasladar su mente a esos momentos.
— Hace tiempo que no venía a una cafetería.
— Es muy caro —Dijo Enzo Ferratti.
Vieron que se acercaba Lena Smith, bastante risueña.
— ¿Les preparo un café irlandés?
— ¿Qué es eso? —Preguntó Enzo Ferratti.
— Café, leche, crema, chocolate y un poco de whisky. Es exquisito y mi jefe dice que soy la mejor preparándolos.
— Dale —Dijo Jack Adams—. Parece que lo probé una vez.
— ¿Dónde? —Preguntó Lena Smith.
— En el aeropuerto de Londres.
— El mío es mucho mejor ¡Ya vas a ver!
Lena Smith se alejó, con una actitud que según Jack Adams era bastante distinta a la que mostraba en la academia. En su lugar de trabajo la hallaba mucho más, por así decirlo, distendida. Enzo Ferratti miraba alrededor, bastante impresionado por el ambiente.
— Hay mujeres preciosas aquí, hermanito —Le dijo a su compañero– ¡Son muy lindas las chicas acá!
— Muestrame las demás piezas gráficas mientras tanto —Dijo Jack Adams— ¡No perdamos más tiempo!
Cuando Enzo Ferratti por fin lograba abrir los archivos en photoshop que se quedaban pegados, Lena Smith hacía ingreso con los irlandeses. Tras ver que estaba todo en orden tomó asiento con ellos.
— ¿Y qué hacen por estos lugares? —Les preguntó.
— Una larga historia —Respondió Jack Adams.
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Publicidad Engañosa
Teen FictionMak Savicevic, un joven y prometedor escritor que además de odiosamente competitivo es independiente financieramente, decide matricularse en la academia de escritores con el fin de competir por el preciado trofeo nobel de literatura digital. Los pri...