Espíritus competitivos (2)

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— ¿Por qué no fuiste a la fiesta hermano? —Preguntaba Ray Pérez—. Dijiste que ibas a ir. Te estuvimos esperando.

— Tuve que viajar a Marsella aprovechando que no hubo clases —Dijo Hakan Mastourí— Mi madre está enferma. ¿Y tu fuiste? — Le preguntó Hakan a Jean Manuelle.

— Tuve sexo con una linda chica de allá de la Argentina hasta altas horas de la madrugada en una preciosa noche treboliana. Si no me la hubiese chupado tan bien de seguro que alcanzaba el taxi para llegar a tiempo a la fiesta.

Camila Suarez no pudo evitar reírse en voz alta, puesto que pensó que con Jean Manuelle era definitivamente la primera y la última vez, ya que además de que no le había gustado que lo contara así tan rápido ella era uruguaya y no argentina.

Mientras la mayoría comentaba los pormenores de la fiesta de bienvenida, Mak Savicevic terminaba de rellenar un artículo sobre el comportamiento de las focas en celo y aún le faltaban palabras para alcanzar la cifra requerida de palabras por quien lo contrató. Un tanto feliz de haber ido a tocar con ellos cerca de Maine Road sin encarar a su primo (Mika no se dejó ver tras haber anunciado su viaje como una notable gestión de apoyo hacia el proyecto musical de su primo Mc Guigan), se le ocurrió guardar su artículo de las focas en celo en el momento  justo que el profesor Ian Cauldfield hacía ingreso a la sala.

— ¡Buenos días, jóvenes! —Dijo, repleto de energía.

Muchxs lo miraron con sorpresa.

— ¿Y usted, profesor? ¿Qué hace acá? —Le preguntó Kate Miller— Esperábamos a Samantha Rhoades.

— Samantha tuvo un inconveniente por esta semana, así es que todas las horas de habilidades literarias tipo tierra van a quedar para la próxima semana, al igual que las del licenciado West porque está en cuarentena allá en Nigeria. Mañana tambien van a estar conmigo por muchas horas.

Tras quedar bastante aliviado al presenciar que aquello de la ausencia de Samantha Rhoades no le llamó la atención a nadie (Ya iba a hablar con ella al respecto), Cauldfield limpió la pizarra y anotó los siguientes nombres: Green Day, Oasis, Radiohead, Nirvana, Pearl Jam y The Strokes.

— Rápido, chicos y chicas. Señora Lena Smith ¿Cuál es su banda favorita de las que están anotadas en la pizarra?

— The Strokes, profesor.

— Muy bien —Respondió Ian Cauldfield, anotando su nombre debajo del de la banda— Mak Savicevic, supongo que la suya es Oasis.

— Afirmativo, profesor— Respondió, recordando que el concierto en las cercanías de Maine Road había estado buenísimo.

— Angie Ireland, la suya, por favor.

— Ninguna.

— No se sientan obligados —Arremetió el profesor— Quien no sabe o no le gustan pasen de largo. Eso sí les recomiendo que elijan. Tom mc Carty, por favor.

— Pearl Jam, profesor.

— Javier. ¡Rápido, hombre!

— Estoy depre hoy, profesor. Anóteme con Radiohead.

— ¿Sí? ¿Y por qué tiene depresión?

— La vida misma, profesor. Los iluminatis, el cambio climático.

— Ya, ya. ¡Está bien! Usted ¡Rápido!

— No lo sé, profesor —Respondió Sara.

— Mister Danny van Vossen.

— Paso.

— Jack Adams.

— Nirvana, profesor, por supuesto.

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