Citas y competencia (6)

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Tras haber dormido de lo más bien tras haber logrado comunicarse con Mak Savicevic, Kate Miller logró levantarse de la cama con muchísima más energía de lo habitual, pese a ser un fin de semana que normalmente debería ser destinado a descansar.

Una vez que desayunó puso algo de orden en la cocina y en eso tomó su celular. Le había escrito Tom Mc Carty.

— Negra —Le dijo— ¿Cómo estás?

Le respondió en el acto, en cuanto leyó aquellas líneas.

— Algo nerviosa —Escribió—. Se supone que Mak va a venir a mi casa y voy a estar sola ¿Que crees que debería ponerme para recibirlo?

Vio que tras escribirle inmediatamente a su amigo este aparecía automáticamente en línea. El también le contestó en el acto.

— Es competencia, no son citas —Le escribió su amigo, con unos emojis que mostraban la lengua—. ¿Que vas a hacer antes de almuerzo?

— Pensaba ir a una tienda donde venden productos importados de comida italiana —Escribió, mirando la hora y considerando que aún estaba muy a tiempo— ¿Por qué me preguntas?

— Pues porque Hans me invitó a almorzar a su departamento y estoy demasiado nervioso ¡Necesito un abrazo tuyo amiga, para poder calmar mi ansiedad! Sé que no es una cita, pero tú sabes que entre Hans y yo pasan cosas.

Tal vez yo también necesito un abrazo para calmar mi ansiedad, pensó Kate Miller, recordando que aún no se decidía a qué receta elaborar de las tantas que había estudiado. Solo sabía que, según la obra, se podía deducir que la comida favorita de Mak Savicevic era la italiana.

— ¿Te parece si me acompañas hasta ahí? Podrías pasar a buscarme en bicicleta mientras yo termino aquí.

— ¿Te queda mucho por terminar?

— La verdad es que no. De hecho, pensaba casi ir saliendo.

— ¿Pasas por fuera de la academia para ir hasta esa tienda?

— No precisamente, pero si podría intentarlo, ya que no me queda muy desviada del camino.

— ¿Te parece si nos juntamos dentro de diez minutos?

— Me parece excelente —Escribió Kate, mientras presionaba el botón de lavado rápido de su lavadora automática—. Te dejo, voy saliendo

Acto seguido salió de la sala de su casa y cerro con llave, para posteriormente dirigirse al garage con el fin de tomar su bicicleta. Pedaleó lentamente hasta llegar al parque que estaba a un costado de la academia y Tom ya estaba ahí.

— ¿Te parece si nos fumamos un cigarrillo antes de hacer todo? —Le preguntó Tom, tras saludarla con un cariñoso beso en la mejilla.

— ¿No crees que es muy temprano para fumar? —Preguntó Kate, fingiendo un gesto de asco.

— La verdad es que sí pero el problema es que estoy demasiado ansioso.

— Bueno, eso es comprensible. Yo también estoy demasiado ansiosa.

— No me parece saludable que estés tan ansiosa.

— Podría decir exactamente lo mismo de tí, amigo querido.

Se sentaron en el pasto tras reirse de ellos mismos y Kate accedió porque consideró que aún le quedaba tiempo, tomando en cuenta que Mak Savicevic aún no le confirmaba la hora y eso generaba la probabilidad de que el asunto fuese cena o almuerzo.

— ¿Así es que cita con Mak Savicevic? Quien lo diría, negra.

— Yo no soy negra —Le respondió Kate, riéndose y dandole un suave golpe en el brazo—. Jamás he entendido por qué me dices así.

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