Espíritus competitivos (3)

7 1 0
                                    

Catalina Marchessi, Constanza Müller y Mak Savicevic fueron lxs últimxs en salir del salón de clases. Catalina le contestaba un audio en francés a alguien, mientras que Constanza iba a la espera de que alguien rompiera aquel silencio y Mak leía el brief una y otra vez. Fue él el primero en hablar.

- Chicas -Dijo-. Yo voy al baño ¿Me podrían esperar en la cafetería? Me demoro muy poco.

- ¿Estás bien? -Le preguntó Constanza.

- Sí -Respondió, con una sonrisa muy nerviosa- Es que tengo que ir al baño del tercero porque el del segundo lo están reparando.

- No hay problema -Dijo Constanza.

- Te esperamos -Dijo Catalina.

En realidad Mak Savicevic quería estar solo unos minutos. Quería pensar y se quedó con el brief. Le hacía gracia estar con chicas que a simple vista se veían buenas personas (Además de encontrarlas lindas) en su primer torneo de carácter oficial en su modalidad de grupos. Había quinientos puntos en juego y estaba nervioso y le costaba reconocerlo, puesto que una cosa era ser de una forma más o menos arrogante ante un grupo grande como lo eran los veinti y tantos dentro del curso y una cosa muy distinta era serlo ante un par de chicas que se veían muy simpáticas y que pertenecían a la categoría de niñas buenas. En parte no daba crédito a su suerte. Al mismo tiempo sentía la tentación de hablarles en español pero recordó que tal vez el asunto Mika lo hacía estar pensando o sintiendo estupideces. ¿Cuál era la solución ante eso demasiado pequeño como para ser un problema? Ganar. No es que fuese algo demasiado grande tampoco, pero el tambien sabía que un simple clavo sí o sí sumaba a la construcción general del ataúd completo. Había que ganar. No es que quisiera lucirse, pero había que no fallar. Aparte era Oasis. Además de oír todos sus trabajos, había visto todo lo referente a entrevistas y documentales y por si fuera poco había leído todo lo que encontró, hasta una biografía del hermano mayor, Paul Gallagher. No. Era prácticamente imposible perder.

Las chicas fumaban sentadas en la terraza.

- ¿Cómo te fue? - Le preguntó Constanza.

- Bien -Respondió bostezando- La verdad es que no fui a ninguna parte. ¿Quieren algo? ¿Un té? ¿Un café? ¿Un refresco?

- No, gracias -Dijo Catalina.

- Yo tampoco -Respondió Constanza.

- Bueno -Sentenció el-... Yo voy por un café. Les dejo el brief.

Mak Savicevic se alejó en dirección a su objetivo.

- Lo pasé muy bien en la fiesta -Dijo Catalina, en español.

- Yo me aburrí un montón. No me gustó el ambiente.

- ¿Que tenía de malo el ambiente? Son escritores al igual que nosotras.

- Ocurre que se nos acercaron demasiados chicos en muy poco tiempo.

- Estaban bien guapos los chicos. A mi no me molestó cuando lo hicieron.

- ¿Intentaron tener sexo contigo?

Catalina se puso las manos en la boca antes de responder afirmativamente con la cabeza.

- Debo admitir que hice lo posible -Agregó, riéndose.

- ¿Y cómo lo pasaste?

Vieron que Mak Savicevic regresaba y se quedaron en silencio.

- ¿Se les ocurre algo? -Preguntó.

- Nada aún -Dijo Constanza.

- Estábamos esperando que llegaras -Dijo Catalina- ¿Y a tí? ¿Se te ocurre algo?

Publicidad EngañosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora