Sin saber cómo habían ido a parar a un club de música latina y ahí tanto Constanza Müller como Fanny Silverstein se habían divertido de veras. Habían logrado botar prácticamente todo el alcohol que habían consumido y aquello, lejos de hacerlas retraerse, se habían distendido.
Steve y Anthony eran estudiantes de intercambio que habían llegado recientemente a Castlebar al igual que ellas.
— ¿Les parece si pasamos a comer una hamburguesa rancia antes de irnos a casa? —Propuso Steve.
— Tengo demasiada hambre —Dijo Fanny Silverstein—. Acepto.
Constanza Müller estaba de lo más feliz ahí, puesto que aquello le recordaba más o menos el estilo de vida que tenía en Nueva York. Estaba feliz porque eso era justo lo que necesitaba. En un rato más a dormir y esperar a que Lena Smith regresará desde Dublín para comenzar a trabajar.
Un auto los pasó a recoger y ahí estaban, charlando y riéndose. Habían llegado a un McDonald's y durante el camino Steve había pedido la orden, por lo que llegaron ahí inmediatamente a comer.
Los cuatro engullían con rapidez.
— Ahora sí —Dijo Fanny Silverstein— ¿Nos van a contar el maldito chiste por el cuál se reían al principio de la noche?
Anthony miró el suelo con melancolía y Steve le hizo un gesto.
— Acá estamos en intercambio —Explicó Steve—. Venimos desde la Universidad de Lisboa al Instituto tecnológico de Galway. La novia chilena de este sujeto no aceptó el intercambio y pues lo acaba de dejar.
— Pobrecito —Dijo Fanny Silverstein, acariciando el rostro de Anthony.
— ¿Ustedes son brasileños o son portugueses? —Preguntó Constanza Müller.
— Somos de Brasil —Respondió Anthony—. Allá nos ganamos una beca y en Portugal nos ganamos otra.
— ¿Y qué es lo que estudian? —Preguntó Fanny Silverstein.
— Estudiamos informática —Dijo Steve—. Nos dedicamos a la investigación de algoritmos.
— Opino que deberíamos ir a dejar a estas chicas a casa —Dijo Anthony—. Marcelo a estas alturas debe querer dormir.
— ¿Quien es Marcelo? —Preguntó Fanny.
— El chico que nos pasó a recoger al club latino y quién nos trajo hasta acá. El es estudiante al igual que nosotros y se gana la vida en esto.
— Vamos a casa —Insistió Anthony—. Hubo bastante química y no creo que sea está la última vez que nos veamos.
Constanza Müller y Fanny Silverstein se miraron como con sorpresa, puesto que a ambas les acomodaba bastante que el asunto fuese así, considerando que prácticamente vivían con miedo a salir creyendo que prácticamente cualquier chico lo único que siempre iba a buscar iba a ser el hecho de llevarlas a la cama lo antes y lo más fácil posible.
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Tras despertar pesadamente y demasiado temprano, Tom Mc Carty decidió poner las cosas en perspectiva y concluyó que estaba ahí por otras cosas más que por los vínculos humanos, por lo tanto desde ahí en adelante ya no le iba a tener que importar más la opinión del resto.
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Publicidad Engañosa
Teen FictionMak Savicevic, un joven y prometedor escritor que además de odiosamente competitivo es independiente financieramente, decide matricularse en la academia de escritores con el fin de competir por el preciado trofeo nobel de literatura digital. Los pri...