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El poder del fuego (16)

Trabajaban ahí, las tres juntas, sentadas prácticamente frente a frente hablando por videoconferencia con Ana Izmailova y María Jugovic. Se estaban saltando la hora de almuerzo y aquella circunstancia las tenía realmente mal genio  Lena Smith salió al patio a fumarse un cigarrillo y Constanza Müller la siguió hasta allí.

— ¿Que pasa? —Le preguntó Constanza— ¿Desde cuándo estás tan buena para fumar?

— Estoy harta —Respondió Lena, encendiendo apenas el cigarrillo.

— ¿De qué?

— Pues esto —Dijo, recién logrando expulsar el humo—. O sea, me parece perfecto trabajar la intensidad y la fuerza desde el punto de vista del romance digital y a teledistancia Pero... ¿No será mucho hacerlo en línea también?

— La verdad es que opino lo mismo, amiga. Y en serio que sí ¡Estoy demasiado molesta ya!

— El problema es que si las sacamos de nuestro grupo, vamos a tener que buscar gente.

— No es tanto que me moleste que las chicas estén en el grupo. Lo verdaderamente desagradable es que nunca quieran juntarse de manera presencial.

— Eso es lo que hay que hacer ¡Tenemos que juntarnos!

El hecho de que Constanza Müller repitiese prácticamente lo mismo que ella decía no le era muy útil a Lena Smith, quien en parte estaba harta de ser ella quien siempre tomara todas las decisiones. A partir de eso iba pensando en lo que iba a ser su destino, incluso en lo de irse a vivir con su novio. Pretendía empezar de cero o algo así, aunque sin abandonar a sus amigas, puesto que todo aquello lo analizaba más que nada desde una perspectiva académica.

— Entremos, amiga —Dijo de pronto Constanza—. No podemos dejar a Fanny sola.

Entraron e inmediatamente detrás de pantalla María Jugovic pidió la palabra.

— Esto está funcionando perfecto —Dijo ella—. Trabajando en teleconferencia y escribiendo romance digital. Estamos trabajando muy bien y la historia está hermosa ¿Qué opinan?

Lena Smith hizo un gesto que no pasó desapercibido ni para Constanza Müller ni para Fanny Silverstein.

— ¿Que pasa amiga? —Preguntó Fanny.

— Tengo que ir a vomitar —Respondió, desapareciendo casi de inmediato.

Camino al baño, Lena Smith creía que su mentira tenía algo de fundamento de todos modos, más aún al oír a María Jugovic hablar algo sobre el evangelio.

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Tras averiguar la dirección de Lana Ramsey, Javier Busquets se dirigió hasta allí casi lo antes posible tomando en cuenta que nunca había ido allí.

En estricto rigor, Lana Ramsey no vivía en Mayo. Vivía en Galway, casi en la frontera con Offaly, y aquello quedaba bastante retirado.

No había querido llamar por teléfono para anunciar su llegada ni nada de eso ¿Motivos? No lo sabía. En ciertas circunstancias se dejaba gobernar por su instinto, por muy absurdo que aquello le pareciera a veces.

No sabía bien a qué iba precisamente, pero durante la mañana le habían enviado aquel relato que describía la escena que había filmado con Angie Ireland, incluyendo el contexto incluso que traía consigo aquella actividad que había realizado.