Tras un corto rato en el cual Mak Savicevic no podía soltarse decidió ir hasta el sofá y tomar asiento.
Allí fue Lerna a sentarse con él.
— ¿No eres bueno bailando, verdad?
— La verdad es que no —Dijo Mak, encendiendo un cigarrillo.
Trad dar unas pocas caladas, Lerna se lo arrebató de las manos.
— ¿Y cómo lo haces cuando quieres cojer?
— Disculpa.
— ¡¿Como lo haces cuando tienes ganas de cojer?! —Gritó Lerna.
Mak Savicevic sintió un ardiente hormigueo por todo su ser. Sentia que estaba en una especie de excelente racha de buena suerte, creyendo que tal vez debería aprovechar aquel momento.
— La verdad es que tengo otros métodos —Respondió Mak, encendiendo otro cigarrillo.
Miraba la nada seriamente, sintiéndose observado. Posteriormente fue inevitable toparse con la sonrisa de Lerna.
— ¿Que pasa? —Le preguntó él.
— Tienes una mirada muy intensa —Le dijo ella— ¿Lo sabías?
Aún serio, Mak Savicevic pegó un buen trago de vodka directamente desde la botella. Luego fumaba así, en silencio, mientras Lerna buscaba algo en su cartera.
— ¿Quieres una? —Le preguntó ella, extendiendole una píldora verde.
— ¿Qué es? ¿Para qué sirve?
— Es para distenderse o desdoblarse. Puedes hacer lo que sea sin pudor a nada.
— ¿Quieres que pierda el pudor? —Le preguntó Mak.
Acto seguido volvió en sí y se sintió avergonzado. Tragó nuevamente un buen sorbo de vodka.
— Lo que es yo lo quiero perder absolutamente —Le respondió Lerna, tragándose una inmediatamente tras darle un buen trago a la botella— ¡Ven! ¡Bailemos! ¡Trágate esa pastilla! ¡Si lo haces bien tal vez tengas un poco de suerte!
Acto seguido, Lerna le subió el volumen a la música. Mak se quedó mirando la pastilla, reflexionando en las cosas que habían ocurrido hasta ese momento y recién en ese entonces recordó que al día siguiente comenzaría el último torneo oficial de la temporada, el de habilidades literarias tipo aire. Aquello le significaba una incógnita bajo todos los puntos de vista y estaba seguro de que ya no tenía que preocuparse de nada. La inestabilidad de Rob Irwin lo había hecho también plantearse la idea de que a ese ritmo iba a ser muy difícil adjudicarse el Grand Slam, tomando en cuenta que tal vez iba a tener que buscarse otro grupo.
En eso Lerna, quien bailaba sola a un ritmo que a Mak le parecía simplemente escalofriante, decidió bajarle el volumen a la música nuevamente y partió inmediatamente a sentarse al lado de él.
— ¿Qué pasa? —Le preguntó Lerna— ¿Estás triste aún por lo de tus amigos?
Mak Savicevic apoyó los codos en sus rodillas y posteriormente apoyó su cabeza en sus manos. Lerna lo tomó y apoyó su cabeza en el hombro.
— Es difícil estar solo en este mundo —Le dijo Lerna—. Mamá, desde que está en lo que está, me ha tenido un poco abandonada ¡Me dejó aquí, sin agua caliente para darme un baño! ¿Acaso no te das cuenta? ¡Estoy en una ciudad absolutamente desconocida y aquí estoy, sola!
— Por lo menos por esta noche nos tenemos aquí como compañía.
Acto seguido sus miradas se encontraron. Lerna sonreía con la mirada y Mak con la boca cerrada, quien en esos momentos sintió unos enormes deseos de expulsar algo de humo verde.
ESTÁS LEYENDO
Publicidad Engañosa
Teen FictionMak Savicevic, un joven y prometedor escritor que además de odiosamente competitivo es independiente financieramente, decide matricularse en la academia de escritores con el fin de competir por el preciado trofeo nobel de literatura digital. Los pri...