A vencer o morir (7)

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Mak había pasado a buscar a Reno en bicicleta al parque que estaba ubicado a un costado de la academia y juntos se fueron pedaleando hasta la taberna recomendada por Rob, quien ya estaba ahí instalado tras ser el mismo quien había cambiado a última hora aquel lugar de reunión por el que previamente habían acordado.

— ¡Tan rápido que llegas a los bares! —Dijo Mak, tras chocarle el puño.

Rob Irwin miró fijamente a Reno Cauldfield, quien quedó como pasmado ante tamaña intensidad. Luego se acercó a este y le propinó un sincero abrazo de borracho.

— ¡Te quiero, hermano! —Dijo Rob Irwin, cariñosamente — ¡Perdóname si alguna vez te juzgué estúpidamente!

Mak Savicevic calculó positivamente que Rob Irwin ya llevaba un buen rato ahí, puesto que aún mantenía abrazado a Reno, sin tomarse la molestia de averiguar si su compañero de academia se sentía incómodo o no.

— ¡Perdóname, hermano! —Repitió Rob.

Puesto que no estaba acostumbrado a recibir ese tipo de demostraciones de afecto, Reno Cauldfield se emocionó un tanto. En parte no tenía palabras, pero al mismo tiempo necesitaba expresar lo que sentía y correspondió aquello con unas sinceras palmadas en la espalda. Luego miró la risa un tanto irónica de Mak y eso lo hizo volver a la realidad y decidió correrse. Rob Irwin tomó asiento también.

— Hermanos míos no estoy borracho —Dijo riendo, tras matar de un solo sorbo lo que le quedaba de un vaso de cerveza.

Acto seguido, Rob Irwin hizo un gesto y un mesero le llevó inmediatamente cuatro cervezas más.

— ¡Ahí viene Hakan! —Dijo Mak, tras agradecerle al mesero a través de un gesto con el pulgar.

Reno comenzó a morderse las uñas.

— ¿Quien va a hablar? —Preguntó Cauldfield.

— Deja que el asunto fluya, hermano —Dijo Rob, tras chocar los vasos.

Mak Savicevic probó la cerveza. La consideró la delicia misma y aquello le dio ánimos nuevamente pensando en qué la fresca borrachera de la noche anterior se renovaba automáticamente, a pesar de la resaca. Hakan Mastourí los saludó a los tres con un beso en el rostro.

— Gracias por esta despedida, colegas queridos —Dijo Hakan Mastourí, no muy convencido de que aquello podía llegar a ser una despedida, puesto que no andaba aún portando las maletas—. Fue una bonita estadía en Irlanda después de todo, y agradezco a la vida haberlos conocido.

— ¿Estás seguro que te quieres ir, hermano? —Le preguntó Rob.

— Definitivamente no es lo que yo quisiera, pero al menos me sirvió de bastante lo que me dijiste y eso es un consuelo ¿Te acuerdas de lo que me dijiste anoche? Casi me hiciste llorar.

— No recuerdo nada de lo que te dije, hermano. Con mi hermano Mak bebimos demasiado y estaba demasiado borracho cuando te llamé.

Rob se rió y Mak Savicevic se encargó de responderle más amablemente con la mirada a Hakan, puesto que vio en su colega un semblante de decepción tras presenciar aquello.

— Te pregunto yo ahora —Dijo Mak— ¿Estás seguro de tu desición?

Le dolía en el alma en parte el rostro de su compañero.

— Le vuelvo a responder, amigo Savicevic —Dijo Hakan, sonriendo melancólicamente—. Ocurre que no tengo alternativa.

— Pues podríamos negociar —Dijo Mak—. Pues resulta que necesito terminar en el número uno del ranking en la academia y es por eso que...

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