Tras quedar ligeramente de mal humor por causa del clima frío en Manchester, Caks se dirigió inmediatamente al hotel dónde había citado a Mika.
Se suponía que él era un escritor y la había contactado a ella en una página web de vendedora de caricias dónde Mika se hacía llamar Karla. Además de solicitar sus servicios sexuales, Caks le había escrito que la necesitaba para inspirarse, por lo cual iba a tener que hacerle algunas preguntas incómodas con esos fines artísticos. Por supuesto que le iba a ofrecer más dinero a cambio de satisfacer aquellos violentos deseos y ella había aceptado, diciendo que tenía experiencia con escritores y que tal vez ella era la chica indicada para cumplir aquel propósito.
Tenía apenas unas horas para aquel trámite, por lo que iba decidido a disfrutar de la experiencia más que nada, ya que consideró que la profesión de la ex novia de su hermano era una especie de regalo, tomando en cuenta que su objetivo maximo era hacer que Mak lo perdiera todo haciéndolo caer en la vieja trampa, una táctica infalible de la policía inteligente, que había hecho caer a más de un poderoso empresario o jefe de estado.
Estaba sentado en el lobby cuando vió a aquella chica entrar; bastante más alta con aquellos tacones a diferencia de las fotos que había visto en la página de la agencia, un voluminoso culo bastante erecto acompañado de unas piernas que consideró perfectas y una cintura que lo conmovió bastante a la hora de considerarla como una herramienta útil para ciertas posiciones sexuales. La oyó hablarle a la recepcionista.
- Disculpe -Dijo Mika-. Busco a un tal Federico -Dijo, costandole bastante pronunciar aquel nombre.
Caks se puso inmediatamente de pie.
- Yo soy Federico -Dijo Caks, exhibiendo su mejor sonrisa-. Mucho gusto -Agregó- ¡Te ves mucho mejor en persona que en fotos¡
- ¿Tu crees? -Le preguntó ella, también sonriendo.
- Por supuesto que sí ¿Te parece si subimos inmediatamente a mi habitación?
- ¿A tú habitación? -Preguntó, con visible rostro de sorpresa- Yo pensé que iríamos al bar primero. Dijiste que querías hacerme unas preguntas antes, para la inspiración artística ¿No lo recuerdas mientras hablábamos?
La miró bien nuevamente, sin disimular que no podía dejar de pensar en su culo y en qué si fuera por él le daría toda la noche por detrás, con el fin de incluso vengar a su hermano. Le hubiese gustado haber tenido tiempo para haberlo hecho así pero el vuelo privado de vuelta a su desconocido país de residencia estaba programado para cuatro horas más, ya que su madre lo había citado con urgencia, todo con el fin de darle los reportes que había ido adquiriendo. Mika sonrió, mirando la hora y haciendo un gesto de que le acomodaba bastante que el trámite fuese así de todos modos.
- Comprendo que estás apurado -Dijo ella- ¡Subamos ahora ya si es que quieres!
Caks no daba crédito a lo que veía y oía, puesto que le era difícil de digerir la idea de que su hermanito perdido Mak Savicevic haya estado de novio con una prostituta sin saber durante toda aquella relación a lo que ella realmente se dedicaba. Mika se había presentado como modelo ante su hermano, según la investigación pre eliminar que le habían proporcionado. Quería probar su piel primero antes de decidir si era la chica indicada para que hiciera caer en la vieja trampa a su hermano con la ventajosa esperanza de preparar todo aquel montaje con gente que no perteneciera a aquella academia y así al mismo tiempo no depender tanto de ese tal Javo.
Iban en el ascensor y Caks no pudo evitar levantarle su ajustado vestido y rozarla levemente con su pelvis y se le empalmó rápidamente tras ver su culo detrás de aquellas suaves medias de seda.
Casi le preguntó cuánto le cobraría por follarsela ahí mismo en el ascensor.
- Toma asiento -Le dijo, una vez que ingresaron a aquella habitación.
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Publicidad Engañosa
Teen FictionMak Savicevic, un joven y prometedor escritor que además de odiosamente competitivo es independiente financieramente, decide matricularse en la academia de escritores con el fin de competir por el preciado trofeo nobel de literatura digital. Los pri...