El poder del aire (16)

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— Y esa es mi historia pues —Le contaba Hakan Mastourí a Reno Cauldfield—. Agarré 700 dólares.

Reno Cauldfield no dejaba de pensar en Lena Smith, a quien percibía algo triste. Estaba pensando seriamente en desobedecer el consejo de Mak Savicevic y llamarla más tarde, una vez que no estuvieran en clases.

— ¡Mira! —Exclamó Hakan de pronto— ¡Ahí viene el bosnio transgresor!

Tras hacer un discreto saludo, Mak Savicevic, de gafas oscuras, tomó asiento al lado de Reno.

— ¿Que pasó? —Le preguntó Mastourí— ¿Se te escondió el sol?

— Apenas he dormido —Respondió Mak, apoyando su cabeza en el pupitre— ¿Supiste algo de Rob?

— Ayer gané setecientos dólares, hermano.

— ¿Como así? —Preguntó Mak.

— Apostándo partidos de copas inglesas. Tal vez podría dedicarme a eso en un futuro.

En eso ingresó Jessica Córdoba a la sala de clases. Mak Savicevic intentó no mirarla pero no lo pudo evitar. De todos modos ella no acusó recibo.

— ¿Como está Rob? —Volvió a preguntarle Mak.

— No he sabido nada de él hasta diez minutos antes de ganar en las apuestas. Estábamos en la sala y dijo que iba a ir a buscar algo y no volvió ¿Pasó algo entre ustedes? Rob estaba bastante enojado contigo.

— La verdad es que no tengo idea por qué.

Tras algunos pocos minutos de espera, el profesor Ian Cauldfield al fin hacía ingreso al salón de clases.

— ¡Buenos días! —Exclamó— Como bien deben saber ustedes, hoy es un día muy importante ¿Cómo están esos ánimos?

Enzo Ferrati veía como algo prácticamente imposible adjudicarse aquel torneo.

— Mal —Dijo.

— ¿Por qué tan mal?

— Porque quedo horriblemente deprimido después de esa reunión de perdedores que usted organizó —Respondió Danny Van Bossen por él.

Kate Miller intentó desligarse inmediatamente de una sonrisa que se le iba formando en los labios. Se dió la media vuelta y coincidió justo con una mirada de Mak Savicevic, quien la saludaba con un gesto. Aquello la sonrojó un tanto, puesto que era primera vez que lo hacía.

— En fin —Dijo Ian Cauldfield— ¡Torneo de habilidades literarias tipo aire! Aquí nunca habrá grandes sorpresas, puesto que lo único que se impone es la buena escritura.

— ¿Como así? —Preguntó Kate Miller.

— Acá no hay rachas buenas ni inspiración. Simplemente gana el escritor o la escritora con más oficio ¿Se acuerdan del primer torneo?

— ¡Imposible olvidarlo! —Respondio Catalina Marchessi— ¡Mis primeros puntos!

— Todo recurso es válido aquí —Dijo el profesor—. Aquí gana simplemente quien posea más recursos. Mientras más se sepa de lo que se escribe, mucho mejor. Por eso les digo que acá, en este torneo, nunca hay grandes sorpresas.

Mak Savicevic oía con religiosa atención, pese a que por primera vez desde su estadía en la academia no estaba tan obsesionado con obtener aquel puntaje.

— Quiero que tomen a los personajes principales de sus proyectos con los cuales postularon aquí y a partir de eso me gustaría que escribieran una historia, basándose en lo que les ha ocurrido durante los últimos días ¡Estoy seguro que aquí nadie es el mismo!

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