El poder de la tierra (1)

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Tras terminar aquella semana plagada de imtensas clases que eran una suerte de preparatoria para los últimos torneos de cada asignatura antes de que comenzara el Grand Slam era que habían acudido allí, con el fin de ir generando una especie de sinergia para todo aquello que se venía en un futuro no muy lejano.

El torneo de habilidades literarias tipo fuego se había pospuesto y eso había hecho que cambiaran en algo las cosas.

Mak Savicevic, Reno Cauldfield y Hakan Mastourí habían decidido ir por unas cervezas a la taberna producto de una idea de Rob Irwin que consistía en ir concentrándose desde ya, considerando que a cambio del cambio de planes el primero de ellos era el de habilidades literarias tipo tierra, instancia en la cual por fin iban a poder trabajar los cuatro juntos en equipo al fin y al cabo y así medir un potencial que podría llegar a perpetuarse por el resto de la carrera hacía el trofeo Nobel.

El torneo de habilidades literarias tipo tierra era impartido nada más y nada menos que por Samanta Rhoades, la directora de la academia, por lo cual la presión era mucho mayor.

Los últimos cuatro torneos se correlacionaban entre sí respecto a sus contenidos; Los de tierra y fuego eran en grupos, mientras que los de aire y agua eran de formato individual y cada uno de ellos era como una especie de continuación del otro.

— Muy bien hermanos míos —Dijo Rob, tras tragar inmediatamente un buen sorbo de cerveza—. Creo que ahora el asunto va a comenzar a ser muy en serio. Según Martin West, estos son los primeros torneos de verdad y que onda todo lo anterior era solo una cosa para principiantes o algo así.

— Ya era hora de que la cosa se pusiera más seria —Dijo Mak Savicevic, con un gesto y un tono de voz que no pasaría desapercibido por Reno Cauldfield.

Rob Irwin lo miró fijo, también con sorpresa. Estaba un poco atravesado con el y recién comenzaba a asumirlo.

— ¿Te crees muy bueno ahora que estás primero en el ranking otra vez?

— Siempre se ha creído bueno —Dijo Hakan Mastouri, riéndose.

Mastourí seguía riéndose prácticamente por los nervios, puesto que había ido captando que el asunto podría llegar a ponerse tenso producto de lo que Rob Irwin había hablado previamente con el y no sabía si lo hacía de nervios o solo por un asunto de distender el ambiente.

— Hablo en serio, hermano ¿Te crees muy superior ahora?

— ¿Por qué dices eso? —Preguntó Mak.

— Pues porque ganaste el último torneo, hermano, de la mano de esa chica bonita. Desde ahí que has andado entre raro y distante y desconcentrado.

Si bien andaba un poco distraído producto de que no había vuelto a interactuar con Kate Miller despues de haber ganado aquel torneo, Mak Savicevic no sentía que aquello fuese algo tan extraño como para verse en la obligación de verbalizarlo y mucho menos ante sus amigos, asumiendo que aquello era parte de su vida privada y nada más que eso.

— ¿A qué te refieres exactamente? —Preguntó Mak, algo desafiante.

— Esa chica, Kate Miller quizás te quiera raptar ahora. Tal vez quiera integrarte a su grupo ahora y está esperando a que perdamos para raptarte.

Mak Savicevic consideró que era bastante divertido imaginarse aquella situación.

— ¿Estás celoso? —Preguntó riéndose y tocándole la rodilla.

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