El poder de la tierra (10)

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Ian Cauldfield había ido a golpear la puerta de la habitación de Reno para anunciar que la comida ya estaba lista y ahí estaban, ya en la mesa con todo servido. No verbalmente, los Cauldfield hacían evidentes gestos como para que Mak se sintiera en confianza.

— Cuéntame, Mak —Dijo Ian— ¿Desde cuándo comenzaste a escribir?

Mak Savicevic tragó un sorbo de agua antes de responder.

— Alguna vez me hice amigo de un soldado allá en Herzegovina. El tipo iba a la guerra porque quería escribir sobre ella y bueno... Solía hablar conmigo en el refugio, yo tenía unos ocho o nueve años. Yo le caía bien porque según el yo tenía conocimientos enciclopédicos de fútbol pese a mi edad. Un día me dijo que lo iban a derivar al pelotón de no sé dónde y qué tal vez iba a morir o algo así por lo que me regaló un cuaderno y me dijo que por favor escribiera por él.

— ¿Y desde entonces escribes?

— Algo así.

Mak Savicevic saboreaba apreciativamente el pastel de carne mientras Ian Cauldfield sonreía.

— Denante me topé con las muchachas —Dijo el profesor—. Después de hacer ejercicio decidí pasar por un café y ahí me las encontré.

— ¿Se sentaron contigo en la misma mesa? —Preguntó Reno, pensando automáticamente en Lena Smith.

— Algo así.

— ¿Y qué ocurrió?

— Pensé que me iban a pedir ayuda para el torneo de habilidades literarias tipo tierra que tienen ustedes ahora pero bueno, simplemente se dedicaron a presumir. Samantha les dijo que ellas eran prácticamente escritoras profesionales y bueno, están seguras de que van a ganar en tierra.

— Yo no entiendo lo que es tierra —Dijo Reno—. Ahí estamos con Mak y no nos sale nada.

Ian Cauldfield tosió hacía el lado tapándose la boca. Luego comenzó a hablar.

— Se supone que el poder de la tierra tiene mucho que ver con el hecho de ser práctico, onda intentar minimizar los recursos al máximo. Por ahí va el asunto y pues bueno... La verdad es que me cuesta bastante entender por qué a ustedes dos les está costando tanto. En parte entiendo, pero eso no quita que yo los considere muy buenos escritores.

— ¿Por qué dice que en parte entiende? —Preguntó Mak.

— Mak trabaja mucho el lenguaje, por ejemplo —Dijo Ian, mirando a su hijo—. No es muy bueno en las descripciones literales porque no sé si consciente o insconcientemente utiliza una técnica qué consiste más en mostrar que explicar. En resumidas cuentas, su literatura tiene demasiada estética y a Samantha le gustan las cosas más fáciles ¿Tienen por ahí el texto que le enviaron a Samantha?

— La verdad es que estamos intentando escribir otro —Dijo Reno—. De todos modos tengo una copia en la mochila así es que voy y vengo.

Reno Cauldfield se puso de pie mientras Mak Savicevic hacia enormes esfuerzos por comerse despacio aquel pastel de carne.

— Tal vez si recordarás como escribías más de pequeño tendrías más posibilidades en tierra, no sé si me entiendes.

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