Tras haber ido a dejarla a su casa en Taxi después de haberle pedido un par de horas más a la recepcionista con el fin de que Jessica Córdoba lograra reponerse un poco después de haberle dado aquello que le había dado, Javier caminó hasta el centro de Castlebar.
Se dirigió a un bar, cuya dirección había anotado en un papel tras una breve llamada por teléfono que se hicieron.
Pidió un ron con coca cola y tras revisar el material, concluyó que estaba listo para ser entregado. En eso llegó un viejo conocido.
— ¿Que tal?— Preguntó el recién llegado, Peter Mc Brigde— ¿Creiste que estabas solo estudiando en la academia?
— No me costó tanto —Dijo Javier, no dando crédito a quien tenía que rendir cuentas respecto a las chicas que tenía que follarse para la causa—. Hasta aceptó follar conmigo en ese motel de mala muerte.
— A ver. Muéstrame eso.
Javier sonrió. Luego tomó el celular y lo dejó en el reproductor de videos, tras asegurarse que los audífonos habían conectado bien. No había tenido tiempo para ponerle filtros audiovisuales a la filmación y se sintió bien al comprobar que el volumen del audio estaba perfecto.
Era la hora en la cual tal vez la gente salía de sus trabajos y el bar comenzó a llenarse. Peter Mc Brigde miraba concentradísimo, mientras el mesero llevaba un par de lagers sin filtrar, la especialidad de la casa.
— Me parece que está genial —Dijo Peter—. Si la putita esa hubiese hablado por teléfono mientras se la estabas metiendo hubiese quedado perfecto. Incluso es la candidata perfecta como para que ese tal Mak le den ganas de suicidarse... ¡Es solo cosa de ofrecerle dinero!
— ¿Tienes en mente a otra chica más? — Preguntó Javier, pensando en que tal vez Peter pertenecía al bando de Caks.
El aún no sabía a cual bando pertenecía y en parte de daba lo mismo. A él le pagaban por follar y estaba cada vez más convencido de que el había sido escogido para el caso solo porque tal vez era la forma más fácil de que Mak cayera en la vieja trampa, estando al lado y compartiendo con un tipo como él, cuya ayuda que le podía llegar a proporcionar para empujarlo podría ser perfectamente coherente como para completar la misión.
— ¿Por qué crees que te encargué este trabajo? —Preguntó, haciéndose el inocente.
Acto seguido y sin responder, Peter Mc Brigde sacó un buen fajo de dinero en efectivo y se lo entregó a Javier, quien sin siquiera contarlo se lo echó al bolsillo. Tampoco quizo hacer preguntas respecto al fin de toda esa estupidez, ya que simplemente había seguido instrucciones.
— La suertecita —Dijo Peter.
— Lo más probable es que así sea —Respondió Javier— Igual es un trabajo duro eso de ser hombre y ganarme la vida de esta manera. En estos casos son las mujeres quienes lucran con esta clase de material. Me alegro ser una excepción.
— No lo decía por eso —Dijo Peter, quien en ese instante recordó que también había tenido el gusto de follarsela.
Peter retrocedió el vídeo en esa parte que Jéssica decía game over con los labios llenos de semen mientras Javier aún no daba crédito la misión que acababa de ejecutar.
Peter tenía como misión desprestigiar los negocios de la familia de Jessica Córdoba y para aquello el suponía que Javier sabía que cómo institución tenían que utilizar la cosificación de sus cuerpos, ya que filtrar un vídeo íntimo siempre funcionaba y él era eso, un simple actor desconocido que trabajaba para el servicio del poder uno más como tantos otros.
Luego se rió a carcajadas, pensando en qué a él le importaba un carajo tanto lo que ocurriera con Javo como lo que ocurriera con Mak Savicevic, puesto que nadie aún se había acercado para interceder salvo Caks, quien de todas maneras lo estaba esperando para recibir cierta información sobre la cotidianidad de la academia con respecto a la vida de ambos.
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Publicidad Engañosa
Novela JuvenilMak Savicevic, un joven y prometedor escritor que además de odiosamente competitivo es independiente financieramente, decide matricularse en la academia de escritores con el fin de competir por el preciado trofeo nobel de literatura digital. Los pri...