Habían comido pescado con patatas e iban por su tercera jarra de cerveza. Pese a no sentirse mal del todo, Mak Savicevic recién le tomaba el peso a todo lo que se avecinaba.
— Hay que asumir que debemos ponerle un reemplazo a Rob Irwin —Dijo Mak Savicevic—. Considerando que se cambió de grupo, va a estar bastante difícil que esté dispuesto a resignar la mitad de sus puntos con tal de volver al nuestro.
— Observo quienes quedaron sin grupo y la verdad es que no se me ocurre a nadie —Contestó Reno Cauldfield—. Tal vez no era mala idea incorporarse a las chicas. Si Hakan Mastourí no aparece, van a ser dos los reemplazos que tendremos que buscar.
Mak Savicevic dejó su vaso en la mesa y miró fijamente a Reno a los ojos, quien se sentía algo incómodo con aquello.
— Di la verdad —Dijo Mak— ¿Tu quieres estar cerca de Lena Smith, no?
— No se trata de eso —Se excusó Reno, ruborizandose levemente—. Simplemente creo que ella fue muy considerada al hacernos el ofrecimiento. Tú estas arriba de ella en el ránking. El hecho de que ella haya decidido ceder su capitanía para que tú y yo nos integraramos significa que incluso tenía la suficiente humildad como para estar consciente de que iba a ceder su poder.
Casi sin darse cuenta, Mak Savicevic asumió que no había observado las cosas desde ese punto de vista.
— Aún así —Dijo Mak, casi apurado—. Esa chica tiene novio y recuerda que ahí tienes cero posibilidad ¡Tienes que valorarte, Reno!
— Yo estaba velando por el rendimiento de nuestro equipo. Rob Irwin nos abandonó, y es así de simple ¿Se te ocurre un reemplazo en estos momentos?
— Más que enfocarse en el reemplazo, hay que enfocarse en el documento. Opino que deberíamos reunirnos a rellenarlo uno de estos días, antes de que se nos haga demasiado tarde.
— Deberías hacerlo tú mismo sin ayuda de nadie —Dijo Reno—. Si Hakan Mastourí no vuelve serán dos los reemplazos que tenemos que encontrar o de lo contrario cambiarnos de equipo. Eso va a ser peor porque perderemos la mitad de nuestros puntos.
— Eso no puede pasar —Dijo tranquilamente Mak—. En el peor de los casos, gente no nos va a faltar para reemplazar a los otros dos. Es solo cosa de rellenar muy bien ese documento.
— Estoy preocupado —Dijo Reno, mordiéndose las uñas—. La cosa está demasiado difícil.
— Supongo que no estás arrepentido de no haber caminado solito al grupo de Lena Smith.
— Por supuesto que no —Dijo Reno—. Tuviste mucho más dificultades en la vida que yo y supiste salir de lo más bien. Esto no es nada, supongo. Confío ciegamente en tí.
— ¿Vamos a rellenar entonces ese documento?
En eso sonó el teléfono de Mak Savicevic, quien lo sintió tras captar que algo vibraba en su rodilla derecha. Era Lerna y decidió responder ahí mismo, delante de su amigo.
— ¿Sí?
— Hola Mak ¿Que tal? ¿Como te fue en clases?
— Muy bien —Contestó, algo más relajado—. Después de una estúpida comida que tendremos en un par de días más, soy libre por casi un mes ¿Cuando viajamos?
— Me parece que son excelentes noticias —Dijo Lerna—. Viajamos hoy en la madrugada, querido.
Mak Savicevic quedó con la boca abierta de la impresión. Reno Cauldfield lo observaba expectante.
— ¿Viajamos hoy en la madrugada?
— Así es. Ha aparecido una pista de mi hermanito perdido allá en el puerto de Valparaíso.
Tras oír el nombre de aquel lugar, a Mak Savicevic se le iluminaron los ojos. No daba crédito a todo aquello.
— Dicen los informes que está en problemas por allá —Dijo Lerna—. Mamá quiere ir a buscarlo antes de que eso pase, así es que es urgente que te vengas a casa lo antes posible.
En eso se acercó el camarero a retirar vasos y platos. Haciendo un gesto Mak Savicevic le pidió la cuenta.
— Muy bien —Dijo Mak—. Me voy ahora mismo para allá.
Acto seguido dejó su teléfono a un lado y se tomó la cara con ambas manos en el momento justo que regresó el camarero.
— Yo pago —Dijo Mak—. Reno ¿Quieres algo más?
— La cerveza me infló el estómago. Necesito un té o algo así.
— ¿Nos puede agregar dos tazas de té? —Preguntó Mak.
— Hace tiempo que no venían —Respondió el camarero—. Las tazas de té corren por cuenta de la casa.
Tras ambos agradecer con un gesto, el camarero se alejó. Regresó enseguida con el pedido.
— Que lo disfruten —Dijo.
En eso Mak Savicevic recordó que había invitado a cenar a Kate Miller. Llamó por teléfono a Lerna inmediatamente.
— ¿Sí?
— Acabo de recordar que tengo que solucionar un asunto —Dijo Mak—. Necesito que me des un par de horas para estar ahí.
— ¡Tienes que hacer las maletas! —Dijo Lerna— ¡Estoy desesperada! Mamá salió y aún no regresa. Se supone que tenemos que buscar a alguien que nos lleve al aeropuerto y acá no conozco nada ¡Tienes que ayudarme, Mak!
— Eso es muy fácil —Dijo Mak—. Por ahora te dejo. Si viajamos de madrugada me alcanza muy bien el tiempo.
— ¡Tienes que estar antes aquí, Mak! ¡Por favor!
— Está bien —Dijo Mak, comprendiendo la urgencia—. Intentaré demorarme lo menos posible.
Acto seguido Mak Savicevic colgó y dejó el teléfono a un lado.
— ¿Todo bien? —Le preguntó Reno— ¿Con quién te tienes que reunir?
— Con Kate Miller —Respondió Mak.
— ¿Estás en algo con ella?
— Más o menos —Dijo Mak, echándole azúcar al té—. Tuve que encontrarle reemplazo a Hakan Mastourí. No doy abasto con tanto trabajo y debido al viaje a Sudamérica necesito que me cubra más aún de lo que en un principio iba a cubrirme.
— Todo esto es muy extraño —Respondió Reno.
— ¿Por qué?
— Tú y Kate Miller trabajando juntos después de que los escogió el algoritmo. Tal para cual.
Mak Savicevic no quiso responder mientras bebía el té a sorbos rápidos. Reno comenzó a hacer lo propio.
— Avisale a esa gente que seré yo mismo quien los irá a dejar al aeropuerto —Dijo Reno.
— No es necesario que te tomes esa molestia —Le respondió Mak.
— No será ninguna molestia —Dijo Reno—. Conducir por la carretera de noche en soledad me va a ayudar a calmarme, estoy seguro.
— Muchas gracias —Le respondió Mak—. Para Lerna va a ser un gran alivio.
Tras un apretón de manos ambos se pusieron de pie y se dirigieron a la salida y se despidieron en la esquina de aquella taberna. Luego Mak Savicevic caminó hasta una tienda con el fin de abastecerse con un café antes de dirigirse a la casa de Kate Miller, ya que no quería que ella le encontrara olor a cerveza.
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Publicidad Engañosa
Teen FictionMak Savicevic, un joven y prometedor escritor que además de odiosamente competitivo es independiente financieramente, decide matricularse en la academia de escritores con el fin de competir por el preciado trofeo nobel de literatura digital. Los pri...