5. El diario de Jimi

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Evan no dijo nada. Caminamos en silencio hasta llegar a la casa de Will. En el trayecto, observé de reojo a Evan un par de veces. Parecía molesto. Preocupado. Estresado.

Entendía porqué. Se supone que nada de eso debería estar pasando. Se suponía que ese día él y yo estaríamos juntos, no buscando desesperadamente respuestas sobre algo que no entendíamos. Se suponía que ese debía ser un día feliz. Al menos para George y la profesora sí lo era.

Porque para nosotros simplemente parecía que no.

Llegamos a la casa de Will. Parecía tan misteriosa como siempre. Por más que insistimos, nadie abrió la puerta. Después de cinco minutos, empezamos a impacientarnos.

— Deberíamos llamar a Alex— dijo Evan—, quizá él sepa en dónde está Will.
— Yo lo llamo— dije.

Busqué el número de Alex entre mis contactos. Se lo había pedido una vez a Will. No me arrepentía de eso.

— ¿Jimi?— dijo Alex—, ¿En verdad eres tú?
— Soy yo— dije, un poco tímido.
— ¿En verdad? ¿Eres ese Jimi, el que me quitó a mi novio?
— Eso creo— dije muy incómodo.
— ¡Hoooola!— dijo feliz—, ¿Qué tal todo?
— No tan bien— dije—, ¿Sabes en dónde está Will?
— Claro que sí— dijo él, sonaba bastante alegre—, es mi hermano, obviamente sé en dónde está.
— ¿Y?
— Está aquí, en la casa de mis padres— dijo él—. De hecho acaba de llegar.
— ¿Ahí? ¿Por qué?
— ¿No lo sabes? Pensé que les dijo que vendría— dijo—. Es decir, no vino solo.
— ¿A qué te refieres?
— La chica de cabello corto está con él— dijo Alex—. Es extraño, llegaron sin avisar. Will se ve terrible.
— ¿Por qué?— pregunté angustiado—, ¿Está bien?
— Eso dice pero no le creo— dijo él—. Por cierto, ¿Evan está contigo? ¿Puedo hablar con él?
— No lo creo— dije—, pero gracias por tu ayuda.
— ¿En verdad no vas a dejar que hable con él?
— No, es mío— dije y terminé la llamada.

No, lo nuestro ya estaba lo suficientemente mal como para que Alex interfiriera.

— ¿Qué pasó?— preguntó Evan.
— Will está en casa de sus padres— dije—. Con Laura.
— ¿Por qué?— preguntó Evan.
— No lo sé— dije—. No le dijo nada a Alex. Pero según él, Will luce bastante mal.
— ¿En qué sentido?— preguntó Evan.
— No me dijo.
— Qué raro— me contestó.

Miré a Jason, que en todo ese tiempo parecía muy pensativo.

— ¿Qué haremos?— le pregunté.
— Creo que en este caso ellos tienen problemas muy particulares que no requieren de nuestra ayuda— dijo él.
— Claro que sí— dijo Evan—. Algo pasa y nos necesitan. Como la vez pasada. Zac nos necesitaba.
— Sí, pero creo que éste no es el caso— dijo Jason—. Tanto Zac como Will han decidido ocultarnos qué les pasa. Si nos necesitaran hubieran recurrido a nosotros.
— La vez pasada tampoco nos informaron nada— dijo Evan.
— Sí, pero lo hicieron a su tiempo— dijo Jason—. Si esta es una situación como esa, entonces esperemos que sean ellos los que quieran hablarnos. Estaremos para ellos si nos necesitan.

Evan no parecía convencido. Yo tampoco pero entendía que Jason estaba manejando eso de la forma más madura posible.

— Es que— dije— no me gusta estar sin hacer nada. Quiero que Zac y Will estén bien.
— Zac está con sus padres— dijo Jason—. Will también y tiene a Laura. Estarán bien.
— ¿Qué crees que les pasó?— le preguntó Evan.
— Creo que quizá tuvieron algún conflicto entre ellos— dijo Jason.
— ¿Discutieron?— pregunté asustado—, ¿Pero porqué? ¿Y qué clase de discusión hace que dos personas se alejen así?

Jason me observó.

— No lo sé— dijo.
— Sí sabes— dijo Evan—. Tú lo sabes todo.
— Claro que no— dijo Jason.
— Si nos dices entonces sabremos qué hacer— dije.
— No lo sé— dijo—. Lo sospecho, pero no lo he comprobado. Además, presiento que no es de nuestra incumbencia.
— ¡Claro que sí!— dijo Evan—, ¿Entonces porqué Laura sí sabe qué pasa?
— No somos Laura— dijo él—. No porque Will haya confiado en ella significa que lo hará con nosotros. No tenemos la misma relación entre nosotros. Will, Laura y Zac tienen una conexión especial en comparación a la que tenemos con ellos. No es lo mismo.
— Pero es que yo pensaba que sí— dijo Evan.
— No— dije—. Somos amigos pero no sabemos todo de los demás. Todos guardamos secretos.
— Evan, piénsalo un poco— dijo Jason—, cuando hablamos con ellos siempre terminamos diciendo cosas sin sentido. Nunca hablamos sobre nosotros.
— Pues sí, hablar de nuestros sentimientos es algo raro, ¿No?— dijo Evan.
— Es algo normal en un grupo de amigos— dijo Jason.
— Claro que no— dijo Evan.
— Bien— dijo Jason, parecía enojado por la negativa actitud de Evan—, quizá no sea normal entre amigos pero entre una pareja sí. ¿Qué hay de ti? ¿Jimi sabe todo sobre ti?

Evan y yo nos miramos.

— Porque no crean que no me he dado cuenta de que se han estado evitando— dijo Jason.

No dije nada. Sólo observé a Jason. Él sabía todo. No sólo sobre nosotros, casi podía jurar que dedujo qué estaba pasando con Zac y Will.

— Eso es diferente— dijo Evan.
— No lo es— dijo Jason—. Primero solucionen sus problemas en lugar de tratar de meterse en la vida de los demás.

Dicho esto, se giró y empezó a caminar por la calle.

— Jason, ¿A dónde vas?— le gritó Evan.
— A casa— dijo él—. Estoy cansado. Les sugiero que hagan lo mismo.

Lo observamos irse.

— Se enojó con nosotros— dije.
— Ya se le pasará— dijo Evan.
— Creo que tiene razón— dije.
— ¿Cuándo no la he tenido? Jason siempre sabe qué pasa. Como sea, lo mejor es que nos vayamos.

Lo vi dirigirse a la calle.

— No— le dije mientras lo detenía—, debemos hablar.
— Jimi, no es lo mejor ahora.
— Claro que sí— dije.
— No lo creo, hay demasiadas cosas que pasan y... deberíamos enfocarnos en ellas.
— Deberíamos hablar de nosotros— dije—. Ayer no quisiste y hoy menos. Entonces no sé cuándo quieres que hablemos.
— En verdad no quiero hablar de eso, no es importante. Además, ayer te fuiste sin avisar, ¿Sabes lo preocupado que estaba?— dijo.
— Yo estoy preocupado por ti ahora— le dije—. Somos una pareja pero no sé nada de ti... de hecho, ni siquiera sabía que no sé nada de ti. Es extraño... y después de esto... entiendo que tampoco sabemos nada de los demás, es casi como si... nuestra amistad no fuera lo que creíamos.
— No tenemos que saber todo de los demás todo el tiempo— dijo Evan.
— De acuerdo, pero sí deberíamos saber sobre nosotros. Evan, se supone que somos una pareja. No hay nada de mí que yo no te contaría— dije—. Confío en ti. ¿Tú confías en mí?
— Por supuesto que sí— dijo.
— Pero no lo suficiente como para contarme qué pasa entre tú y tus padres.
— Es complicado.
— Puedo ayudarte— dije.
— Estoy bien así. Estamos bien así, ¿No?
— Claro que no— dije—. No estamos bien si nos ocultamos cosas.
— Es que no es importante para nuestra relación— dijo—. Es algo que yo ya he superado.
— Pues no parece— dije—. Parece más algo que tratas de ocultar. Y realmente no sé qué es lo que está pasando con Zac y con Will pero sospecho que tiene que ver con eso, con cosas que trataron de ocultar pero no lo hicieron bien.
— Si tuvieras algo qué ocultar entenderías que no es fácil hablarlo— dijo.
— Perdóname por ser completamente honesto contigo— dije—. Perdóname por pedirte que me devuelvas un poco de sinceridad pero... Evan, no es mi culpa que te pasen cosas.
— Entonces no deberían de importarte— dijo—. No tienen nada que ver contigo.
— Decir que no tienen nada qué ver conmigo es como decir que tú no tienes nada qué ver conmigo— dije, consternado.
— Jimi, no dije eso.
— Pero así suena— dije—. Suena a que no quieres que lo sepa porque no soy lo suficientemente importante como para meterme en tu vida.
— Sabes que eso no es verdad.
— Entonces dime— dije—. Te escucharé y trataré de ayudarte.

Me observó. Parecía indeciso pero no decía nada.

— Bien— dije—. Búscame cuando quieras hablarlo.

Me di media vuelta y empecé a caminar por la calle.

Problemas de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora