139. El diario de Jimi

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Evan y yo teníamos un plan para hacer que Zac y Will volvieran a ser amigos. La primera parte no funcionó porque Zac se negó a hablar al respecto. Pero no lo presionamos porque habíamos quedado en eso. No interferiríamos si ellos no querían. Simplemente trataríamos de que hablaran sobre eso para ver si podían resolverlo.

Así que visitamos a Will. Como eran vacaciones de fin de año, Evan y yo éramos libres. Bueno, no tanto porque papá decía que debía llegar temprano a casa. Además, gracias a que tenía tanto tiempo libre, también podía pasar tiempo con la abuela.

Viajamos en autobús. El clima era particularmente malo y mamá me obligaba a usar mi abrigo esponjoso. El cabello de Evan parecía más despeinado que de costumbre. Traté de acomodarlo con mis dedos pero no lo logré. Él levantó la cabeza y me observó. Nos quedamos así, mirándonos. Mi corazón empezó a latir como loco.

Evan miró alrededor. Yo iba a hacerlo también cuando de repente, me besó. Fue muy rápido, a penas un pequeño roce. Pero casi me muero. Miré instintivamente a los demás pasajeros. No eran muchas personas, y estaban concentradas en lo suyo.
Observé a Evan.

— ¿Por qué hiciste eso?— le dije enojado.
— Por que sentí ganas. ¿Tú no? Creí sentir algo— dijo—. Debes ser tú enviando señales confusas.
— No envié nada y eres increíblemente imprudente, podrían descubrirnos.
— ¿Qué podría pasar si nos descubrieran en este momento?— dijo pensativo.
— No lo sé, algunas personas no son tan amables con los que son diferentes a ellos— dije.
— Yo creo que no harían nada— dijo él—. Quizá las señoras dirían algo como “miren a ese rubio besando al otro chico, es un cliché de los rubios”.
— Pensé que el cliché de los rubios es que son tontos— dije.
— También... ahora que lo pienso, ser rubio es horrible. Debería pintarme el pelo.
— ¿De qué color?
— De verde— dijo él—. Para parecer un zombie.
— Los zombies no tienen el cabello verde— dije.
— En las películas sí. El verde los hace ver que están en descomposición— dijo él.
— No podrías entrar a la escuela con el cabello así— dije.
— Podría pintarlo así cuando me gradue. También me lo dejaré crecer... y me dejaré una gran barba, tan larga que pareceré mago.
— Serás un zombie mago— dije.
— No veo por qué no.
— ¿Y qué seré yo?
— El novio de un zombie mago, obvio— dijo—, lo que es bueno porque tendrías muchas ventajas. Si alguien te molesta puedo transformarlo en zombie o lanzarle un hechizo para que se transforme en sapo.
— ¿En sapo?— dije—, ¿Significa que si lo besan va a recuperar su forma?
— Sí pero lo transformaré en un sapo tan feo que nadie va a querer besarlo.
— Wow, sí me convienes— dije.
— Además me sé de memoria todos los hechizos de Harry Potter.
— ¿Todos?
— Todos.
— Qué raro es eso— dije.
— ¿Raro?— dijo él—, Zac sabe hablar Dothraki.
— ¿Qué idioma es ese?— dije.
— Uno que sale en Game Of Thrones.
— Ustedes tienen mucho tiempo libre— dije—, ¿Para qué le sirve a Zac poder hablar así?
— Por si un día necesita formar un ejercito— dijo Evan—, lo que podría pasar próximamente.
— ¿Zac va a ir a la guerra?
— Sí, cuando sea dictador, para conquistar al mundo.
— Imagínate que de verdad se volviera dictador— dije.
— Sería el apocalipsis— dijo él.
— No sería tan malo— dije—. Tú y yo estaríamos a salvo.
— Sobre todo porque yo sería un zombie mago. Aunque quizá el apocalipsis existiría por mi culpa porque los infectaría a todos.
— No, Will es un médico genial y junto a Madie encontrarían la cura para el virus zombie.
— ¿Will y Zac serían amigos en ese universo?— preguntó él—, porque Zac sería un malvado dictador y Will un médico que cura zombies... parecería que no tienen mucho en común.

Nos observamos.

— Quizá no pero nosotros podríamos hacer que fueran amigos— dije.

Él me sonrió.

— Claro que sí— dijo.

Bajamos del autobús. Caminamos al hospital. Hacía frío. Buscamos a Will. Lo encontramos en un consultorio, organizando unos documentos. Pareció feliz por vernos.
Empezamos a hablar. Entonces Evan le contó sobre lo que hablamos en el autobús.

— Definitivamente haría todo lo posible por buscar una cura para el virus zombie— dijo él—. Aunque si serías un mago quizá podrías buscar un hechizo que curara a los infectados.
— No había pensado en eso— dijo Evan.
— Además te volverías sólo un mago— dijo Will—, lo que está bien porque aún podrías hacer hechizos.
— Y podría volverme zombie otra vez con un hechizo— dijo Evan.
— ¿Quieres volver a ser zombie? ¿Entonces porqué querías que yo buscara la cura?— dijo Will.
— No lo sé— dijo Evan—, sólo quería darte algo para hacer mientras Zac conquista al mundo.
— En ese universo imaginario Zac es un malvado dictador— dije.
— ¿Sabías que puede hablar Dothraki?— le dijo Evan.

Lo observamos. Parecía un poco turbado.

— Por supuesto que lo sabes— dijo Evan—. Zac y tú eran buenos amigos.

Nos quedamos un momento en silencio.

— Aprendió casi sin querer— dijo Will—. Cuando veía la serie y una vez que se decidió a buscar el vocabulario. Es listo así que no fue difícil.
— ¿Te contó eso?— pregunté.
— Me contó muchas cosas— dijo Will un poco nostálgico.

Evan y yo intercambiamos miradas.

— ¿Por qué pelearon?— le pregunté.

Él me observó atentamente. Parecía consternado.

— Es difícil de explicar— dijo él.
— Puedes tratar— le dijo Evan.
— Es algo muy privado. No puedo decirlo sin el permiso de Zac— dijo él.
— Zac no quiere— dije—. Ya le preguntamos.
— Pero... no es tan malo, ¿Cierto?— dijo Evan—, es algo que pueden arreglar si lo hablan, ¿No?

Will nos observó.

— No... no lo sé— dijo.

Me acerqué a él.

— Pero tú... quieres solucionar todo, ¿No?— dije.

Él me miró. Había mucho en su mirada, tanto que era imposible de descifrar.

— No lo sé— dijo.
— Deberías decir que sí— dijo Evan.
— No estoy seguro— dijo él mientras miraba sus zapatos—. En veces creo que sí y otras... no quiero. Simplemente ya no hay solución y... me siento bien con eso.

Lo observé totalmente sorprendido.

— ¿Significa que no quieres recuperar a Zac?— dijo Evan incrédulo.
— No podemos volver a lo que teníamos antes— dijo él.
— ¡Claro que sí!— dijo Evan.
— Ustedes no entienden— dijo Will.
— Por supuesto que no, no sabemos nada— dije—. Pero puedes decirnos. Ayúdanos a entender.
— De otra forma parecerá que ya no quieres que Zac vuelva a ser tu amigo— dijo Evan—. Y eso no debe pasar, tú y él son perfectos juntos. Se complementan, él es malicioso a veces y tú haces que sea menos malo. Es decir... parecían felices antes.
— Las cosas cambiaron— dijo Will—. Nada es como antes.
— Pero...— dijo Evan, luego me observó.

Habíamos quedado en no insistir.

— Creo que deberíamos irnos— dije.
— Sí, posiblemente es lo mejor— dijo Will.

Evan no estaba satisfecho con eso. Me siguió a la puerta. Salimos. Nos despedimos. Miré a Will. No parecía feliz.

— No sé si debería decir esto— le dije—, pero sin importar qué pasó entre ustedes, estoy seguro de que Zac te quiere mucho ahora, en este mismo instante. Así que no te rindas.

Problemas de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora