Problemas de Pasillo

80. El extraño diario de Zac

Al día siguiente de mi dramático desmayo (que había puesto muy mal a todos aún cuando les dije que estaba bien), fui a la escuela muy temprano con un plan bien trazado en mi mente. Evan y yo sabíamos qué debíamos hacer. No teníamos ni idea de cómo resolver todas esas cosas que nos tenían tan mal pero sí sabíamos de alguien que podía. Así que cuando llegó la hora del receso, nos dividimos. Evan buscaría a Jimi y yo a Jason.

Lo encontré en la cafetería.

- ¿Café?- le dije-, ¿Desde cuándo bebes café?
- Es para Laura- dijo él.
- Ah, qué bueno. Eh... ¿Podemos hablar?
- Creo que no, temo que podrías volver a desmayarte.

Salió del lugar. Lo seguí.

- Muy gracioso- dije-. Ya en serio, quiero hablar contigo.
- Deja que Laura tenga su café y luego...
- Yo me encargo de eso- lo interrumpí.

Tomé el café. Emery estaba por ahí, conversando con alguien. Me acerqué a él.

- Emery, es una emergencia, necesito tu ayuda- le dije, le di el café-, dale esto a Laura.
- Yo quería hacer eso en persona- dijo Jason, que me había alcanzado.
- Emery puede hacerlo- dije.

Emery no preguntó nada más. Era demasiado eficiente. Como el asistente robot que nunca imaginé tener.
Se fue.

- Ahora sí podemos hablar- le dije a Jason.
- ¿No se te ocurrió que tal vez yo quería entregarle personalmente a Laura eso?- dijo.
- Puedes hacerlo otro día- dije-, estás con Laura casi todo el tiempo. ¿No es suficiente con eso?
- No realmente- dijo.
- Puedes visitarla luego- dije-. Ahora necesitamos hablar.
- No lo sé... la última vez que hablamos no salió muy bien- dijo.

Jason estaba molesto. Su cara se veía igual a la de siempre pero había algo que era diferente. Hasta para enojarse tenía clase.

- Sólo escúchame esta vez- dije, respiré profundo-. En verdad lo siento. Sé que me comporté muy mal contigo y con Laura. No parecía así en ese momento pero lo veo ahora. Han pasado muchas cosas y... en verdad te necesito. Te necesitamos porque de otra forma nos comportamos como tontos y... ya no queremos ser así. Sé que posiblemente me odias porque te decepcioné y me gustaría prometerte que eso no volverá a pasar pero no es así porque me conozco y sé que soy demasiado torpe, por lo que seguramente en el futuro haré alguna otra cosa tonta... pero no estará tan mal porque tú estarás ahí para no dejar que me comporte como un idiota.

Él sólo me miraba atentamente.

- Lo que trato de decir es que en verdad lo siento- dije.

Sonrió.

- Esa es la disculpa más rara que me han dicho en la vida- dijo-. Pero la aceptaré.
- ¿De verdad?- pregunté.
- Sí, no me quedan muchas opciones- dijo-. Es eso o verte sucumbir ante el estrés.
- ¿Podrías olvidar eso? Es vergonzoso- dije.
- No, es divertido- dijo-. Además es mi forma personal de vengarme.
- ¿De qué?
- De todo- dijo-. Así que empieza a hablar o me iré con Laura.
- ¿Me abandonarías por Laura aún cuando te dije que necesito tu ayuda?- pregunté.
- Definitivamente y sin pensarlo- dijo él-. Sobre todo porque hoy se hizo dos colitas.
- ¡Eres terrible!- dije-, ¿Por qué Laura con un peinado nuevo es más importante que yo?
- Es fácil elegir entre estar contigo con todos tus problemas y estar con una chica con dos colitas. Pregúntale a cualquier chico, elegirían lo mismo que yo- dijo.
- Pero tú no eres cualquier chico, eres Jason- dije.
- ¿Qué significa eso?- preguntó.
- Que eres más listo que todos los demás.
- Sí pero también soy humano.

Iba a preguntarle que qué significaba eso cuando Evan apareció.

- ¿Qué haces aquí?- le pregunté.
- No encuentro a Jimi- dijo.
- No vino- dijo Jason-. Está enfermo.
- ¿Qué?- dijo Evan sorprendido.
- Laura habló con él hoy en la mañana- dijo Jason-. Está enfermo, al parecer porque se mojó con la lluvia de ayer. Pero estará bien.
- ¡Oh por dios, mi Jimi se morirá!- dijo Evan asustado.
- Seguro sólo es un resfriado- dije.
- ¡Debemos ir a verlo!- dijo Evan.
- No- dijo Jason-. Primero deben hablar conmigo.
- No, mejor primero Jimi- dijo Evan.
- Evan, hablar es más importante- dije.
- Claro que no- dijo-, si tuviera que elegir entre quedarme aquí a hablar de mis problemas o ir con mi adorable Jimi, definitivamente me iría.
- ¿Por qué nadie elige los problemas?- dije-, yo lo haría.
- Y por eso tienes problemas- dijo Jason-. Así que hablen o me iré con Laura.
- ¿Ya vieron que hoy cambió su peinado?- dijo Evan-, ¡Se ve muy adorable!
- Evan, concéntrate- dije.
- Cierto- dijo-. Bien, todo empezó aquella tarde en la que por la lluvia salimos del auto de George y un árbol con forma de policía nos dijo que debíamos pasar la noche en un hotel.
- ¿Qué?- dijo Jason asustado.
- ¡No, mejor cuento todo yo!- dije.

Jason nos escuchó. Decidimos explicarle absolutamente todo. El receso pasó rápidamente. Es más, hasta decidimos seguir hablando después de clases.
Jason nunca nos juzgó o interrumpió, aún cuando Evan era terrible narrando acontecimientos. Traté de ser breve y de explicarle todo, desde esa tarde en el cementerio hasta el casi beso de aquella vez. Había algo tranquilizador en decir las cosas. Era liberador.

Después de eso, observamos a Jason esperando que dijera algo.

- Sí que estuvieron ocupados- dijo.
- ¿Qué hacemos ahora?- pregunté.
- Ir a casa- dijo-. Porque hay mucho por hacer.
- ¿Eso en qué ayuda?- pregunté.
- Necesitan descansar. Son muchas cosas. Yo también necesito pensar en eso. Pero todo estará bien. Sé qué hacer- dijo.

Eso me alivió mucho.

- Iré a visitar a Jimi- dijo Evan.
- Mejor otro día- dijo Jason-. Tengo que hablar con él antes.
- ¿Con Jimi?- pregunté-, ¿Qué pasa con él?
- Eso quiero saber- dijo-. Pero tranquilos, él estará bien.
- Pero yo iré a verlo- dijo Evan-. Definitivamente lo haré y le contaré todo lo que pasó. Entonces ya no tendrá que preocuparse por mí. Ya no soy la misma persona.
- Me encargaré de que sepa- dijo Jason-. Ustedes relájense por hoy. Hagan algo. Diviértanse, pero no tanto. Todo estará bien. Lo prometo.
- Cuida de Jimi- dijo Evan.
- Lo haré- dijo él-. Ahora si me disculpan, buscaré a Laura para irnos a casa.
- Nosotros buscaremos a Jill- dije.

Nos despedimos. Me sentía mejor. Al menos Jason ya sabía que no estábamos bien. Pero no creía que todo estuviera tan mal. Eso me daba esperanza. Pero aún no se sentía suficiente. No me quedaba de otra más que seguir adelante con todas mis fuerzas. Por supuesto que yo no contaba con lo que pasaría en halloween.