171. El extraño diario de Zac (en enero)

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Los días pasaban muy rápido. Ya estábamos en Enero y la boda sería en unas semanas. Jill se estaba volviendo loca. Como sus damas la acompañaban tambien, se volvían locas juntas. Todas menos Laura que cada vez me asombraba más, era muy buena como líder y actuando bajo presión. Además, ella y yo habíamos pasado mucho tiempo juntos. Generalmente sólo perdíamos el tiempo hablando de cosas tontas, pero era lindo. Me olvidaba por un momento de las cosas que debía solucionar. Como ella pasaba mucho tiempo en mi casa, la veía todo el tiempo.

Una tarde mientras planeábamos el próximo festival del consejo estudiatil, ella me contó que llevaría a Will a la boda de mis padres, como su acompañante. Se quedó observando mi reacción.

— Qué bien— dije.

Mentí. Realmente escucharla decir eso fue como si me golpearan en el estómago. Quizá era porque no planeaba ver a Will ahí. Definitivamente no me sentí alegre al saber eso. Sin embargo ella era mi amiga y si eso la hacía feliz, debía apoyarla. Pero no se sentía bien.

— Madie me dijo hace un rato que no buscará a nadie para que la acompañe a la boda— dijo ella como si nada, ignorando que me sentía muy extraño—. No entiendo porqué.
— Quizá no necesita una pareja— dije tratando de parecer tranquilo—. Posiblemente ella sólo va a venir a comer.
— Yo también lo pensé— dijo ella—. Pero quizá ya tiene a alguien así que no necesita invitar a nadie.

La miré con curiosidad.

— ¿A qué te refieres?— le pregunté.
— ¿Puedo contarte un secreto?— dijo ella.
— Claro— dije.
— Creo que es Jason— dijo ella—. Hay algo entre ellos.
— ¿De verdad?
— Sí, el día de su cumpleaños Madie estaba muy ebria así que se encerró en el baño para estar sola. Pensé que estaba bien porque ella siempre ha sido muy rara pero al parecer se sentía mal. Entonces Jason fue a salvarla. Los observé cuando él fue a buscarla y se abrazaron. Ella se veía mal.
— Quizá Jason sólo quería ayudarla— dije—. Como lo hace con todos nosotros.
— Pero ya los he visto abrazarse antes— dijo ella—. También han salido. Y se llaman y se envían mensajes.
— ¿Crees que están saliendo en secreto?— pregunté.
— No lo sé pero si fuera así, ¿Por qué lo haría? No deberían ocultarse de nosotros. Somos sus amigos.
— Quizá creen que es mejor mantener un perfil bajo por el momento— dije.
— Pues no me gusta— dijo ella.
— Las cosas nunca ocurren como queremos— dije.
— Zac, no seas pesimista— dijo ella.

Quería decirle que no había ni una sola razón por la que debería ser optimista. Tenía que organizar un evento en el consejo estudiantil, Harry se había quejado por todas las veces en las que lo dejé a cargo, ya casi era la boda y odiaba los lugares concurridos, aún no superaba la última boda, Lucille estaba enojada conmigo y como si esos no fueran suficientes problemas, odiaba la idea de que Laura llevara a Will como su acompañante.

Darme cuenta de eso me perturbó. Porque ella estaba justo a mi lado hablando muy feliz sobre el pastel de bodas que Jill escogió mientras yo pensaba en lo mucho que odiaba su decisión. Laura me había dicho que confiara en ella pero ahí estaba yo, con algo atorado en mi garganta sin poder decirlo. No quería herirla, menos cuando todo iba tan bien entre nosotros.

— Zac— me dijo ella—, ¿Te molesta que Will vaya conmigo?

La observé asombrado. Traté de fingir.

— No— dije.
— Porque si te incomoda, podría...
— No, en verdad no me molesta— mentí—. Creo que es bueno que lleves a alguien.
— ¿Seguro?— preguntó.
— Claro— dije—. Por si no recuerdas él y yo estuvimos en la fiesta de Jason y todo salió bien.

Me aliviaba saber que al menos nadie además de Jason sabía que eso fue un desastre.
Ella me observó pensativa.

— De acuerdo— dijo ella—. Pero si algo pasa... dime, ¿Ok? No importa qué sea, estará bien.

Problemas de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora