La visita al hospital me había dejado mentalmente desgastado y no tenía tiempo para sufrir, debía estar con Jimi. Pero desde que llegué a ese lugar me la pasé temeroso por encontrarme con Will. Sabía que estadísticamente era difícil porque el lugar era grande y estaba lleno de gente, pero con mi suerte no sería una sorpresa. También estaba la posibilidad de que estuviera enfermo de verdad, de que por error hubiera contraído una bacteria mortal que me estuviera matando lentamente mientras se comía mi cerebro. Quizá esa no era una idea tan mala.
Papá estaba notoriamente preocupado. Él y Jill. Ambos me llevaron con Madie, la única persona que parecía confiable en un momento así. Se quedaron afuera esperándome.
En realidad me habían realizado pruebas y estudios por la mañana. Sólo debía entregarle los resultados a Madie.Ella se veía terrible. De hecho no me sorprendería si un día agregaban al diccionario la palabra “Madie” como sinónimo de “cansada”. Honestamente no la recordaba de otra manera.
Revisó lo que le di.
— Es como imaginé— dijo ella—. Exactamente como pensé que sería.
— ¿Me voy a morir?— pregunté.
— Ya quisieras, no tienes tanta suerte— dijo—. En realidad tu salud es excelente. Quizá tu peso es el único que podría ser anormal pero no lo suficiente como para preocuparse.
— ¿Por qué, estoy muy gordo?— dije.
— No, estás muy delgado— dijo ella—. ¿Empezaste una dieta o algo parecido?
— No... pero esa noticia es lo único bueno que me ha pasado últimamente— dije.
— Bueno, acostúmbrate a que te pasen cosas malas. Así es la vida lamentablemente. Todo se trata de dolor y agonía.
— Definitivamente lo creo— le dije mientras la veía—. Tu cara dice eso a la perfección.
— Sí, no estoy feliz— dijo ella—. Casi nunca estoy feliz.
— Y por eso me agradas— dije—. Aunque espero que yo no sea tu causa de infelicidad.
— De hecho sí es tu culpa— dijo.
— ¡Perdóname por quitarte tu tiempo obligándote a hacer tu trabajo!— dije ofendido.
— No es por eso— dijo ella—, aunque supongo que no esperabas que al llegar yo te recibiera con un beso en la frente. Es decir, Will es miserable por tu culpa, agradece que no te he infectado con un virus mortal todavía.La miré completamente mudo por la sorpresa. Ella me observó.
— Sí, lo sé todo— dijo ella—. Pero no es culpa de Will, él no quería decir nada, nunca lo haría. Lo obligué mediante unos terribles y medievales métodos de tortura.
— ¿Qué te dijo?— pregunté angustiado.
— Que le rompiste el corazón. Eso y otras cosas que no entendí porque él estaba muy ebrio. Quizá que yo estuviera ebria también no ayudó mucho. Pero el punto es que lo destruiste.Escuchar eso no me hizo sentir bien. Quería desaparecer y dejar de sentirme tan avergonzado. Laura ya me había dicho que Will estaba mal pero... no quería creerle.
— Lo peor de esto no es que Will sea una miserable basura tirada en el suelo— dijo ella—. Lo peor es que yo tengo que hacerme cargo de esa miserable basura o todos me odiarán. Laura cuenta conmigo y mi hermano me amenazó con no volver a hablarme si abandono a Will.
— ¿Tu hermano?— dije.
— Lou, también es amigo de Will de cuando íbamos a la universidad.
— Ah sí, lo recuerdo— dije—. Estaba en la boda de George y Lucille.
— Su madre está saliendo con mi padre— dijo ella—, es raro pero tengo que aceptarlo. No es lo único, oficialmente ya me resigné a ser la niñera de Will.Bajé la mirada al suelo.
— Lamento mucho eso— dije. No sabía qué más decir.
— No me lo digas a mí— dijo ella—. Deberías decírselo a él. Pero no ahora porque si te ve se muere.
— ¿Se muere?— dije consternado.
— Sí pero está bien porque tú también te estás muriendo así que hay un equilibrio.
— ¿Me estoy muriendo?— dije asustado.
— Sí, por eso estás aquí, ¿No?— preguntó.
— Estoy aquí porque he vomitado muchas veces últimamente y... a papá le preocupa— dije.
— Por eso, quizá un día vomites hasta tu alma y mueras— dijo.
— Nadie podría morir por eso— dije—. Mi madre tenía hace unos años un perro chihuahua que era muy vomitón y nunca murió. Es decir, sí murió pero porque mi mamá lo arrolló con su auto, no por tanto vomitar.
— ¿Tu madre mató a su perro?— preguntó sorprendida.
— Sí, estaba muy ebria, pero eso no es el asunto— dije.
— Tu madre parece una mala madre— dijo.
— Ella es una mala madre, tú una mala doctora, yo una mala persona, todos somos malos, a nadie le importa— dije.
— No todos— dijo ella—. Will no es malo. Es un completo idiota sin remedio, pero no es malo.Nuevamente me sentía avergonzado.
— Ya lo sé— dije muy desanimado—. Por eso soy una mala persona.
— No te pongas triste, deberías ver el lado bueno— dijo ella—. Quizá mi teoría de que hay un insecto parásito dentro de ti sea cierta y mueras próximamente.
— ¿Tengo un qué?— dije asustado.
— Es sólo una teoría pero no quiero descartarla— dijo ella—. Podría ser la razón por la que vomitas tanto.
— No creo que sea por eso— dije.
— De acuerdo, puedes pensar lo que quieras. Engáñate a ti mismo otra vez, total, parece que es algo que te sale muy bien— dijo enojada.
— No me estoy engañando a mí mismo— dije.
— Claro, y yo soy una excelente doctora— dijo con sarcasmo.Iba a reclamarle cuando se levantó de su escritorio. Se acercó a la puerta.
— Aquí está tu receta— dijo—. Ojalá no puedas entender mi letra y mueras porque no conseguiste lo que te receté.
— Qué mala eres— dije.Papá y Jill se acercaron rápidamente.
— ¿Zac está bien?— preguntó Jill.
— Es estrés probablemente— dijo Madie—. Recomiendo que descanse mucho.
— Eso hará— dijo papá.Luego ellos empezaron a hablar sobre eso y yo me alejé de ahí porque no quería escuchar cómo hablaba Madie con las demás personas como si fuera una doctora buena y responsable.
Después de un rato, me acerqué para despedirme.
— Cuidado con los parásitos— me susurró.
— Sí puedo entender tu letra— dije.Luego me alejé mientras la veía enojado.
Salimos del lugar. Entramos al auto. No me encontré con Will. En retrospectiva no sabía si eso había sido bueno o malo.
Ya en casa, más que descansar, no podía dejar de pensar en Will. Así que tomé el álbum de fotografías que Jimi me había regalado en mi cumpleaños. Eso me hizo recordar que tanto él como Will no estaban pasando buenos momentos. Yo no estaba ahí para ayudar a ninguno. A ambos les había fallado.
Entonces nada se veía mejor. Sabía que no podía quedarme en mi habitación, evadiendo todo. Pero enfrentar las cosas daba demasiado miedo. Ahí estaba bien, a salvo, sin nada que pudiera dañarme.
Pero estaba solo. Entonces no estaba bien.
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Problemas de Pasillo
Storie d'amoreZac se siente traicionado. Jimi descubre que en realidad no sabe nada sobre Evan. Evan intenta impedir que su pasado no afecte su relación con Jimi. Laura se da cuenta de que no puede ignorar esos nuevos sentimientos. Will decide seguir adelante...