Problemas de Pasillo

8. El diario de Laura

— De niña solía jugar futbol con los niños y en veces bromeaba con ellos escondiendo el balón debajo de mi abrigo— le dije a Will—. Pensaban que lo hacía por molestar pero realmente me gustaba imaginar que así me vería si estuviera embarazada.
— ¿Qué tan niña eras?— preguntó Will—, porque no sé si eso es tierno o perturbador.
— No lo sé, debía tener doce años— dije.
— Tengo opiniones encontradas al respecto— dijo.
— Es tierno, te voy a mostrar. ¿Tienes algún balón por aquí?
— Laura, este es un consultorio médico, no una cancha de entrenamiento.
— Deberías tener algún balón al menos— dije.
— Ahora que recuerdo, creo que debo tener un balón de futbol americano por ahí.
— Ese no sirve, parecerá que tendré un bebé deforme— dije.
— O un huevo— dijo.

Nos observamos.

— Dame ese balón— dije.
— Deja que lo busque— dijo rápidamente—, tengo que ver el bebé deforme.

Se fue. Me quedé ahí.

Habían pasado dos semanas desde aquel fatídico día en el que Will creyó que debía confesar sus sentimientos pero que resultó no ser un buen momento. Él había tardado en retomar su vida (si es que ya lo estaba haciendo, una parte de mí creía que sólo fingía estar bien), pero ya parecía ser el mismo de antes. Al menos ya no se veía totalmente destruído como cuando lo encontré en la sala de su casa. Había estado viviendo en casa de sus padres. Si bien tenía que conducir mucho todos los días para volver de su trabajo a su casa, le gustaba la compañía de Alex.
Me sorprendía lo mucho que Alex se había estado esforzando por animar a su hermano.

Por otro lado, no sabía nada de Zac. Le había contestado a Jimi sus mensajes un par de veces pero nada más. No salía de su casa. Evan había intentado ir a verlo pero Jill le había dicho que él no estaba disponible.
Evan y Jimi habían insistido mucho pero Zac simplemente no quería salir. También le preguntaban a Will sobre qué había pasado pero yo trataba de disuadirlos cambiando de tema.
Will no estaba en condiciones de hablar de eso aún.

De hecho, en mi opinión, sería mejor que nunca lo hiciera.

Will definitivamente había mejorado gracias a los chistes malos de Evan y a el entusiasmo de Jimi, que lo visitaban cuando podían. No juntos porque Evan había decidido tomar doble turno en su trabajo por las vacaciones y no tenía tiempo. De hecho, me sorprendía que tuviera tiempo para Jimi con esos horarios. Supuse que ya tendrían tiempo de sobra para estar juntos en la escuela. Las vacaciones acabarían pronto después de todo... y yo que tenía muchos planes sin cumplir.

Me había pasado todas mis vacaciones tratando de animar a Will. Había sido divertido pero... yo quería ir a la playa. En cambio, quién sí había ido a la playa y que no dejaba de presumirlo era George, que además de causar envidia a todos por su increíble luna de miel, también lo hacía presumiendo a su flamante esposa.

Will llegó con el balón. Lo tomé. Lo metí debajo de mi blusa.

— ¡Tengo un bebé huevo!— le dije.
— Deja que tome una foto y se la envie a George— dijo Will.

Eso hizo. Minutos después, George me llamó muy alterado.

— ¡Laurita, estás embarazada!— dijo asustado.
— Tendré un bebé huevo— dije.
— ¡Oh por dios!— dijo él—, ¿Cómo pasó eso?

Yo no aguantaba la risa.

— Ya sabes, he tomado malas decisiones— dije.

Will no aguantó la risa y yo tampoco.

— ¿Qué está pasando?— dijo George—. Lucille dijo que era una broma y ahora estoy empezando a creerlo.
— Obviamente es una broma— dije—, ¿Cuántos bebés huevo conoces?
— ¡Son muy malos!— dijo él antes de colgar la llamada.

Observé a Will.

— No puedo creer que sea tan crédulo— dije.

Entonces golpearon a la puerta. Era Evan. Saludó a Will y entró. Me observó.

— ¿Qué te pasó?— preguntó mientras me observaba admirado.
— Tengo un bebé huevo— dije.
— ¿Por qué?— preguntó.
— ¿En serio vas a preguntar eso?
— Laura, no quiero asustarte pero creo que en verdad tu bebé es un huevo— dijo él—, ¿Su padre es un huevo también?
— Me sorprende la cantidad de gente que podría creerse esto— dijo Will.
— ¿Puedo tocar a tu bebé fenómeno?— me preguntó Evan.

Después de explicarle que todo era una broma absurda en donde sólo él y George caerían, nos dijo que sólo estaba ahí de paso para dejarle unos cd's a Will. Según él, Will necesitaba buena música en su vida.

— Aquí tienes— dijo Evan mientras pasaba cd's—. Pink Floyd, The Rollings Stones, The Smiths, U2 y si tienes un poco suerte, tal vez mañana Jason me devuelva mis cds de The Beatles.
— Gracias— dijo Will—. Estoy seguro de que Alex tiene varios de estos en casa pero también sé que tratándose de música él no presta nada.
— Tienes mucha música— dije—. Creo que he visto algunos de estos cd's en casa de Jimi. ¿Y él? ¿Tampoco vino contigo hoy?

Evan me observó.

— No— dijo él.
— Debe estar ocupado— dije—. Últimamente hace muchas cosas. Su facebook está lleno de fotos sobre lugares que ha visitado.
— ¿Lugares?— preguntó Evan.
— Sí, al parecer ha disfrutado estas vacaciones mucho— dijo Will.
— Probablemente— dijo Evan.
— ¿Cómo? ¿No lo sabes?— pregunté—, pensé que había estado viajando contigo, en tus ratos libres.
— No, yo... no he tenido mucho tiempo— dijo—. Pero me alegra que sea feliz...
— ¿En serio?— pregunté escéptica.
— ¡Noooo! ¡Es terrible!— dijo—, quiero que sea feliz pero conmigo...

Me acerqué a él.

— Evan, dime qué está pasando— le dije.
— Tengo la impresión de que Jimi está enojado conmigo— admitió él.
— ¿Qué te hace pensar eso?— dijo Will.
— No lo he visto en semanas— dijo Evan afligido.
— ¿Discutieron?— pregunté.
— No, sólo conversamos sobre algo y... Jimi dijo que no quería verme hasta que quisiera hablar de nuestros problemas con él.
— ¡Definitivamente discutieron!— dije.
— ¿Por qué?— preguntó Will—, ¿Acaso no todo estaba bien entre ustedes?
— Todo está bien entre nosotros— dijo Evan.
— Claro, por eso no has visto a Jimi en semanas— dije con sarcasmo—. Se siente el amor.
— Es sólo algo pequeño— dijo Evan—, seguramente Jimi lo olvidará.
— Ya pasaron semanas— dije—. No creo que se le haya olvidado. Además, está divirtiéndose sin ti. Si yo fuera tú, estaría preocupada.
— Lo estoy— dijo él bastante triste—, pero no puedo hacer lo que Jimi quiere. Es muy difícil.
— Jimi sólo quiere hablar, ¿No?— preguntó Will—, ¿Qué tan difícil es eso?
— Mucho— le dijo Evan—, tú mejor que nadie debería saberlo. De otra forma Zac y tú ya habrían arreglado sus problemas, ¿No?

Will miró completamente sorprendido a Evan. Yo también, no podía creer que le hubiera dicho eso. Evan no tenía ni idea de lo que estaba pasando.

Aunque de hecho, nosotros no teníamos ni idea de lo que le estaba pasando a él.