10. El extraño diario de Zac

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Desesperado, tomé mi teléfono y marqué al teléfono de Laura. No saber nada me estaba consumiendo.

— ¿Jason?— dijo ella, sonaba desesperada, había demasiado ruido en donde estaba—, tienes que apurarte, no sé qué hacer y todo es un caos...
— ¿Laura?— dije, hacía mucho que no había escuchado su voz que por un momento me pareció que no era ella.
— ¿Zac?— preguntó, parecía sorprendida.
— ¿Qué pasa?— dije, había mucho ruido que casi no podía escucharla.
— Eh...— dijo y se quedó callada un instante—... Yo... no... lo sé... sólo...

Se escucharon muchos ruidos extraños. Habían muchos gritos. Entonces, repentinamente, un ruido ensordecedor me sorprendió. Lo entendí: ella había dejado caer el teléfono. Me asusté. ¿Qué estaba pasando?

No dejé de escuchar.

— ¿Laura?— dije—, ¿Estás bien?

Entonces todo el ruido se fue. Quedó un silencio increíble. Puse atención. Se escuchaban unas voces.

— ¡Odio todo esto!— gritó Laura, reconocí su voz— ¡Se supone que estaríamos juntos siempre! ¿Acaso no lo prometimos? ¿Por qué todos pelean? ¿Por qué es tan difícil todo? ¡Y no importa que haga no puedo manejar todo sola! ¡Simplemente no soy suficiente y...

Escuché eso y no pude evitar llevarme la mano a la boca para no hablar.

—... no tienes idea de cuánto te necesitamos— dijo ella mientras su voz se iba apagando.

Inmediatamente terminé la llamada. Luego solté el teléfono en mi cama. Ahí estaba, de hecho ahí había estado por muchos días.

Las palabras de Laura resonaban en mi cabeza. Las analicé lentamente. Yo también odiaba todo eso. Yo también había pensado que estaríamos juntos para siempre. También era difícil. Tampoco podía manejar nada solo.

Tampoco me sentía lo suficiente... para nadie.

Ya habían pasado varias semanas desde que eso pasó. Honestamente no se sentían como semanas. Se sentían como años. Horribles y duros años que no pensé volver a sentir pero que ahí estaban, consumiéndome.

De acuerdo, tal vez estuve en verdad destrozado los primeros días después de eso, pero no era como si mi estabilidad mental no me permitiera ser coherente de nuevo. Entendía qué había pasado. Sabía qué debía hacer. Sin embargo, era tan difícil.

La soledad no me ayudaba. Me moría de ganas por estar con los demás. Pero después de esa llamada ya no me sentía con ganas. Todo estaba mal. Laura se escuchaba mal. Y yo no estaba tan bien como para verlos y fingir que nada había pasado.

Realmente eso sería imposible porque... sí había pasado algo.

Yo le gustaba a Will.
No sabía qué pensar al respecto aunque sí estaba seguro de algo: ya no éramos amigos.

Me mataba pensar que quizá nunca lo fuimos. Sabía que Will no era malo. Sabía que quizá su intención no había sido esa pero... el resultado era el mismo.

Debía estar acostumbrado a la decepción pero no, me sentía muy traicionado. No era la primera vez que me pasaba. No era la primera vez que se acercaban a mí queriendo ser mis amigos y realmente querían otra cosa.

No creí que me pasaría de nuevo sin embargo ahí estaba, sufriendo por eso.
Esta vez era demasiado confuso todo. Will no era malo, yo lo sabía. No dejaba de ser un traidor, pero no era malo. Sinceramente no recordaba mucho de lo que me dijo porque mi mente empezó a sacar traumas de la vez anterior, todo se revolvió y de repente ya no era Will el que estaba ahí, si no otra persona.

Otra horrible persona.

¿Qué tanto de lo que vi y escuché había sido real? No lo sabía.
No quería saberlo.

Jill me había dicho que ellos me buscaban. Querían verme. Y yo a ellos pero... no quería que vieran al Zac patético. No a ese Zac. Entonces decidí verlos hasta sentirme totalmente bien... cosa que parecía imposible. Aún cuando había ido a terapia dos veces. Odiaba la terapia pero sabía que era necesaria.

Entendía qué debía hacer. Debía hablar con Will. Pero no quería. No sabía qué me diría. Pero no quería escucharlo. Había traicionado mi confianza. Aún así yo necesitaba decirle algo. Y saber que él estaba bien. Eso no me dejaba dormir en las noches. ¿Will estaría bien? ¿Estaría triste? ¿Se habría dado cuenta ya de que en realidad yo no le gustaba? Estaba seguro de que sólo era uno de esos romances repentinos que tenía. Probablemente me superaría rápidamente pero... eso no significaba que yo haría lo mismo.

Si algo había hecho en esos días de soledad en mi habitación, era pensar. Llegué a la conclusión de que tanto Will como yo no deberíamos estar en la vida del otro. Yo no podía evitar sentirme defraudado por él y si él quería seguir engañándose pensando que yo le gustaba, entonces yo debía estar lo más lejos posible de él porque eso no iba a pasar.

No había forma de que Will me gustara. O de que me gustara alguien más.
Era imposible.

Al mismo tiempo, no imaginaba vivir sin Will. Es que era impensable, él era amigo de mis amigos. Tendría que dejar de verlos a ellos para evitar encontrarme con Will. Es más, simplemente era imposible para mí explicarles qué había pasado. La situación se volvería incómoda. Todo sería incómodo.

Definitivamente no.

Si es que no lo sabían. Will podría ya haberles dicho a todos. Me parecía algo que no haría pero era una posibilidad. Una terrible, pero posible.
No, Will no haría eso.

Contactar a Laura había sido lo más prudente que podía hacer. La opción inicial sería Jason pero... temía que él viera dentro de mí y se enterara de todo... era imposible pero Jason siempre había sido muy hábil para saber cosas que ni nosotros sabíamos...

Si había alguien que podía decirme qué pasaba era Laura, sin duda alguna.

Pensaba que me sentía mejor. Que ya no era la persona de antes. Que había cambiado. Tal vez no del todo. Tal vez el tiempo funcionaba en veces y en otras no.

Miré mi teléfono. Debería llamar a Laura. Pero ella estaba harta de eso. Quién no. Posiblemente no sabía qué estaba pasando. Explicarle sería complicado. Pero sólo en ella podría confiar.

Era extraño porque... me sentía un poco distanciado de ella, normal porque en quién más confianza tenía era en Will...

Le había dado todo y simplemente no funcionó. Confíe en él y... al final parecía que mi destino era no tener nunca un mejor amigo.

Problemas de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora