16. El diario de Jimi

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Zac y Will cumplirían años en esa semana. Laura y yo queríamos hacerles una fiesta sorpresa. Pero no se iba a poder. Ellos tenían problemas. Al menos eso me había dicho Laura. Nadie sabía nada más. Yo pensaba que era algo que podían arreglar fácilmente porque eran amigos y no podía ser tan malo, de hecho sugerí seguir con la idea de la fiesta y que esto sirviera como pretexto para que se encontraran... pero Laura no quiso. No entendí porqué.

Las cosas se sentían diferentes. Al menos mi situación con Evan estaba mejor. Sin embargo, todo seguía sintiéndose como si estuviera mal. Algo había cambiado y yo no sabía qué era.

El día anterior al cumpleaños de Zac y Will, Laura convocó una reunión de emergencia en su casa. Fuimos.

Evan pasó por mí. Hacía mucho que no lo hacía que me sentí muy feliz por eso. Caminamos por las calles. Hablamos sobre la reunión. Ninguno de los dos tenía idea de qué trataría. Llegamos después de un rato. Ahí estaban Jason y George.

— ¿Qué haces aquí?— le preguntó Evan a George.
— Vine a la reunión. Mis vacaciones ya terminaron. Es una lástima, la playa era genial— dijo él.
— ¿Y la profesora?— pregunté.
— Fue por alguien. Llegará aquí en un rato— dijo él.

Me pareció extraño.

Después de un rato, la profesora y Laura llegaron. Entendí por quién fueron.

— ¡Hooolaaaa!— dijo Alex feliz.

Lo observé. Sí, debí sospecharlo.

— Jimi, Evan, se ven muy bien— nos dijo.
— Gracias— dije.
— Tú te ves bien— le dijo Evan.
— Es sólo apariencia— dijo Alex—, en el fondo sufro de un dolor terrible.
— ¿Entonces porqué estás aquí?— pregunté.
— Porque vamos a hablar de mi hermano— dijo él.

¿De Will?

— Bien, reúnanse todos— dijo Laura, llamando la atención, atrás de ella estaba un pizarrón blanco y sostenía un marcador—, vamos a empezar.
— ¿Empezar qué?— pregunté.

Tocaron a la puerta. Era Jill. Entró.

— Lamento llegar tarde— dijo ella—. Llevé a Zac a que le cortaran el cabello. Es muy quisquilloso y sólo le gusta que le corten el cabello en un lugar que está muy lejos de aquí.
— ¿Zac no vino?— preguntó Evan.
— Él no puede estar aquí, hablaremos sobre su cumpleaños— dijo Laura.
— Pensé que hablaríamos de Will— dije.
— El cumpleaños de los dos es el mismo día— dijo Laura—. Obviamente no deben saber que estamos planeando algo.
— ¿Qué significa eso?— preguntó George—, ¿Les haremos una fiesta sorpresa?
— No, ellos no pueden estar juntos— dijo Jill.
— ¿Por qué no?— preguntó George.
— No lo sé— dijo ella—. Zac no me dijo nada.

Empezó el caos. Todos hablaban al mismo tiempo. Laura empezó a enojarse.

— ¡Silencio!— gritó.
— Es que estamos muy confundidos— dijo la profesora—. ¿Qué pasó entre ellos?
— No lo sabemos y no es de nuestra incumbencia— dijo Laura—. Nosotros sólo planearemos la forma de festejar sus cumpleaños.
— ¿Y si mejor planeamos la manera de hacer que vuelvan a ser amigos?— dijo Evan.

Todos estuvieron de acuerdo con él.

— No lo creo— dijo Laura.
— A Zac le gustan los planes difíciles— dijo Evan—. Seguramente le gustará que hagamos uno.
— Será un buen cumpleaños, haremos que sean amigos nuevamente— dijo George—, además, es fácil, sólo debemos hacer que Zac se disculpe con Will y asunto solucionado.
— ¿Por qué Zac debe disculparse?— preguntó Jill.
— Porque si tienen algún problema sin duda es culpa de Zac— dijo George—. Will es un amor, nunca le causaría problemas a nadie. Por otro lado, Zac es como el anticristo.
— Zac es una buena persona y estoy segura de que no es su culpa— dijo Jill, enojada.
— ¿Qué significa eso?— preguntó la profesora—, ¿Que el culpable es Will? Porque Will es asombrosamente amable y nunca podría lastimar a nadie.
— Zac tampoco lastimaría a nadie nunca— dije—. No intencionalmente.
— Perdóname pero creo que si algo pasó debe ser culpa de Zac— me dijo Evan—. Puede ser muy bobo algunas veces.
— Estoy de acuerdo con eso— dijo George.
— Pues yo no— dijo Jill—. Zac es inocente. Seguro es un malentendido.
— Un malentendido causado por Zac— dijo Alex.

Todos empezaron a pelearse. Jill insistía en que Zac no era culpable pero George, la profesora y Alex defendían a Will. Jason parecía muy intrigado observando eso.

— ¿Puedo unirme a la batalla?— me preguntó Evan.
— ¿Qué?— pregunté—, ¡No!
— ¡Por favor! Es obvio que la culpa es de Zac— dijo.
— ¡Claro que no!— dije.
— Ah... tú apoyas a Zac... debí sospechar eso— dijo.
— No apoyo a nadie— dije.
— Siempre apoyas a Zac en todo.
— Tú también— dije—, sobre todo en sus locos planes.
— Porque son divertidos. Pero esto no es divertido. Sólo se detendrá si él acepta que se equivocó.
— No sabemos qué pasó— dije—. No estamos seguros de si es culpa de Zac.
— Debe ser su culpa, Will es la bondad hecha persona— me dijo.

Me di cuenta de que ya estábamos peleando como los otros. Laura había tratado de evitar que eso pasara pero todos estaban muy inmersos en la pelea que no le hacían caso.

Entonces, súbitamente, Jason se levantó. Lo observé. Se acercó a Laura. Le dijo algo. Ella asintió y le ofreció su marcador. Él lo tomó y se acercó al pizarrón.

Él empezó a escribir. Todos lo observaron.

“Probablemente ellos no van a hablarse en mucho tiempo. Su problema es serio”, escribió.

Todos lo leímos.

— ¿Qué significa eso?— preguntó George.
— Que no podemos obligarlos a que se reunan y traten de ser amigos de nuevo si ellos nos quieren— dijo Laura—. No es cualquier problema, es algo más complejo.
— Cualquier problema puede resolverse por más difícil que sea, ¿No?— dijo Evan.
— Pero esto es algo muy delicado— dijo Alex—. Will se veía mal.
— ¿Ustedes saben qué pasó?— preguntó Jill.

Observamos a Jason y a Laura.

— No— dijo Laura—. Y también creemos que cualquier problema tiene solución. Pero esto es cuestión de tiempo.
— Cuando ellos quieran hablar, lo harán— dijo Jason—. Esperemos a que pase. Pero no debemos obligarlos a hacer algo que no quieren. Hay que respetar las decisiones que han tomado, aunque no nos gusten. Confiemos en que tanto Will como Zac son personas inteligentes que saben lo que hacen. Por eso mismo no hay que buscar culpables.

Todos se quedaron en silencio. Miré a Evan.

— ¿Y si están haciendo mal?— preguntó Evan—, ¿No se supone que somos sus amigos y debemos ayudarlos a corregirlos si están equivocados?
— Debemos ayudarlos— le dijo Jason—, sólo si ellos quieren. Y no nos necesitan por ahora.
— Quizá no saben que nos necesitan— dije.
— Entonces cuando lo sepan se acercaran a nosotros— dijo Laura.
— ¿Y si ya es demasiado tarde?— dijo Evan—, ¿Y si ya no se puede hacer nada? Porque no parece que están haciendo las cosas bien. Parece que ambos sufren. No sé qué pasa pero creo que hablo por todos al decir que... no será lo mismo ver a Zac sin Will y viceversa. Ellos dos... son buenos amigos. Deben estar juntos.
— Entonces esperemos a que se den cuenta de eso— dijo Jason, se veía más animado—. No deberíamos preocuparnos. Las cosas siempre encuentran la forma de ser. Yo mismo me he estado encargando de eso. No será demasiado tarde. Confíen en mí.

Problemas de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora