199. El extraño diario de Zac (y el comienzo)

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— Hola Will— le dijo Ben.
— Estoy muy confundido— dijo el profesor.

Yo también lo estaba pero en ese momento sólo quería abrazar a Will.

— ¿Te encuentras bien?— me preguntó Will.

Me separé un poco y lo miré. Parecía preocupado.

— Lo estoy— dije.
— ¿Por qué no contestabas el teléfono?— dijo—, ¡Todos estábamos muy preocupados por ti!
— ¿Todos?— dije confundido.
— Lucille y George te han estado buscando. Pensaron que regresaste a casa.
— Eso iba a hacer— dije—. Pero Ben me invitó a tomar el té.
— En realidad lo secuestró— dijo el profesor—. Así que no es totalmente su culpa.
— Sólo quería ayudarlo— dijo Ben—. Se veía muy triste.

Will me observó. Me dio vergüenza que él supiera eso.

— No quería preocupar a nadie— dije—. Sólo quería pensar un poco.
— ¿Y no pudiste buscarme?— dijo Will.
— Eso iba a hacer al principio— dije—. Vine hasta aquí para visitarte.
— Espera un momento— dijo el profesor—, cuando dijiste que veniste a visitar a un amigo al hospital, ¿Te referías a Will?
— Sí— dije.
— Yo creí que hablabas de un amigo enfermo que estaba ahí— dijo él.
— No, yo quería visitar a Will— dije un poco apenado—. Quería que fuera una sorpresa.
— Sí fue una sorpresa— dijo Will—. Principalmente cuando Lucille me llamó para preguntarme si no te había visto porque escapaste de ella.
— ¡No quería escapar!— dije afligido—, ¡Sé que ya lo he hecho antes pero esta vez en serio no planeaba huir! Sólo quería sentarme un rato y pensar las cosas. Pero iba a volver con ellos y contigo.

Miré a Will. Él parecía más aliviado.

— ¿Cómo supiste que él estaba aquí?— le preguntó el profesor a Will.
— Lucille me dijo que tú la llamaste— le dijo Will—. Como ellos estaban con rumbo a la casa de Zac, yo llegaría más rápido porque el hospital está muy cerca de aquí.
— ¿Ellos ya se habían ido?— dije.
— Pensaron que volviste— dijo Will.
— Deben estar muy preocupados— dije triste—. No quería que se preocuparan. Sólo quería que dejaran de pelear por mi culpa.
— ¿Entonces por qué no me buscaste?— dijo Will.

Nos miramos a los ojos.

— Creo que necesitan hablar— dijo el profesor—. Ben y yo estaremos en la cocina.

Se fueron. Miré a Will. Lo sabía, él estaba decepcionado.

— Lo siento— dije triste.
— No importa, estás a salvo y es lo único que me interesa— dijo.
— No, no deberías de perdonarme tan fácil— dije muy triste—. No me lo merezco. Siempre arruino las cosas y termino lastimándote. Pensé que ya no lo haría pero acabo de darme cuenta de que si estoy a tu lado posiblemente siempre te voy a causar problemas porque soy muy tonto. Así que George tenía razón cuando me dijo que no hay ninguna razón por la que tú deberías de querer estar a mi lado. Porque tú construyes cosas y yo sólo destruyo todo lo que me rodea. Esto no tiene sentido. Y entiendo si ya no me quieres. Porque eres demasiado bueno para mí y sé que ni en un millón de años podría ser digno de ti.
— Zac, no sé por qué estás diciendo esto pero... se siente como si estuvieras terminando todo y... eso sí que no creo merecerlo— dijo afligido.
— No quiero terminar nada— dije muy triste, sentía que me dolía respirar—. Porque eres lo mejor que me ha pasado en la vida pero...
— ¿Pero qué?— dijo él—, ¿Qué es lo que te preocupa? Pensé que hablamos sobre todo lo que debíamos hablar.
— No sobre todas las veces en las que te lastimé— dije—. O sobre cómo sufriste por mi culpa. Porque sé que debió ser terrible para ti y no puedo creer que aún así quieras estar conmigo. No te mereces alguien que te haga sufrir. Mereces amor.

Problemas de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora