83. El diario de Jimi (y un príncipe)

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Era el auto de Will. Me pareció raro verlo ahí.

— ¿Will te prestó su auto?— pregunté.
— Claro que no— dijo Jason—, aunque podría hacerlo. Vamos, sube. Iremos por Laura.

Me abrió la puerta de atrás. Entramos. Miré el asiento del chofer.

— Hola— me dijo Will.
— ¿Will?— dije sorprendido—, ¿Qué haces aquí?
— Irá al baile— dijo Jason—, lo que me parece una mala idea pero nadie me consultó antes así que debo lidiar con eso.
— Ya dije que lo siento— dijo Will—. Fue idea de Laura y en el momento me pareció algo bueno... ahora no estoy muy seguro.
— Pensé que sólo los estudiantes de la escuela podían ir— dije.
— La profesora meterá a Will de contrabando— dijo Jason—. Por eso debemos estar a la hora que ella nos dijo o Will no podrá entrar.
— Lamento causar tantos problemas— dije.

Luego lo pensé un poco.

— Will— dije—, pensé que Zac y tú tenían problemas. ¿Ya hablaron de eso?
— No... realmente— dijo él un poco apenado.
— ¿Significa que vas a hablar con él hoy?— dije esperanzado.
— Eh... no, yo sólo... eh...— él parecía estar muy confundido.
— Él sólo está acompañando a Laura al baile— dijo Jason—. Es que el vestido de novia de Laura incluía el traje de novio y Will se ofreció a usarlo por ella. ¿No es así?

Ellos se miraron.

— Sí— dijo Will al fin.
— Pero no lo descubrirán gracias a que usará un antifaz— dijo Jason—. No tendremos problemas si todo sale bien.

Su teléfono sonó.

— Es Laura— dijo Jason—. Debemos ir a encontrarla. Tiene el disfraz.

Jason guió a Will al lugar (porque Will era terrible con las direcciones y podía perderse). En el camino le expliqué que realmente no quería ir pero que Laura me convenció de que debía hacerlo.

— Es que ella es muy persuasiva— dijo Will.
— Definitivamente— dijo Jason.
— Me alegra formar parte de tu misión para recuperar a Evan— me dijo Will—. No sabía que tenían problemas pero qué bueno que vayan a resolverlo.
— Eso deseo— dije.

Dimos vuelta en una esquina. Laura estaba ahí. Se detuvo el auto. Tenía una enorme bolsa negra. Subió.

— ¿Por qué tardaron tanto?— se quejó ella—, todos aquí me veían como si estuviera loca. Parecía que había asesinado a mi esposo y que lo tenía en esta bolsa.
— Te dije que ese disfraz es escalofriante por sí solo— le dijo Jason—. Y bien, ¿Qué encontraste?

Tomé la bolsa.

— La tienda estaba por cerrar y ya no habían buenos disfraces— dijo ella—, además no encontraba la talla de Jimi... y este fue el único que pude tomar.
— ¿Un disfraz de abejita?— dije cuando al fin lo saqué de la bolsa.
— Es lo mejor que encontré— dijo ella.
— Definitivamente va a sorprender a Evan— dijo Jason.
— O no, se ve que ha de ser difícil respirar o ver dentro de eso— dijo Will.
— No está tan mal— dijo Laura—. Además, no vas a necesitar tu abrigo. De hecho vas a tener que usar la menor cantidad de ropa posible o de otra manera te vas a morir de calor.
— Ese parece un disfraz terrible— dijo Jason.
— A Evan va a gustarle— dijo Will.
— ¿Crees?— dije.
— Claro que sí— dijo él—. Seguro te vas a ver muy bien.

Me ayudaron a ponérmelo. Efectivamente, quedé en camiseta y shots para poder entrar en él y no sufrir por calor.

— Te ves adorable— dijo Laura.
— Y esponjoso— dijo Jason.
— Creo que dejaré mis cosas en el auto— dije.
— Está bien— dijo Will—, aunque ahora me pregunto si tus alitas caben.

De milagro entré en el auto. Mis alitas de abeja ocupaban mucho espacio. En el camino, Derek me preguntó mediante un mensaje que si estaba en casa. Le dije que estaba por llegar a la fiesta de disfraces de mi escuela. Luego dejé me teléfono en mi abrigo, no iba a poder llevarlo conmigo. Llegamos. En la entrada habían varios profesores a cargo de la seguridad. Zac había sido muy estricto con eso. Sabía que mucha gente iba a querer entrar. Así que en la entrada estaban pidiendo el boleto de entrada y la identificación de la escuela. Yo llevaba la mía. Todos la teníamos menos Will. Así que nos dirigimos a la entrada de profesores, que estaba en el otro extremo. Bajamos.

— Bien— dijo Laura—, si todo salió como lo planeamos, la profesora debe estar esperándonos ahí.
— Jimi, recuerda— me dijo Jason—. Debes buscar a Evan, que está disfrazado de príncipe. Y debemos llevarte a casa antes de las doce.
— ¿Antes de las doce?— preguntó Will—, ¿Por qué? ¿A esa hora se rompe el hechizo?
— A esa hora me tocan mis medicinas— dije.
— Te ayudaremos a buscar a tu príncipe, Jimi Cenicienta— dijo Laura—. Entonces se enamorarán y vivirán felices para siempre.
— No me presiones— le dije.
— Todo saldrá bien, estoy seguro de que lo resolverán— me dijo Will.

La puerta se abrió. Apareció la profesora, con un disfraz muy loco.

— Llegaron a tiempo— dijo ella—. Qué bien se ven todos. Laura y Will son unos recién casados, Jimi es una abejita parlante y Jason es un hippie.
— ¡Soy John Lennon!— dijo él enojado.

Apareció alguien. Era George, que estaba comiendo algo.

— Eres Frankestein— le dijo Will.
— Y yo la esposa de Frankestein— dijo la profesora—. Bien, repasemos el plan. Will y George tendrán que fingir ser estudiantes o los descubrirán.
— Tranquila, Will usará un antifaz— dijo Laura.
— Bien, entonces mucha suerte— dijo la profesora—. Si los descubren yo fingiré no conocerlos. Adiós.

Salió de ahí con George rápidamente.

— Nos dividiremos— dijo Jason—. Posiblemente Evan está con Zac, quién estará supervisando todo como si fuera un malvado dictador.
— Estarán en la sala del consejo estudiantil— dijo Laura—. Will y yo iremos por ahí. Tú y Jimi vayan a la pista de baile.
— Bien— dijo Jason—. Si saben algo, me avisan por mensaje. Y... sean cuidadosos.

Will y Laura, muy serios, asintieron. Se pusieron sus antifaces. Yo me puse la cabeza de abejita. Era muy cómoda aunque ver sí era un poco difícil.

— Estoy nervioso— dije.
— Eso es bueno, significa que estás alerta— me dijo él.
— ¿Tú estás bien?— le pregunté—, te ves... diferente.
— Me preocupan Laura y Will— dijo.
— Pero traen antifaces, no van a descubrirlos— dije.
— Sé que no— dijo—. Pero no me preocupan por eso.
— ¿Entonces?
— Temo que... quizá Will podría entrar en una crisis y yo... podría estar lejos cuando eso pase.
— Entonces deberías ir con él— dije.

Él se detuvo. Me observó.

— Tengo que ayudarte a encontrar a Evan.
— Puedo hacer eso solo— dije—. Ya me han ayudado mucho hoy. Gracias a ustedes estoy aquí, con ganas de solucionar todo. Sé que te preocupas por mí pero... puedo hacer el resto yo sólo. Y si algo pasa, te buscaré.
— Sólo debo ir un momento, ver a Will y regresaré— dijo.
— Me quedaré en esta zona— dije.
— Entonces regresaré rápidamente.

Se fue. Habían demasiadas personas. Pero debía encontrar a Evan.

Problemas de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora