Problemas de Pasillo

115. El diario de Laura

Las cosas habían cambiado dramáticamente. Todo era un caos terrible. Cuando Jason me dijo que Zac decidió tomarse unos días para visitar a su abuelo no me preocupé porque pensé que quizá sólo estaba buscando hacer tiempo para meditar las cosas. Pero no, él era Zac, la última vez que algo intenso le pasó, desapareció por semanas. Los días pasaban y él no aparecía. Tampoco se comunicaba con nadie. Al parecer en verdad se había desconectado del mundo. Jill no sabía cuando regresaría. Lo peor era que no tenía nada qué temer, Jimi no estaba enojado con él. Eso era lo único bueno que había pasado.

Así que por la tarde de un viernes fuimos todos a visitar a Will.

Evan y Jimi estaban ansiosos por verlo. Yo también aunque lo había visto el miércoles de esa semana. Él y Madie seguían molestos por lo sucedido aquel día. No me gustaba verlos así. Pero Madie se negaba a volver a hablarle porque según ella, “Will estaba siendo muy idiota”.

Jason me dijo que se encargaría de hablar con ella. Llegamos a la recepción del hospital. Jason se dirigió a buscar a Madie y nosotros a Will. Lo encontramos, se veía terrible. Al parecer acababa de salir de un turno de 12 horas. Ser doctor sonaba horrible.

— Will, necesitas dormir— le dije.
— Estoy bien— dijo—. Me alegra verlos aquí.
— ¡Nosotros más!— dijo Jimi.

Él y Evan se acercaron a abrazarlo.

— ¿Y Jason?— preguntó Will.
— Fue por ahí— dije—. No importa. ¿Qué tal todo aquí?
— Bien— dijo—. He estado en varias cirugías complicadas. Creo que van cambiarme de área.
— ¿Eso es bueno?— preguntó Jimi.
— No, es terrible— dijo.
— ¿Y lo vas a aceptar?— pregunté.
— Es lo mejor para todos— dijo.
— Pero no para ti— dije.

Nos observamos por unos segundos.

— Will, no deberías hacer cosas como esa— le dijo Jimi—. No si no quieres.
— Sí, deberías cuidarte mucho— le dijo Evan.

Will les sonrió.

— Lo haré— dijo—. ¿Y ustedes? ¿Cómo va todo?

Evan y Jimi se miraron.

— No muy bien— dijo Evan preocupado—. Zac no ha vuelto a casa y ya pasaron varios días.

¡Oh por dios, había olvidado decirle a Evan y a Jimi que no debían decir nada!

— ¿Qué?— dijo Will alterado—, ¿Huyó?
— No, sólo fue a visitar a su abuelo— dije tratando de tranquilizarlo.
— Eso es lo que Jill dice— dijo Jimi—. La verdad es que se fue porque no quiere verme. Le dije cosas horribles porque estaba enojado y lo peor es que no puedo disculparme porque él tiene su teléfono apagado.
— ¿Te enojaste con Zac?— preguntó Will.
— Es mi culpa— dijo Evan—. Porque Zac y yo casi nos besamos. Pero no es como todos piensan.
— ¿Qué?— dijo Will totalmente confundido.
— Pensé que lo sabías— dijo Jimi.
— ¿Laura no te dijo nada?— preguntó Evan.

Todos me miraron.

— Pensé que querían mantener eso en secreto— dije.
— En realidad no porque parecería sospechoso, como si escondiera algo— dijo Evan—. Zac y yo nunca hicimos nada malo. Ambos nos sentimos muy mal por eso.
— Ya te dije que está bien, no estoy molesto por eso— le dijo Jimi.

Ambos siguieron hablando de eso. Dejé de prestarles atención, no podía dejar de mirar a Will. Él tampoco los estaba escuchando. Parecía pensativo y triste. Posiblemente lo estaba. Es decir, Zac había tratado de besar a Evan pero se había alejado de él totalmente. Yo tampoco lo entendía, ¿Por qué Evan sí y Will no?
No era porque Will fuera un hombre, Evan también lo era.

Quizá simplemente porque se trataba de Will.

Entonces me llegaron unas increíbles ganas de llorar. Como si fuera yo la del corazón roto y no Will. Me dolía y no podía seguir mirándolo.

— Si me disculpan, iré a buscar a Jason— dije.

Salí rápidamente. Caminé por los pasillos desorientada. Simplemente no quería estar ahí. Ver a Will me dolía. La vida era terriblemente injusta.

Me encontré con varias personas entre los pasillos. Eso me ayudó a mantener la calma. Entonces cuando giré en una habitación rumbo a unas escaleras, vi a Jason y Madie. Estaban sentados de espaldas hacia mí y por eso no pudieron verme. Ella parecía cabizbaja y Jason la estaba abrazando.

Me quedé paralizada unos cuantos segundos pero luego reaccioné. Me fui de ahí rápidamente. ¿Qué estaba pasando?, me pregunté. ¿Por qué Jason la abrazaba? ¿Madie estaba triste? ¿Era por su pelea con Will? ¿Y qué tenía que ver Jason ahí?

Además, Jason no era del tipo de chico que abrazaba a cualquier persona. No conocía tan bien a Madie como para eso. Y esa vez que ella y yo habíamos hablado, Madie aparentó estar bien. ¿Por qué con Jason sí podía dejar de fingir?

No entendía nada. Seguí caminado. Perdí la noción del tiempo. Todo estaba mal. Zac estaba lejos, Will tenía roto el corazón, Jimi no parecía Jimi y Evan estaba evidentemente apenado por lo del beso.

Y yo sentía que acababan de aplastar mi corazón. Como si lo hubieran golpeado.

Después de un rato, regresé. Entré en la habitación. Will lucía mejor. Al parecer Jimi y Evan le habían explicado el malentendido. Pero Will podría engañar a todos menos a mí. En el fondo estaba triste.

— ¿No encontraste a Jason?— me preguntó Evan.
— No— mentí.
— Iremos a buscarlo nosotros— dijo Jimi—. Seguramente ustedes necesitan hablar.

Ambos salieron. Cerraron la puerta. Will me observó. No estaba enojado. Sólo triste. Llevaba meses viéndose de la misma forma.

— Perdón— dije al fin, rompiendo el silencio—. Debí decirte.
— Laura, no tienes que cuidarme siempre— dijo.
— Lo sé— dije avergonzada.
— No puedes ocultarme cosas importantes.
— No quiero verte triste— dije.
— No lo estoy— dijo.

Lo miré. Suspiré.

— No tienes que mentirme— dije.
— Es verdad.
— Te ves triste. Está bien, no debes ocultarlo.
— Tú tampoco tienes que ocultarme cosas. No importa qué sea, puedo con eso. Quizá no al momento pero... lo superaré.
— Sé que lo harás— dije—, es sólo que... es terriblemente doloroso verte así. Me siento muy mal por ti.
— Es porque eres muy empática.
— Es porque te quiero mucho— dije—. Más de lo que posiblemente tú me quieres a mí.
— Eso no es cierto, yo te quiero mucho— dijo—. Pero creo que lo que sentimos no es lo mismo.
— ¿A qué te refieres?— dije confundida.
— Yo te quiero mucho. Eres mi mejor amiga— dijo—. Pero no sé qué sientes tú por mí. De alguna forma sé que no es lo mismo.

Lo observé.

— ¡Yo te quiero muchísimo, más que a cualquier otra persona!— dije.

Will observó asombrado hacia la puerta. Me giré. Evan y Jimi estaban ahí, mirándonos atónitos.

— ¡Lamentamos interrumpir!— dijo y Evan y salió rápidamente con Jimi mientras cerraban la puerta.

Miré a Will.

— ¿Escucharon lo último que dije?— pregunté.
— Ojalá no— dijo—, no necesitamos más malentendidos.

Golpearon la puerta. Me acerqué a abrir. Era Jason.

— Hola— dijo—. ¿Por qué Evan y Jimi acaban de salir corriendo?
— Larga historia— dije.

Entró. Empezó a hablar con Will sobre lo mal que parecía. Yo no podía dejar de pensar. Todo daba vueltas en mi mente: lo que decía Will sobre la forma en la que lo quiero y la imagen de Jason abrazando a Madie.