6. El diario de Laura

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Debajo de un árbol en el jardín de los padres de Will, él y yo estábamos recostados en el pasto, mirando las hojas bailar con el viento. Observando el cielo azul libre de nubes.

— ¿Tus padres llegarán tarde hoy?— le pregunté.
— No llegarán— dijo él—. Son médicos, se pasan toda su vida en el hospital.
— Lamento escuchar eso— dije—. Seguramente te gustaría verlos.
— No realmente. Sé que tienen cosas qué hacer.
— Pero los necesitas ahora, ¿No?
— Estoy bien— dijo—. Me siento bien. Fue una buena idea venir aquí.

Lo miré de reojo. Se veía mejor.

— No hay nubes— dije—. Amo buscarles formas graciosas.
— El cielo está muy despejado— dijo.
— Tal vez deberíamos ir a pasear por la ciudad— dije—. Jamás había venido aquí antes.
— No tengo muchas ganas de pasear... o de hacer algo. Pero puedes ir con Alex.
— Pensé que aún está recuperándose— dije.
— Sí pero ya puede salir. Lentamente, pero puede.
— No creo que sea bueno para él salir. Ni para ti, honestamente— dije.
— Entonces deberíamos quedarnos aquí.

No me gustaba verlo así. Quería hacer algo por él pero también entendía que quizá lo mejor era simplemente no hacer nada.

— ¿Necesitas algo?— le pregunté—. Iré adentro.
— No, estoy bien— dijo.

Me levanté. Sacudí mi ropa. Caminé hacia la casa. Entré. Alex estaba ahí, acomodándose sus anteojos.

— Se ve terrible— dijo.
— Por dentro está peor— dije.
— ¿Va a quedarse ahí mucho tiempo?
— Deseo que no— dije.
— Sospecho qué pudo haberle pasado— me dijo—, pero me gustaría que tú me confirmaras esa información.
— Creo que no tengo derecho para contar cosas sobre Will— dije.
— Podrías— dijo.
— Pregúntale tú— dije.
— No va a decirme nada. Will nunca dice nada. Se queda con las cosas malas. Will siempre quiere proteger a todos.

Como Zac, pensé.
Otra razón para pensar que es raro que sus sentimientos no hayan coincidido.

— Deberías ir con él— dije—. Te necesita. Eres su hermano.
— Ahora mismo creo que te necesita más a ti— me dijo.
— Sí pero... siento que no soy suficiente. Que no hago lo suficiente.
— No parece. Will de alguna manera... se ve bastante tranquilo— dijo.

Miré por la ventana.

— Tal vez— dije.
— De todas formas, iré con él— dijo Alex—. Mientras tanto tú deberías hablar con tus amigos.
— ¿Mis amigos?
— Sí. Están preocupados— me dijo antes de salir del lugar.

Tomé mi teléfono. Lo había apagado porque no quería que me distrayera. Lo prendí. Habían muchos mensajes y llamadas perdidas. Busqué el número de Jason. Iba a enviarle un mensaje pero... honestamente necesitaba escuchar su voz. Era muy relajante.

— ¿Qué tal todo?— preguntó.
— Bien por ahora— dije, me alegré de que me contestara.
— ¿Will está mejor?
— Eso creo— dije—. Realmente no lo sé.
— Seguramente ya se siente mejor— dijo.
— ¿Sabes algo sobre Zac?
— Él está bien.
— No entiendo que pasó— dije—, aún cuando sé cuál es la situación...
— Zac rechazó a Will— dijo Jason—. Es normal que exista un poco de distancia entre ambos por ahora.
— ¿Lo sabías?
— Lógicamente pensé que debía ser eso— dijo.
— Tú en verdad lo sabes todo.
— No todo— dijo—. En verdad no pensé que tú y Will se irían de la ciudad.
— Fue una desición de último minuto— dije—. Pensé que le haría bien ver a su familia.
— ¿Está funcionado?

Miré por la ventana. Will estaba con Alex. Parecían hablar de manera animada. Alex parecía reírse mucho. Will lucía mejor pero... quizá estaba fingiendo para no preocupar a su hermano.
De todas formas... verlo fingir era mejor que verlo triste.

— Tal vez un poco— dije.
— Estará bien. Necesita tiempo— dijo él.
— Me preocupa Zac— admití.
— Zac tiene problemas— dijo—. No podemos ayudarle en eso si no quiere.
— Will dice que se puso mal y en verdad yo no lo entiendo porque... fue amable conmigo. Es decir, me rechazó y sí, fue doloroso pero... él estaba bien. Pero con Will las cosas fueron diferentes.
— No creo que Zac esté mal por la declaración de Will. Es por otra cosa, así que trata de convencer a Will de que nada de esto es su culpa— me dijo.
— Aunque se lo diga no creo que Will me crea— dije, un poco desanimada.
— Al menos deberías intentar.
— Deberías de decirle tú— dije—. Deberías de venir a hablar con Will. Estoy segura de que se sentiría mejor después de hablar contigo.
— Sinceramente no creo poder hacer tanto por él como lo has hecho tú— dijo—. En este momento no creo que sea bueno que yo intervenga. Pero lo haré cuando sea preciso.
— Sí pero... ojalá sea pronto. Me estoy quedando sin ideas para animar a Will.
— Estoy seguro de que algo se te ocurrirá— me dijo.
— ¿Y si no?
— No importa, sé que Will sabe que estás esforzándote mucho por él.

Volví a observar a Will por la ventana.

— Quiero ayudarlo— dije—. Quiero que sea feliz.
— Lo sé— dijo—. Lo entiendo bien. Así que... cuídalo bien.
— Lo haré— dije—. Déjalo en mis manos.
— Bien, te hablo luego, tengo que irme.

Terminó la llamada. Me sentí un poco nostálgica. Todo era estresante. No entendía porqué había pasado eso. Porqué Zac había sido tan cruel con Will (según me parece). Jason decía que no era la confesión en sí de Will lo que había puesto mal a Zac, si no que se trataba de otro asunto.
Yo no sabía cuál pero... me molestaba no saberlo. Se suponía que éramos amigos pero nos ocultábamos cosas. Debía ser así, porque de otro modo todos hubieran sabido que a Will le gustaba Zac, aún cuando ese asunto era privado. Entendía que habían cosas que no se contaban a cualquiera pero... pensaba que me hubiera gustado que Zac confiara en alguno de nosotros.

Así no estaría solo en este momento, si no que alguien lo apoyaría como yo lo estaba haciendo con Will.

Después de todo, como siempre, parecía que Zac tenía una pared entre él y los demás que no habíamos podido derribar. Ni Will, que parecía el más cercano a él. Nadie sabía nada.

Sólo me quedaba esperar a que el tiempo me diera algunas respuestas. Que Will pareciera menos triste y que Zac quisiera hablar con alguien. Que ambos hablaran, si es que era posible.

O que pasara lo que más temía: que no hubiera forma de reparar ese daño.

Problemas de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora