169. El diario de Jimi

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Tenía cosas que arreglar. Así que decidí que ese año empezaría con mucha fuerza y determinación. El primer día de escuela luego de las vacaciones, me esforcé al máximo. También me sentía muy animado. Ya en el receso en el jardín, noté que Laura estaba tan entusiasmada como yo. Por otro lado, Zac se veía muy pensativo. No triste, sólo pensativo. Jason lo observaba mucho. Así que aproveché que todos estaban conversando para acercarme a Jason.

— ¿Todo está bien?— le pregunté.
— Claro— dijo.
— Porque se siente que algo ha cambiado pero no sé que es— dije.
— Pequeño Jimi, a veces se me olvida que eres muy listo— dijo él. Luego revolvió mi cabello—. No te preocupes, todo estará bien pronto.
— ¿Cómo lo sabes?
— Porque ya no sólo voy a observar. Voy a actuar— dijo él.
— ¿Por qué?
— Bueno, cuando ves a alguien que se esfuerza tanto, no puedes simplemente ignorarlo. Quieres hacer lo mismo y seguirlo. Así es como crecen las personas.

Noté que él observaba a Laura. Ella estaba hablando con Zac.
Comencé a preguntarme si había pasado algo.

— Prometiste que un día me explicarías muchas cosas— le dije—, ¿Esto que pasa es una de ellas?

Él me sonrió.

— Así es. Y te lo contaré también— dijo.

Me tranquilizó saber eso.

— ¿Por qué ustedes dos están muy juntos?— nos preguntó Evan.
— Porque estamos planeando fugarnos al amanecer— dijo Jason.
— ¿A dónde irán?— dijo Zac.
— A la playa— dijo Jason—. A vivir un intenso y apasionado romance.
— Les podría recomiendar alguna isla paradisíaca— dijo Zac—. En donde no los encuentre Evan.
— ¿Por qué están todos en mi contra?— dijo Evan asustado.
— Podrían ir a Paris después— dijo Laura.
— O a Roma— dijo Zac.
— ¿Por qué me están haciendo esto?— dijo Evan.
— Quiero ir a esquiar— dije.
— Entonces iremos a los alpes suizos— dijo Jason—, claro, después de nuestra boda.
— ¡Noooooooo! ¿Qué clase de pesadilla es esta?— dijo Evan con dramatismo.
— ¿Puedo organizar la boda?— dijo Laura—, ¡Soy buena en eso!
— Yo seré el padrino— dijo Zac.
— ¡Nooooooooo!— dijo Evan—, ¡Jimi, no te cases con él, prometo cambiar!
— Eso siempre dicen los esposos que engañan a sus parejas— dijo Laura.
— ¡Jimi te juro que nunca jamás te engañaría con nadie, sé que una vez estuve a punto de hacerlo con Zac pero él no cuenta porque aún no estoy muy seguro sobre si es humano o no!— dijo Evan.
— ¡Por supuesto que soy humano, tonto!— dijo Zac enojado.
— ¿Entonces por qué tus apuntes en clase son perfectos?— le preguntó Evan.
— Porque soy bueno tomando notas— dijo Zac.
— Claro que no— dijo Evan—. No es normal. Además, también eres muy rápido limpiando la casa.
— Tengo mucha experiencia limpiando— dijo Zac—. Cuando vivía en casa de mi abuelo hacía todo yo solo.
— O quizá eres un brujo— dijo Evan.
— Una vez lo descubrí diciendo cosas raras e inentendibles— dijo Laura.
— Estaba leyendo en susurros— dijo Zac.
— A mí no me engañas, era un hechizo— dijo Evan—. Seguramente estaba embrujando a Emery. Por eso él hace todo lo que le dice.
— Lo hace porque es secretario del consejo— dijo Zac.
— O es víctima de una terrible maldición— dijo Laura.
— ¿Ahora estamos molestando a Zac?— dijo Jason—, ¡Yo quiero intentarlo!
— Trata y te voy a despedir— dijo Zac enojado.
— ¿Despedirme? Pensé que me embrujarías— dijo Jason.
— Despedido— le dijo Zac.
— También embrújalo— le sugirió Laura.
— Tú también estás despedida— le dijo Zac.
— Bien hecho— le dijo Evan mientras se acercaba a mí—. No debes permitir comentarios así.
— Espera, ¿Nos estás traicionando?— le preguntó Laura.
— Sí, tengo familia y no puedo dejar que me despidan— dijo Evan—. Además, vivo con él. Y los brujos no existen.
— ¡Pero tú empezaste todo esto!— le dijo ella enojada.

Emery apareció. Se acercó a Zac. Le susurró algo.

— Al parecer tengo cosas por hacer— dijo Zac.

Se levantó.

— Emery— le dijo Evan—, ¿Te sientes embrujado por Zac?
— ¿Perdón?— dijo Emery.
— Evan, estás despedido— dijo Zac—. Emery, tenemos que irnos.
— ¡Nooooooo!— dijo Evan.
— Pensé que no lo molestarías— le dije.
— ¡No pude evitarlo, tenía que preguntar!— dijo Evan.
— Bueno, yo aún no soy despedido— dije.
— ¡Qué bien, no estamos tan perdidos!— dijo Evan feliz.

Laura se levantó y siguió a Zac y a Emery. Se despidió antes de irse.

— Debe ser algo sobre el consejo estudiantil— dije.
— Zac está planeando organizar un festival para recaudar fondos y al mismo tiempo atraer la atención de futuros estudiantes— dijo Jason.
— ¿Cómo sabes eso?— preguntó Evan.
— Zac no los dijo en el salón por la mañana— le dijo Jason—. Obviamente tú no lo sabes porque estabas muy ocupado haciendo dibujitos en tu cuaderno.
— Dibujé a un tiburón devorando al profesor de cálculo— dijo Evan orgulloso.
— ¿Puedo verlo?— dije.
— El profesor de cálculo lo tiene— me dijo Evan—. Por cierto, no podré regresar a casa contigo hoy, estaré castigado.
— Lamento escuchar eso— dije —. Quizá a la próxima deberías cuidar que no te descubran.
— O simplemente no deberías hacerlo— dijo Jason.
— Jason, no me pidas imposibles— le dijo Evan.

Observé que Jason miraba a los demás mientras se iban. Decidí no preguntar aunque quería hacerlo.

— Por cierto, ¿Cómo van con lo que les dije?— preguntó Jason.
— Estamos trabajando en eso— dijo Evan.
— Ayer hablamos hasta la noche por teléfono— dije—. Descubrimos que no sabíamos varias cosas sobre nosotros.
— También recreamos la noche de tu cumpleaños— le dijo Evan—. Ahora sabemos que nuestras cosas están en la cocina de Will.
— Al parecer los pantalones de Evan hicieron un fraude de impuestos— dije—. Y mis zapatos fueron a capturarlos.
— Esa sí que fue una noche loca— dijo Jason.
— Papá me reprendió por beber— dije—. Y eso que nunca se enteró de que Evan y yo terminamos en una autopista en la mitad de la nada. No me castigó porque Zac le dijo que estábamos seguros en su casa y que todos bebieron un poco. Pero ahora me siento mal por mentirle.
— Es una pequeñita mentirita piadosa, no le hace mal a nadie— dijo Evan—. Además ambos prometimos no volver a beber.
— Bueno, bebieron porque estaban peleando— dijo Jason—. Así que no volverá a pasar si solucionan sus problemas.

Jason había dicho que la razón principal por la que teníamos tantos malentendidos tontos era porque no solíamos hablar sobre nosotros. En retrospectiva era cierto porque desde el principio nuestra relación fue muy rápida. Jason creía que era porque tuvimos una atracción inmediata que hizo que pasáramos por alto varias etapas que solían tener otras parejas antes de decidir tener una relación.
Yo entendía que una relación no podía mantenerse simplemente porque ambos integrantes sentían atracción. Evan y yo debíamos hablar sobre lo que sentíamos.

— Me alegro por ustedes— dijo Jason—. Por cierto, ¿Cuándo irán por sus cosas a la casa de Will?
— Will va a estar en su casa hoy por la tarde— dije—. Iremos para buscarlas. Mi teléfono se quedó en mi abrigo y la verdad es que lo extraño.
— Pero estoy castigado— dijo Evan—. Tengo que ayudarle al profesor de cálculo con algo en la sala de maestros.
— Supongo que iré solo entonces— dije.
— Laura puede ir contigo— dijo Jason—. Le gustará ver a Will. Yo también iría pero tengo práctica con el equipo de basquetbol.
— Le preguntaré en la salida— dije.

Regresamos a clases. Era un nuevo año y todos parecían estar muy entusiasmados. Miré a Gigi. No me había hablado como antes desde que la delaté con Lucille.
Me desilusionó un poco eso.

En la salida, busqué a Laura. Le dije lo que haría.

— Lo siento, Zac está ocupado con actividades del consejo y le ayudaré. Luego iré a su casa para apoyar a Jill con su boda— dijo.
— Está bien, espero que te diviertas— dije—. Supongo que sólo seremos Will y yo.

Problemas de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora