183. El extraño diario de Zac (y una arpa)

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El día de la boda simplemente no pude ajustarme mi corbata bien. Lo intenté pero fui un fracaso.
Era extraño porque no me había pasado antes. Siempre sabía cómo hacerlo.

Pero parecía como si nunca lo hubiera hecho. Por un momento, mientras pensaba en lo raro que era eso, olvidé qué debía hacer después. Como si me hubiera quedado en blanco. Como si estuviera perdido.

Entonces de la nada, Laura se acercó y sin que tuviera que decirle algo, me la acomodó. Fue cuando por fin entendí todo a mi alrededor. Agradecí que ella se encontrara ahí. Era buena manejando el caos.

No me sentía de humor porque habían demasiadas personas ahí. No era como la anterior boda que fue muy relajada y simple, en esta todo debía quedar perfecto, cada cosa tenía su lugar y estar rodeado de desconocidos no era mi punto fuerte.
Así que sólo me dediqué a vagar por la casa hasta que Laura me pidió que tocara la marcha nupcial en la iglesia con mi arpa porque la anciana que contrató previamente para el trabajo se enfermó y no podría ir.

Acepté más por miedo que otra cosa. Además, no había hecho ninguna otra cosa para ayudar a Laura excepto cuando amenacé a los de la banda con demandarlos porque cancelaron su presentación.

Busqué mi arpa. La encontré en el garage, donde papá solía guardar algunas cosas. No estaba tan mal. Fui a mi habitación para tratar de tocarla. Estaba desafinada.

Ajusté algunas de sus cuerdas. La limpié. Al mismo tiempo pensaba. Porque era imposible no hacerlo.

Porque nada estaba bien. Porque habían pasado cosas hacía meses que nunca resolví. Porque aunque me encontraba físicamente bien, me sentía en pedazos. Porque me dolía el corazón. Pero sobre todo porque Will podría gustarme.

Y eso me asustaba. En todos los sentidos y aspectos posibles.
También sentía que quería llorar cada vez que lo pensaba.
Quizá era porque ya no tenía caso que analizara esa posibilidad, él estaba más lejos de mí que nunca... y eso que lo vería en la boda.

Estaríamos en el mismo lugar y parecería que nunca nos conocimos.

Pero no era así. Había una historia detrás tan grande que por eso dolía la forma en la que resultó todo.
Porque odié la manera en la que traté de resolver las cosas. Pero no podía decirlo. No encontraría palabras para hacerlo. Además, era una boda. Si Will iba a ir era porque quería pasar un rato agradable con Laura.

No era momento para hablar de cosas incómodas.
Sabía que debía estar feliz por mis padres pero no me sentía feliz. Me sentía roto.

Cansado sobre todo.

Afiné mi arpa un buen rato. Estar ocupado en algo me distraía de mis pensamientos.
Luego fui al sofá a ver si alguien de los que pasaba se molestaban por el sonido. Pensé que sólo alguien con un oído musical podría notar que mi arpa se encontraba en mal estado. Evan lo escuchó plenamente. Él sí se veía genuinamente feliz.

— Verte feliz me agobia— le dije.
— Debería agobiarte tu arpa— dijo él—. Además, en verdad estoy feliz.
— Sí, te encantan las bodas— dije.
— No sólo estoy feliz por tus padres— dijo él—. Si no que también puede que hoy pueda seducir a Jimi y puede que él no lo note.
— ¿Seducirlo?— dije—, ¿Y cómo no lo notaría?
— Siempre se da cuenta— dijo él—. Entonces me dice "Tenemos que trabajar en nuestra relación primero" y es terriblemente frustrante. Tengo necesidades, soy humano. Además creo que podemos trabajar en nuestra relación y hacer cosas sensuales al mismo tiempo. Es posible. Llevo tanto tiempo en abstinencia que creo que ya hasta tengo telarañas allá abajo. Me asusta, creo que en cualquier momento podría recuperar mi virginidad...
— Acabas de traumarme— dije—. Siento ganas de encerrar a Jimi en una habitación para que esté lejos de ti.
— No hace falta, Laura ya lo hizo—dijo él enojado—. Yo quería ayudar a Jimi con los adornos de la iglesia pero ella dijo "¡De ninguna forma los pondré juntos porque no harán las cosas bien por estar distraídos!" así que Jimi está ahora lejos de mí y todo porque Laura sabe que llevo mucho en abstinencia y quiero manosear a Jimi. Pero no puedo enojarme con ella, se fue y me dejó a cargo. Significa que sabe que puedo ser muy responsable.
— Yo pienso que te dejó a cargo porque no había nadie más— dije.
— Zac, no arruines mi momento.
— Pensé que tu momento sería cuando lograras seducir a Jimi sin que se diera cuenta— dije—. Cosa que me parece imposible.
— Tengo un plan— dijo él—. Y es posible hacer que alguien enloquezca por ti aún si esa persona no lo sabe.
— Diré que sí sólo porque ya no quiero escucharte hablar de cuánto quieres seducir a Jimi— dije.
— Iré a ayudar en la cocina entonces— dijo feliz.
— Pensé que contrataron personas que iban a hacer eso— dije.
— Sí pero seguramente necesitan ayuda. Se ve que son amables, quizá ellos quieran escuchar mis planes para seducir a Jimi.

Problemas de PasilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora