Por la noche de ese día, Zac me llamó. Yo estaba en mi habitación, contemplando la oscuridad. No era muy noche, pero tenía mucho que pensar. Mucho sobre Evan.
— ¿Te esperabas que Evan tuviera una historia como esa?— dijo—, porque honestamente parece imposible, él siempre se ve muy feliz.
— No me sorprende que no lo sospecháramos— dije—. Él había tratado de olvidarlo todo. Llegó un momento en su vida en donde quizá lo hizo. Posiblemente cuando yo aparecí.
— No es tu culpa— dijo.
— Ya sé que no— dije—. Aunque sí retrasé que afrontara el problema.
— ¿Cómo te fue con eso?Lo pensé un poco. Sería difícil de explicar.
— Evan amaba a su madre— dije—. Nunca fue su intención hacer de menos a su familia adoptiva pero...
— Se sentía como si fuera a olvidar a su madre si les hacía caso— dijo—. He ahí una razón más por la que la gente debería ir a terapia regularmente.
— Evan no quería ayuda de nadie y lo entiendo— dije—. Así que va a ser difícil que retome la vida que debería tener.
— Déjamelo a mí— dijo él, confiado—. Soy muy bueno superando crisis y creo que es hora de que transmita mi sabiduría a algún joven pupilo.
— Evan es más grande de edad que tú, ¿Lo recuerdas?— dije.
— Sí pero en conocimientos me considero muy superior.
— Entonces creo que a Evan le vendrá bien estar contigo— dije.
— No te preocupes. Aunque... tengo muchas preguntas sobre lo que hablaron cuando estuvieron en casa de...Se quedó así un momento.
— De Will— completé.
— Sí, ahí— dijo—, ¿Qué pasó?
— Evan quería huir— dije—. Pero traté de persuadirlo. Así que buscamos un lugar solitario. Will nos había prestado su casa así que ahí fuimos. Hablamos. Fue difícil. Pero Evan fue completamente sincero. Estaba enojado al principio por hacer cosas sin avisarle... pero después, cuando hablamos de su mamá, sólo parecía triste.
— ¿Cómo sabías qué debías hacer?
— Sabía que no era normal que él siguiera atrapado en el recuedo de su madre después de tantos años. Pero en realidad no es tanto por eso. Él se siente culpable.
— ¿Culpable?— dijo Zac—, ¿Por lo de su madre? ¡Pero si no tuvo nada que ver con eso!
— Sí pero de algún modo sentía que debía estar con ella el día del accidente. También se siente culpable por tratar mal a su nueva familia pero... lo entiendo, tiene miedo.
— Quizá sea algo más— dije—. Los miedos nunca vienen solos.
— ¿Tú tienes algún miedo?— le pregunté.
— Sí— dijo—, pero no lo diré.
— Vamos, dime— insistí.
— No, me lo llevaré a la tumba— dijo.
— ¿Sólo es uno? Porque yo tengo muchos.
— La gente generalmente tiene miedo. Pero no es miedo en sí a la cosa en cuestión. Les asusta la posibilidad de ser heridos.
— Entonces... ¿Qué hay de la gente que le tiene miedo a la soledad?— dije—, ¿Qué clase de herida puede hacerte el estar solo?Él se quedó en silencio unos segundos.
— La soledad es terrible— dijo—. Le hace cosas terribles a las personas y lo peor es que ellas no lo saben. Tú la has sentido y... seguramente no eras mejor que la persona que eres ahora.
Lo pensé. Cuando yo andaba solo, era inseguro y malo. Era como un escudo, alejaba a las personas.
— Ni siquiera sabía que la soledad era tan mala— dije.
— Un poco de soledad de vez en cuando está bien— dijo—. Te hace pensar. Pero la soledad absoluta... sólo lastima y te hace sentir miserable.
— Evan teme quedarse solo— dije—. Por eso antes de nosotros hacia hasta lo imposible por tener amigos.
— Porque él ya sabe lo horrible que puede ser la soledad— dijo Zac—. No me sorprende. Perdió a su mamá. Es lógico que no quiera perder nunca más a nadie. Aunque no es normal.
— Yo estoy aquí— dije—. Con él.
— Posiblemente teme perderte.
— Pero no voy a irme— dije.
— Bueno, quizá él aún piensa que sí.
— Le he dicho que no— dije—. Tengo la impresión últimamente de que nunca me ha creído.
— Deja que todo se tranquilice— dijo—. Después podrán hablar todo lo que quieran. Por ahora él debería concentrarse en asimilar esto.
— Lo sé— dije—. Evan estará bien. Se va a quedar con la profesora y George un tiempo.
— Creo que le vendrá bien estar en compañía— dijo él—. ¿Y tú? ¿Estás bien con todo esto?Lo pensé un poco. Me dejé caer en mi cama.
— No lo sé— dije—. Me siento mal por obligar a Evan a revivir algo terrible. Al mismo tiempo me alivia. Otra parte de mí se siente tonta por no darme cuenta de que le pasaban cosas a Evan. Debí saberlas, se supone que estamos juntos...
— No deberías sentirte así— dijo él—. Creo que por más que estemos junto a alguien nunca lo terminamos de entender del todo. Siempre vamos a tener secretos que no compartiremos con nadie.
— Siempre he pensado que los secretos dañan una relación— dije.
— En parte sí, si son perjudiciales. Supongo que hay otros con los que se puede vivir...
— Esa idea no me gusta.
— Honestamente a mí tampoco— dijo—. Pero en veces por más que quieras decirle todo a alguien... las palabras no salen. Y piensas en cómo reaccionaría esa persona. Si se sentiría decepcionada. O si con eso dejaría de confiar en ti. Entonces mejor optas por callar. Las cosas parecen más faciles así, ¿No?
— Pues sí pero... no se puede huir para siempre.
— La hora de la verdad siempre llega— dijo él—. Tarde o temprano, para cualquier cosa. No tiene caso aplazar lo inevitable...
— ¿A qué te refieres?— pregunté.Él guardó silencio unos segundos.
— Perdón por desviar el tema pero... ¿Podrías hacerme un favor?
— Claro— dije.
— Yo... hay algo que necesito decir pero no podría hacerlo por mí mismo. Tampoco quiero mandar un mensaje, creo que eso significaría que no me importa en absoluto lo que pasó y no es así... lo que trato de decir es que... necesito que le digas algo a alguien. En persona.
— Sí, no es ningún problema para mí— dije—, ¿Qué tengo que decir? ¿A quién?
— Yo... quiero dejar todo en claro con Will.Eso me tomó por sorpresa. Me levanté de mi cama de golpe. Prendí la lámpara encima del buró junto a mi cama.
— ¿Debería anotarlo?— dije.
— No... no lo sé— dijo—. Es muy breve. Lo he pensado mucho y hay demasiado que quiero decir pero... de alguna manera cuando traté de comprimir lo que sentía sólo salió esto.
— ¿Qué cosa?— dije.
— Dile a Will que... Lo siento. Pero gracias por todo.Esas palabras me dejaron confuso.
— Zac— dije—, ¿Qué pasó entre ustedes?
Él tardó unos segundos en hablar. Yo me quedé esperando con el teléfono pegado en mi cara.
— Es un secreto— dijo al fin.
— Entiendo eso— dije, un poco decepcionado.
— Algún día te diré— dijo.
— Ojalá sí— dije—, y ojalá también me expliques porqué este mensaje parece una especie de despedida...Me detuve.
— ¿Zac?— pregunté.
Él tardó un poco en responder.
— Quizá lo sea— dijo.
— ¿Por qué?— pregunté.
— Sólo dile eso a Will. Me ayudaría mucho si lo supiera.
— Pero...
— No te preocupes, todo estará bien— dijo—. Estaremos bien.
ESTÁS LEYENDO
Problemas de Pasillo
RomanceZac se siente traicionado. Jimi descubre que en realidad no sabe nada sobre Evan. Evan intenta impedir que su pasado no afecte su relación con Jimi. Laura se da cuenta de que no puede ignorar esos nuevos sentimientos. Will decide seguir adelante...