Problemas de Pasillo

165. El extraño (y reflexivo) diario de Zac

Me quedé mirando a Jason estupefacto. No sabía como llegamos a ese punto pero... tenía razón.

— No lo sé— dije sin dejar de mirarlo.
— ¿Quieres que lo descifremos?
— No— dije temeroso.
— Zac, por favor. Si quieres solucionar las cosas, debes saber porqué pasan.

Seguía mirándolo. Me sentía cómodo con él.

— Tengo miedo— admití.
— ¿De qué?— preguntó.
— De lo que vaya a descubrir de mí mismo— dije—. Porque de repente es como si no me conociera y fuera otra persona. Entonces van a aparecer cosas que no sabía de mí y estoy seguro de que no podré con ellas. Me asusta.
— Por supuesto que dan miedo— dijo—. Tú tendrás que lidiar con ellas y sería raro que no te asustaran. No te estoy diciendo que pienses sobre ello para que vivas atemorizado el resto de tu vida. Te estoy ofreciendo la oportunidad de hacerlas notorias para que puedas combatirlas.
— Pero me asustan mucho— dije afligido—. Por eso no quiero pensar en nada. Por eso quiero salir corriendo.
— ¿Y ha funcionado?— dijo—, ¿Algo de lo que te asusta ha desaparecido gracias a eso? No. Sigue ahí. Podrás correr pero no esconderte. Puedes huir de mí, de Laura, de Lucille e incluso de Will, pero nunca de ti mismo. Vivirás el resto de tu vida contigo y no puedes correr todo el tiempo.

Observé mis manos. Sabía eso. Entendía que tenía que arreglar mis problemas. Pero era tan difícil.

— Zac, ¿Recuerdas esa vez en la que me despedí del Zac que quería arreglar las cosas porque apareció el Zac que finge estar bien todo el tiempo?
— Fue el día que Alex me dijo que me odiaba— dije un poco triste.
— Me despedí porque en ese entonces ambos Zac parecían personas distintas— dijo—. Tú los separas. Pero ambos son parte de ti.
— No quiero ser diferentes personas— dije.
— Entonces no te dividas a ti mismo. No hay una parte de ti que sea mejor que la otra. Tú crees que sí. Pero no lo es. Sé que no se puede estar bien todo el tiempo, pero no por eso debes crear formas de enfrentarte a tus problemas.
— No quiero hacer eso. Quiero que no me asusten tanto las cosas que pueden pasar.
— Quizá es porque piensas que todo lo que pueda salir de tu mente es malo— dijo él—. Como si cada cosa que pudieras descubrir de ti fuera a herirte. Pero no es así. Sé que hay cosas increíbles de las que no tienes ni idea y están atoradas ahí, en alguna parte de tu mente porque decidiste que era mejor no pensar en eso.
— No hay nada bueno que pueda descubrir de mí mismo— dije.

Él soltó mi mano.

— Claro que sí— dijo mientras sonreía—. Hoy descubriste algo bueno.
— Descubrí que es raro que tomes mi mano y que todo lo que toco lo arruino. Así que cuídate porque seguramente algo malo te pasará pronto— dije.
— No, descubriste que tomar la mano de Will era algo muy natural para ti— dijo—. Tanto que ni siquiera lo habías pensado. Y eso no es malo. ¿Te sientes asustado ahora que lo sabes?
— No— dije un poco confuso.
— ¿Entonces cómo te sientes?
— Un poco triste.
— ¿Por?— preguntó.
— Por no darme cuenta en su momento.
— ¿Porqué te hubiera gustado darte cuenta?
— Porque me gustaba como se sentía cuando él tomaba mis manos— dije.

Entonces miré a Jason muy sorprendido.

— ¿Yo dije eso?— dije asombrado.
— Sí, y agradezco tu honestidad— dijo él.
— Pero yo... no sé de dónde salió eso— dije.
— Es lo que verdaderamente piensas. Estoy seguro porque mis preguntas fueron tan rápidas que no te debió dar tiempo de pensar en alguna mentira o algún pretexto. Sólo eras tú siendo sincero. Nada más.
— ¿Qué significa que haya dicho eso?— dije asustado.
— Que te sentías bien, nada más— dijo—. No lo pienses ni armes conjeturas. De otra forma empezarás a asustarte. Tranquilo, todo estará bien.

Quería hacerle caso. Pero parecía imposible no alterarse.

— Mejor cuéntame sobre eso— dijo—. Háblame de cómo se sentía que Will tomara tus manos.
— Pues... era agradable. En realidad no recuerdo muchas veces porque en algunas no me daba cuenta. Sólo sé que generalmente Will trataba de hacerme sentir mejor y cuando tomaba mis manos así me sentía. Como si todo fuera a estar bien.
— Me hablaste del campamento, ¿Qué pasó ahí?

Lo recordé. Automáticamente me sentí de mejor humor.

— Adoro recordar eso— dije—. Fui muy feliz esos días.
— ¿Por qué?
— Todos estaban ahí— dije—. De alguna manera las cosas salieron bien aún cuando parece que nada siguió el plan inicial— dije y me reí—. Es más, me caí muchas veces y admito que hasta pensé que era un mensaje del destino diciéndome que debía dejarlo todo... pero por alguna razón las cosas funcionaron. Todo fue perfecto. Más que perfecto y eso que además de caerme me perdí en la oscuridad. Posiblemente fue culpa de Will porque él siempre se anda perdiendo y debió pegarme su mala suerte. Aunque él siempre fue bueno perdiéndose. Es decir, yo me perdí hace poco y terminé en el hospital. Supongo que él ya tenía experiencia. Nunca se asustó. De hecho yo tampoco pero porque estaba con él. De otro modo me hubiera vuelto loco. Él tomó mi mano en la oscuridad mientras buscábamos el campamento.

Recordé esa parte.

— Me sentía protegido— dije mientras miraba mis manos y recordaba—. No tenía miedo. Sólo podía pensar en lo tibia que estaba la mano de Will y lo brillantes que estaban las estrellas. En algún momento lo miré y recuerdo que pensé que debía ser la persona más bella que existía en el planeta. Pero no era como cuando te encuentras a un chico atractivo en la calle y sientes envidia porque parece perfecto, era diferente. Es decir, miré a Will y no sólo su cara me pareció perfecta, si no que de repente todo de él lo era, como si no existiera y yo lo hubiera inventado en mi mente. Recuerdo que pensé que no podía creer que alguien así estuviera tomando mi mano y sobre todo parecía increíble que estuviera conmigo. Porque me conocía y habían días en que me sentía muy mal conmigo mismo y había hecho cosas muy malas y Will las sabía. Él las sabía. Nunca le escondí nada. No sé si era porque quería que me conociera y me alejara al saber que yo era terrible o si simplemente quería ser honesto. Quiero pensar que es porque quería ser lo más sincero posible. Realmente no sé cómo pero... me parece imposible que alguien quisiera mentirle a Will. Él es de ese tipo de personas de las que nadie debería mentirles porque son buenas. De ese tipo de gente que inspira poemas cursis y canciones que la gente baila en sus bodas. De ese tipo de personas que hacen que quieras ser una mejor persona pero no para superarlo, si no para ser digno de estar a su lado. Para que cuando él tome tu mano no se sienta como un error, se sienta como la mejor cosa del mundo. Así me sentía en ese entonces. Como si quisiera quedarme ahí para siempre. Era casi como... si me doliera todo adentro porque no entendía qué pasaba, sólo sentía que quería gritar porque algo me estaba apretando tan fuerte que pensé que explotaría. Entonces me sentía tan abrumado que simplemente lo miré en la oscuridad y descubrí que era afortunado por poder conocerlo. Porque todo me gustaba de él. Absolutamente todo.

Miré a Jason. Él estaba absorto mirándome. Me sentía raro, como si hubiera dado un viaje al pasado y acabara de regresar.
Jason se giró y tomó un pañuelo. Me lo ofreció. Al principio no entendía para qué. Luego toqué mi cara rápidamente. En algún momento me puse a llorar y no me había dado cuenta.