Jill fue a traerme a la escuela. No sólo a mí, también se llevó a Evan porque él insistió. Eso no se debió ver bien ante los ojos de Laura, que creía que yo estaba arruinando la relación de Evan y Jimi.
Para colmo, Jill me acusó con mi papá. Así que él estaría el resto del día preocupado por mí aún cuando ya le había dicho por teléfono que estaba bien.Llegamos a casa. El cielo afuera estaba nublado. Posiblemente llovería. Fuimos a mi habitación. Jill fue a preparar té. Evan la acompañó porque al parecer todos ignoraron mis deseos y se estaban preocupando mucho por mí. Me quedé solo en mi cama, pensando. Entonces una cosa llamó poderosamente mi atención: Doradito, el pez dorado que estaba nadando en su pecera sobre el buró junto a la cama de Evan. Me acerqué.
— Hola Doradito— le dije—, soy yo, Zac, el que hizo que tus padres adoptivos ya no se hablen. Deberías odiarme, sobre todo porque también herí a tu padre original. Soy una pesadilla para todos los padres del mundo de hecho. Jill está preocupada al igual que mi papá. Ojalá fueras una piraña, porque así podrías atacarme. Pero Will jamás tendría pirañas, no son su estilo. En cambio tú definitivamente eres su estilo, eres brillante y agradable. Como Will. Pero él ya no está. Todos tus otros hermanos tampoco. Yo los ahuyenté. Se fueron. Se alejaron de mí. Como todo lo bueno.
Me quedé mirando la pecera mientras me sentía miserable. Entonces, por primera vez, extrañé a Will. Las cosas eran mejores cuando él estaba. Estaba seguro que de estar él, nada de eso pasaría. O sí, pero él sabría qué hacer mientras me decía que me calmara y sonreía. Eso me hacía sentir seguro. Si me sentía bien no sucumbía tan rápidamente al estrés. Entonces nadie se preocuparía.
La vida era mejor con Will. Pero él ya no estaba.
Evan entró. Me observó.
— ¿Qué haces?— preguntó—, deberías estar descansando.
— Hablaba con Doradito— dije—. Creo que se siente solo.
— Se ve muy feliz.
— Yo creo que extraña todo.
— Es un pez, es delicioso, no extraña nada.
— Pero yo sí— lo miré—. Yo sí extraño todo. Las cosas eran mejor antes. Me sentía seguro. Ahora estoy perdido. Odio sentirme así. Odio despertarme por la mañana y tener inmediatamente algo que ya me preocupa.
— Lamento mucho eso— dijo—, te ayudaré, lo juro.
— No son las cosas— dije—. Soy yo. Son todas esas palabras que dije y las que no.
— No entiendo— dijo.
— Pero ya no más. No quiero sentirme así. No quiero ver a Doradito y sentirme mal.
— ¿Doradito te hace sentir mal?— dijo, miró al pez—, ¡Eres malo Doradito!— le dijo—, ¡Haces sentir mal a Zac!
— No es él, si no lo que me recuerda— dije.
— ¿Y qué te recuerda?Lo pensé un poco.
— A ti— dije—. Y a Jimi. Debes hablar con él.
— Lo haré, lo importante en este momento eres tú.
— No, te equivocas— dije—, él es el importante. Con él es con quien deberías estar en este momento.
— Puedo hacerlo después. Ahora me preocupas tú. Te dije que estaría a tu lado y eso haré.
— Me agrada que yo te importe— dije—, y probablemente eres la persona a la que le preocupo más de todas pero... no es bueno.
— ¿Qué no es bueno?
— Esto— dije—. Tú y yo. No es bueno que estemos tanto tiempo así.Me miró sorprendido.
— ¿Es por lo del otro día?— dijo angustiado—, porque te juro que he querido hablar de eso contigo pero no sabía cómo hacerlo sin que pensaras mal de mí. Lo sé, es malo porque sé lo que iba a hacer. Lo que no sé es porqué. Pero sé que no quería hacerlo. No concientemente. Es confuso pero créeme, yo jamás te lastimaría.
— Lo sé— dije—. Entiendo todo porque también lo he pensado. Pero hasta este momento, mientras veía a Doradito, entendí porqué. Soy lento y despistado y seguramente muy torpe, pero descubrí qué pasó. De hecho me agrada que eso hubiera pasado porque de otra forma jamás lo sabría. Evan, yo traté de besarte ese día.Parecía sorprendido.
— ¿Por qué?
— Por la misma razón por la que tú querías besarme— dije—. Porque han pasado cosas y no sabemos manejarlas. Porque ya no podíamos contar con las personas en las que más confiábamos. Entonces nos encontramos, probablemente en un punto terrible de nuestra vida. Nos ayudamos. Nos apoyamos mutuamente. Me cuesta mucho confiar en alguien pero tú te ganaste mi confianza. En este mismo momento no hay nada en mi vida que no deseé compartir contigo. Me acostumbré a ti que no sé hacer nada sin ti. Pero no es bueno porque dependo de ti. De otra forma me siento solo y todas esas cosas que me angustian aparecen y no sé manejarlas. Evan, no hay nada que no haría por ti. Incluso dejaría que me besaras si eso te ayudara en algo. ¿Entiendes porqué no es bueno que estemos juntos?Me observó. Miró el suelo. Yo también. Ahí estábamos, sentados en mi cama, observando algún punto muerto.
— Iba a besarte porque estabas diciendo cosas tristes y no quiero verte triste— dijo—. Posiblemente tú tampoco querías verme así. Pero Zac, tú estuviste ahí cuando más te necesité.
— Porque somos amigos— dije—. No porque me amaras. Sigues amando a Jimi. Es confuso, lo sé, pero creo que en medio de tanta desesperación yo aparecí y las cosas de repente mejoraron. Te confundiste y yo también. Yo reemplacé a Jimi. Hice lo que posiblemente querías que él hiciera.
— Y yo reemplacé a Will— dijo él.Seguí mirando el suelo. No podía negarlo. Era cierto.
— Necesitas a Will— dijo—. Así que cuando lo perdiste yo aparecí. Por eso las cosas no se sienten bien. No soy él. Tampoco eres Jimi. Sólo nos hemos estando engañando.
Suspiré.
— Qué desastre— dije.
— Pero hicimos cosas buenas, no somos tan tóxicos.
— Evan, intentamos besarnos— dije.
— Sí pero también me ayudaste con mis padres.
— Y tú con el consejo estudiantil— dije.
— Eso es bueno. Como equipo somos uno bueno.
— Como amigos también— dije—. Claro, siempre y cuando solucionemos nuestros problemas con los demás.
— Hablaré con Jimi— dijo.
— Es más complicado ahora— dije—. Quiero ser honesto. Esa vez en la que hablé con Laura en el receso, ella me dijo una cosa.
— ¿Sobre Will?
— Sobre Jimi— dije—. Ella piensa que yo te alejé de él. Ahora Jimi quizá también piensa eso.
— Pero no es cierto.
— En parte sí— dije, me sentía muy mal—. El día que fuimos a comprar tu teléfono, Laura me dijo que te dijera que ellos irían a ver a Will esa tarde. Pero yo no te dije. En ese momento me pareció que no era importante hasta que Laura me hizo ver que realmente no tenía pretexto para no haberte dicho. Lo he pensado mucho y ahora tiene sentido. No lo hice con intención pero sé que una parte de mí no quería que estuvieras con nadie más que no fuera yo. Creía que te necesitaba. Me aferré a ti aún sin saberlo. No tienes idea de cómo lo siento.Me observó.
— Sí que somos tóxicos— dijo—. Porque ahora que lo pones así, yo también te usé. No quería hablar con Jimi así que fingía estar ocupado contigo. Sólo evadía todo y te usaba como pretexto. Lo lamento mucho también.
— Bueno, al menos lo sabemos ahora— dije—. Ya es un comienzo.
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Problemas de Pasillo
RomanceZac se siente traicionado. Jimi descubre que en realidad no sabe nada sobre Evan. Evan intenta impedir que su pasado no afecte su relación con Jimi. Laura se da cuenta de que no puede ignorar esos nuevos sentimientos. Will decide seguir adelante...