Mi papá estaba nervioso. Se casaría en unos días. Generalmente él no aparentaba cosas como esas pero esa vez cuando George, Evan y yo lo acompañamos a que se midiera el traje que usaría, parecía en verdad afectado. Tanto que el sastre que le estaba ajustando el traje lo notó.
— Papá, no puedo creer que estés así— le dije—. No es tu primera boda.
— Técnicamente sí lo es— dijo él—. Tú madre y yo nunca nos casamos en una iglesia con muchos invitados. Sólo fuimos tu mamá y yo. Ella ni siquiera estaba usando un vestido de novia. Mi padre estuvo ahí. Tú también, para ese entonces ya existías. Pero nadie más.
— Ahora estará toda la familia de Jill— dije—. Lo que incluye a la abuela que se ha dedicado a quejarse de básicamente todo.
— Es una mujer problemática— dijo George que apareció de la nada—. Tengo la teoría de que es un espectro del más allá que tomó forma de mujer.
— No deberías hablar así de tu madre— le dije—. Además, ¿No estabas ayudando a Evan con su traje?
— Me aburrí y lo abandoné— dijo él.
— Iré a buscarlo— dije.La tienda era grande. Estaba bastante vacía, posiblemente porque era temprano. Encontré a Evan en los vestidores. Tenía un traje azul puesto.
— ¿Eso es lo que vas a usar?— le pregunté.
— No, pero quise probármelo. Es el traje número seis que me pruebo— dijo.
— Con razón George se fue— dije.
— Es divertido— dijo él—. Deberías hacerlo tú también.
— Yo ya tengo lo que usaré— dije—. Desde hace mucho en realidad.
— Le quitas la diversión a las cosas— dijo él—. Ojalá Jimi estuviera aquí.
— Apuesto a que también te diría que no le hagas perder tiempo a los vendedores— dije.
— Sí pero ver su cara es mejor que ver la tuya— dijo.
— No me ofenderé por eso— dije—. Por cierto, ¿A dónde fue?
— A visitar a su abuelita— dijo Evan—. Yo quería ir pero la última vez que estuve ahí las enfermeras se enojaron porque organicé una carrera clandestina de abuelitos en silla de ruedas.
— Me sorprende que no te hayan echado por eso— dije.
— Querían pero Jimi me defendió. Y todos quieren mucho a Jimi ahí.
— Jimi es adorable— dije.
— Y es todo mío— dijo él feliz.
— Claro que no— dije.
— Tiene que ser así. Si no entonces me sentiría tonto— dijo él.
— ¿Por qué?— pregunté.
— Porque yo soy suyo— dijo él.Pareció de lo más normal al decirlo. Eso era lo que me sorprendía mucho porque en él y Jimi todo parecía muy natural... imposible que yo pudiera sentir algo así.
— Evan, debemos hablar— dije.
— ¿Vas a regañarme?— preguntó.
— No.
— ¿Podemos ir por helado?
— ¿Helado en invierno?— pregunté.
— Yo quiero.Minutos después, los dos estábamos sentados en el suelo al lado del auto de papá. Él y George aún no regresaban.
— ¿De qué querías hablar?— dijo él mientras comía su helado.
— Es... sobre cuando alguien te gusta— dije.Él me observó.
— ¿Por qué? ¿Te gusta alguien?— preguntó sorprendido.
— No... no lo sé— dije.
— ¡Oh por dios, puedes sentir amor! ¡No eres un robot!— dijo feliz.
— Dije que no sabía— dije molesto—. Si vas a seguir molestándome, ya no quiero hablar contigo.
— Por favor, tú siempre me molestas— dijo—. A mí y a los demás.George apareció solo con varias bolsas.
— ¿Qué hacen ahí?— dijo mientras abría la puerta del maletero y arrojaba las bolsas adentro.
— A Zac le gusta alguien— dijo Evan—. Así que lo estoy molestando.
— Yo me quiero unir— dijo él mientras se sentaba al lado de Evan—. A mí también me molesta así que es hora de la venganza.
— No los molesto tanto— dije.
— Claro que sí— dijeron ambos al mismo tiempo.
— Posiblemente no te das cuenta porque es algo que te sale muy natural— dijo Evan.
— No puedo evitarlo, los veo y me nacen unos instintos homicidas incontrolables— dije.
— Ahora temo por la integridad de la persona que te gusta— dijo George—. ¿Y bien? ¿Quién es? Pero sobre todo, ¿Tú le gustas? Y si es así, ¿Qué está mal con esa persona?
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Problemas de Pasillo
RomanceZac se siente traicionado. Jimi descubre que en realidad no sabe nada sobre Evan. Evan intenta impedir que su pasado no afecte su relación con Jimi. Laura se da cuenta de que no puede ignorar esos nuevos sentimientos. Will decide seguir adelante...