Problemas de Pasillo

32. El extraño diario de Zac

Miré a Laura, Lucille y Jason con ira.

— ¿Cómo demonios dejaron que huyeran?— les grité.
— Sólo quería que Evan hablara— dijo Lucille—. No pensé que Evan sería tan cobarde. O que Jimi lo seguiría.
— ¿Dónde creen que estén?— pregunté.
— No en casa de Evan o de Jimi— dijo Laura—. Ya fuimos ahí.
— ¿Los padres de Jimi saben que él desapareció?— pregunté.
— Jimi no desapareció— dijo Lucille—. Está con Evan.
— Bien— dije—, ¿Dónde está Evan?
— No tenemos ni idea— dijo Jason.
— ¡Es lo mismo!— dije.
— Deben andar por ahí— dijo Lucille—. Jimi está de nuestro lado, no dejará que Evan siga huyendo.
— No sé de qué huye Evan— dije—, pero sí estoy seguro de una cosa: si para las seis de la tarde Jimi no está en su casa, yo los mataré a ustedes.
— Zac, das miedo— dijo Laura.
— Qué bien, espero que así puedan ponerse a buscarlos— dije.
— Pero Evan no quiere que lo encontremos— dijo Lucille—. No creo que sea lo mejor ir a buscarlo.
— Sólo encuentren a Jimi— dije—. Me conformo con eso.

Estaba enojado. Me encontraba feliz en mi casa cuando Laura me llamó para preguntar si sabía algo sobre Jimi. Entonces me dijo que él huyó con Evan.

Fui a encontrarme con ella, Jason y Lucille.

— Ya aparecerán— dijo Lucille.
— ¿Por qué Evan quiere escapar?— pregunté.

Laura observó a Lucille, intercambiaron miradas.

— Hay que decirle, quizá él podría ayudarnos con Evan— dijo Laura.
— Bien— dijo ella.

Entonces me contaron la vida de Evan. Mientras más escuchaba, más lo entendía. Muchas cosas tenían sentido. Yo solía decir que tenía la peor suerte del mundo. Pero no si me comparaba con él.

— Entonces— dije—, ¿Sus padres son buenos?
— Lo son— dijo Lucille—. No es como si Evan los odiara sólo...
— No sabe cómo ser un hijo porque nunca lo ha sido antes— dije.
— Sigo sin entender por qué no quiere a sus padres— dijo Laura—. Yo estaría agradecida con ellos.
— Lo está— dije—. Pero hay cosas que no ha dejado atrás. Por eso le cuesta trabajo aceptarlos. Piensa que va a sustituir a su madre con ellos y le da miedo esa posibilidad.
— ¿Cómo sabes eso?— preguntó Laura.
— También soy un hijo adoptivo— dije—, claro, con la diferencia de que mi madre sigue viva y es una desgraciada. Pero entiendo que no es fácil entrar en confianza con personas que no deberían quererte pero que lo hacen. Al principio yo no entendía bien porqué merecía el amor de gente que no compartía mis lazos sanguíneos, pero lo entendí cuando recordaba todas aquellas veces en las que mostraron su amor.
— Entonces hay un grave problema ahí— dijo Lucille—. Evan a penas ha convivido con su familia. Ellos no querían presionarlo a que los aceptara así que le dieron espacio.
— La libertad puede ser mala— dije—. No demasiado en Evan. Aunque él se alejó de más.
— Y si a eso le agregamos las cosas que no ha superado, tenemos la combinación perfecta para el caos— dijo Lucille—. Siempre lo supe. Pero él no quería escucharme.
— Quizá escuche a Jimi— dijo Laura.
— O podría escucharnos a todos— dijo Jason—. Evan creé que puede manejar eso luego. En realidad sólo tiene miedo. Naturalmente lo tendría, no es fácil asimilar ciertas cosas. Pero debemos demostrarle que no tiene que sentirse así.
— Entonces hay que buscarlo— dijo Laura.

Estuve de acuerdo con eso. Evan era un tonto pero no era malo. Me sorprendía que con tantas cosas malas en su vida aún se mantuviera positivo y alegre. Era más valiente de lo que parecía. En retrospectiva, siempre había sido así pero yo no me había dado cuenta.

Laura llamó a Will. Me sentí incómodo sólo de escuchar su nombre. Pero al parecer no estaba con él. Tampoco con Alex, le quedaba muy lejos ir hasta allá.

— George tampoco los ha visto— dijo Lucille—. No sé en dónde podrían estar.

Me puse a pensar. Jimi ya sabía todo sobre Evan. No era bueno guardando secretos, así que posiblemente ya le había dicho todo. Entonces Evan se habría enojado con él por actuar a sus espaldas. Pero amaba a Jimi, lo dejaría pasar. Entonces Jimi trataría de que él no evadiera el tema porque seguramente querría ayudarlo. Pero, ¿Cómo?

— Lucille— dije—, tú también eres adoptada. ¿Qué es lo primero que hiciste cuando querías aceptar tu destino?
— Eh... ¿Llorar?
— Además de eso.
— Llorar mientras le agradecía a Virginia y Roberto que no me hayan dejado a la deriva— dijo ella.
— Antes de eso.
— Mmm... fui a visitar a mamá en el cementerio.
— ¿Por qué?— dije.

Ella me observó. Laura y Jason se miraron entre ellos.

— ¿Ya se dieron cuenta?— dije.
— Sí— dijo Laura—, la profesora aceptó su situación superando el hecho de que su madre ya no estaba con ella.
— Lo que significa que Evan debe hacer eso— dije.
— Y si Jimi es tan listo como pensamos, probablemente descubrió esto y está tratando de ayudarlo— dijo Jason.
— Quizá por eso no responde llamadas— dijo Laura.
— ¿En dónde están entonces?— preguntó Lucille.
— No lo sé— dije—, ¿Qué lugar es lo suficientemente solitario y grande además de tener pésima seguridad?

Laura y Jason se miraron entre ellos.

— Ya sé en dónde pueden estar— dijo Laura.
— ¿Dónde?— dije.
— La casa de Will— dijo Laura—. No hay nadie viviendo ahí desde hace poco. Jimi y Evan saben eso, lo sé porqué Will les dijo una vez que si querían privacidad podían ir cuando quisieran, la puerta trasera de su casa siempre está abierta.
— No sabía que Will ya no vivía ahí— dijo Lucille—. ¿En dónde vive ahora?
— Con sus padres— dijo Jason—. Pero trabaja en el mismo lugar.
— ¿Por qué ya no vive ahí?— pregunté.

Ella me observó. Después desvío su mirada al suelo.

— Quería estar con Alex— dijo al fin.
— Pero Alex pudo irse a vivir con él— dijo Lucille—. Sería más conveniente que conducir todos los días para llegar a su trabajo.
— Curiosamente conducir no es el peor problema que Will ha tenido que enfrentar últimamente— dijo Laura.
— No hablemos de eso ahora— le dijo Jason—. Debemos encontrar a Evan.
— Entonces hay que hacerlo— dijo Lucille—, suban a mi auto.

Miré a Laura, ¿Podía ser posible que su comentario fuera sobre lo que había pasado entre Will y yo? Se suponía que nadie sabía... pero por un momento sentí que esas palabras iban dirigidas para mí.