Navidad estaba cerca y todos parecían haber sido contagiados por el virus de las festividades. Todos menos yo y tal vez Laura, que lucía muy triste últimamente. En mi egoísmo (cada vez más latente desde que vi a Will), me agradaba no ser el único que estuviera de malas. Así que Laura y yo íbamos a acostarnos sobre el cesped del jardín en donde nos reuníamos, para mirar el cielo y sentir que nuestros problemas no eran tan grandes. También para quejarnos.
— Zac, mi vestido de dama me hace ver gorda— dijo ella.
— Las mujeres siempre piensan que todo las hace ver gordas— dije.
— Pues es cierto.
— Lo sé, Jill ahora creé que su vestido además de ser simple también la hace ver gorda. Sí, ella, cuyo índice de grasa corporal debe ser cero.
— Su vestido es precioso— dijo ella—. Yo quiero uno igual pero nunca voy a casarme.
— ¿Cómo sabes eso?
— Porque el sujeto que me gustaba ahora está saliendo con “Susy”— dijo ella en tono burlón.
— ¿Quién le pone a su hija de nombre “Susy”?— dije.
— No lo sé. ¿Quién le pone a su hijo de nombre “Zachary”?
— Alguien ebria, amargada, con depresión, con tendencias autodestructivas, promiscua y sin metas en la vida. Es decir, mi mamá.
— ¿Dónde crees que esté ahora?
— En un bar de mal muerte, durmiendo en el suelo en medio de un mar de alcohol y pandilleros ebrios.
— Eso suena mal— dijo ella.
— Pero me hace sentir mejor. Mi vida parece menos miserable en comparación. ¿No te sientes mejor ahora?
— Bastante. Sí, mucho mejor— dijo ella sorprendida.
— Es la única ventaja de tener una madre como la mía. Nunca se puede estar peor que ella.
— ¿No es triste que para sentirnos mejor tengamos que compararnos con alguien peor que nosotros?
— Laura, no arruines el momento— dije.Jason llegó.
— ¿Qué hacen aquí?— preguntó.
— Nos dejamos llevar por el mar de la depresión— dijo Laura.
— ¿Y qué pasó ahora?— preguntó.
— Nuestra vida apesta— dije.
— Sí, eso— dijo Laura.
— ¿Quieren hablarlo?— preguntó.
— No, hoy sólo quiero sentirme miserable— dijo Laura.
— Yo también— dije.
— Bien. Entonces los dejaré deprimirse en paz.Se fue. Nos quedamos un rato en silencio. Evan y Jimi llegaron a nosotros.
— ¿A qué juegan?— preguntó Evan.
— A lamentarnos por todas las desiciones que hemos tomado en nuestras vidas— dije.
— No creo haber jugado a eso de niño— dijo Evan.
— Es un juego para adultos— dije.
— No suena divertido— dijo Jimi.
— No lo es— es dijo Laura.
— Pues qué bueno que no te gusta porque tienes que irte— dijo Jimi—. Un profesor te busca.
— ¿A mí? ¿Para qué?— dijo ella.
— Es algo sobre tus calificaciones— dijo Jimi.
— Entonces vuelvo en un rato— dijo ella.Salió corriendo luego de que Jimi le indicara a dónde debía irse.
Él y Evan se acostaron a mi lado.— Laura se ve triste últimamente— dije—. Deben decirme porqué.
— Nosotros no lo sabemos— dijo Evan.
— Claro que sí, la otra vez tenían miradas sospechosas cuando hablamos de eso— dije.
— Eran miradas normales— dijo Evan.
— No, eran sospechosas. No pueden engañarme— dije.
— La próxima vez usaremos parches de pirata— se quejó Evan.
— Pero hoy no— dije—. Así que cuéntenme o les irá mal.
— ¿Qué tan mal?— preguntó Jimi.
— Soy presidente del consejo estudiantil— dije—. Podría decirle cualquier cosa sobre ustedes y me creerían.
— Siempre supe que llegaría el día en el que abusarías de tu poder— dijo Evan—. Como un dictador.
— Hablen o sufran de mi dictadura incuestionable e inevitable— dije.Ellos se observaron.
— Bueno, lo ibas a descubrir en algún momento, sobre todo si las cosas salen bien— dijo Evan—. Jimi y yo creemos que Laura siente algo por Will.
— Yo también lo creía hace tiempo y no era verdad— dije.
— Entonces las cosas cambiaron— dijo Evan—. Porque la escuchamos.
— ¿Qué escucharon?— dije.
— A Laura— dijo Jimi—. Estaba con Will. No debíamos escuchar nada pero por error entramos de imprevisto. Entonces creo que ellos estaban discutiendo o algo parecido porque Laura le dijo que lo quería mucho y la situación no parecía agradable. Pero creemos que ahora que Will sabe los sentimientos de Laura, podrían ser felices juntos.No me creía lo que escuchaba. Laura ya me había jurado una vez que Will no le gustaba de esa forma. Pero ellos dos la habían escuchado.
— ¿Ella dijo exactamente que quería a Will?— pregunté.
— Sí. Esas fueron sus palabras— dijo Evan.Me sentí abrumado al momento pero luego pude pensar mejor. Ya habían pasado meses desde la boda de Lucille. Yo había perdido contacto con Will pero Laura no. Sonaba lógico que por la cercanía de ambos y lo extrañamente compatibles que eran, desarrollaran sentimientos.
— Es genial— dijo Jimi, sacándome de mis pensamientos—. Porque ellos se ven muy bien juntos y merecen ser felices.
— Podríamos tener citas dobles— dijo Evan—. Y ser padrinos cuando se casen. Y ser padrinos de sus hijos.
— ¿Laura y Will tendrían bebés?— preguntó Jimi.
— ¡Serían bebés adorables!— dijo Evan.
— Tranquilos, todo lo que saben es que a Laura le gusta Will, no empiecen a entusiasmarse demasiado— dije.
— Demasiado tarde, ya me entusiasmé— dijo Jimi.
— Pero podría ser algo pasajero— dije—. Podría no ser nada.
— Zac, no seas pesimista— dijo Evan—. Ellos son nuestros amigos, sería maravilloso que dos personas que nos agradan tanto salgan juntas.
— Claro pero... podría no pasar.
— ¿Por?— preguntó Jimi.
— Zac, sé que Will y tú tienen problemas pero aún así deberías de desearle la felicidad— dijo Evan.
— Se la deseo— dije—. Pero por alguna razón creo que él y Laura no serían felices.
— ¿Por qué no? Son casi iguales— dijo Jimi.
— Sí pero eso no significa nada— dije.
— Suena a que no te agrada la idea de que ellos dos estén juntos— dijo Evan.Me levanté.
— No es eso— dije.
Me fui. No iba a quedarme ahí. Todo era muy confuso.
Me sentía cansado así que fui al lugar que ya se estaba volviendo mi sitio favorito: la enfermería.
Entré. Fui directo a la cama y me acosté. Lucille no estaba pero llegó luego de un rato.— Jason me dijo que estabas lamentándote en el césped— me dijo ella.
— Es mejor lamentarse aquí— dije—. Sirve como práctica para cuando sea anciano y esté al borde de la muerte en un hospital.
— ¿Así es como imaginas tus últimos días?— me preguntó.
— Soy realista y es posible que así suceda.
— Pues no eres realista con las cosas con las que sí deberías serlo— dijo.
— ¿Por ejemplo?
— Con Laura. Hablemos de Laura.
— El día de hoy todos quieren hablar de Laura— dije.
— Es que me he quedado pensado en algo que me contaste y... creo que tengo muchas dudas al respecto.A Lucille le había contado todo en lo referente a Will. Hasta mis peleas con Laura. Si ella iba a ayudarme, era conveniente que supiera todo.
— Sospecho que no va a gustarme pero aún así quiero saber qué dudas tienes— dije.
— Tú me contaste que Laura esperaba que tú correspondieras los sentimientos de Will, lo que significa que ella lo sabía antes de que tú lo supieras, ¿No?
— Ella y Will son amigos, confían mucho entre sí— dije—. Él pudo decirle. Jason también lo sabía.
— Pero ella esperaba que tú en verdad sintieras lo mismo que Will. Por eso se molestó.
— También Jason se molestó. Bueno, no, en realidad nunca supe qué esperaba él que pasara.
— Pero ellos dos son muy listos— dijo ella—. ¿Por qué alentarían a Will a hacer algo que lo lastimaría? Es decir, supongo que tanto Laura como Jason sabían que Will te diría sus sentimientos.
ESTÁS LEYENDO
Problemas de Pasillo
RomanceZac se siente traicionado. Jimi descubre que en realidad no sabe nada sobre Evan. Evan intenta impedir que su pasado no afecte su relación con Jimi. Laura se da cuenta de que no puede ignorar esos nuevos sentimientos. Will decide seguir adelante...