174. El extraño diario de Zac (y el subterráneo)

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— Suena a una conversación incómoda— le dije a Lucille.
— ¿Te sientes incómodo?— me preguntó.
— Un poco— dije.
— Zac, lo lamento pero creo que debemos hablar de esto— dijo ella—. De otra forma no podrás armarte una opinión por ti mismo. Es decir, quizá Jason y yo pensamos algo pero eso no significará nada si estás seguro de lo que sientes. No deberías pensar cosas sólo porque nosotros lo creemos. No somos perfectos. Aquí tú eres el que tiene la última palabra.
— Pero tú creías que me gustaba Will— dije.
— Sí y honestamente me agrada la idea— dijo ella—. Me refiero a que los observaba a ambos y todo parecía tan natural, tan balanceado... es decir, creo que Will podría hacerte muy feliz y tú a él.

Eso había sido muy abrumador. Ella se dio cuenta.

— Pero lo que yo pienso no importa ahora— dijo—. Quiero saber qué piensas. ¿Qué crees que pasa cuando dos personas se gustan?

Lo pensé un poco.

— Eh... no lo sé, esto es complicado— dije.
— Vamos, esfuérzate— dijo—. Piensa en las parejas que conoces.
— Pues... creo que cuando dos personas se gustan se vuelven torpes— dije—. Evan pierde la cabeza cuando está con Jimi. Y George te mira como si quisiera comerte.

Ella me observó.

— Bueno, cuando te gusta alguien quieres tocarlo— dijo ella.

Llegó a mi mente todas esas veces en las que abracé a Will y cuando él tomó mis manos. Empecé a asustarme. ¿Y si esa era una pista? ¿Y si ellos tenían razón? ¿Qué debía hacer yo?

— ¿Ambos quieren tocarse?— pregunté agobiado.
— Sería raro que no— dijo ella.

Pensé un poco lo que debía decir. Era vergonzoso pero quería ser sincero. Así que miré mis zapatos y traté de ser honesto.

— Will tomaba mis manos— dije con pena—. No me daba cuenta la mayoría de las veces pero me agradaba. Aunque recuerdo que sentía que me quemaba. De repente hacía mucho calor... pero no me alejaba. Me gustaba estar con él. Sus manos eran suaves y siempre estaban tibias... realmente casi siempre que él estaba cerca sentía que respirar era difícil y no podía dejar de mirarlo... pero no era como cuando Evan y Jimi están juntos. Porque ellos se ven completamente tranquilos y cuando yo estaba con Will, sólo nosotros, sentía que el corazón iba a matarme por tanto golpear mi pecho con fuerza... entonces no sé cómo puede ser eso una señal de que me gusta Will porque... dolía. Mucho. De alguna manera me ponía triste.

Levanté la mirada. La observé. Ella parecía sorprendida. Se sentó al lado de la cama.

— El amor puede doler— dijo ella—. Quizá Evan y Jimi parecen felices pero es porque saben que se tienen el uno al otro. Y tú y Will no saben nada. Están separados.
— ¿Qué significa eso?— pregunté.
— ¿Aún te duele cuando lo ves?
— Más que nunca— dije, recordé lo que pasó la última vez.
— Pues ustedes están muy lejos— dijo ella—. Las distancias siempre duelen. Como si te mataran lentamente.

La observé. Recordé la última vez que lo vi.

— Realmente no importa— dije un poco decepcionado.
— ¿Por qué?— preguntó.
— Las cosas son diferentes ahora. Él está muy lejos de mí y... sé que ya no puede volver. Ya todo está perdido.

Decir eso último me había costado mucho trabajo. Pero ya lo había aceptado. No era lo único, para ese instante de mi vida estaba aceptando muchas cosas.

— Odio pensar eso— dije—. La verdad es que no quiero aceptar que lo perdí.
— No lo has perdido— dijo ella—. Está ahí, estoy segura. Espera por ti. Pero no puedes ir con tus sentimientos a medias.
— Él no se merece eso— dije.
— Tú tampoco— dijo ella—. Mereces saber qué sientes. Sea lo que sea. Y yo te prometo una cosa: te ayudaré sin importar qué es lo que decidas. Si al final resulta que quieres a Will como amigo, recuperarás su amistad.
— ¿Y si no?— dije asustado.
— También estaré para ti. No debes asustarte. Sé que es complicado y que en veces el miedo hace que te paralices y pienses que es mejor no hacer nada. Pero te prometo que es más fácil de lo que parece. Está bien lo que decidas y no te sientas presionado. Depende de ti.
— ¿Qué debo hacer?— dije.
— Sólo recuerda— dijo ella—. Trata de hacerlo. Si sabes qué sentías cuando estabas con él antes, podrás tomar una desición. Te ayudaré a diferenciar un poco lo que pasa. Te pondré un ejemplo. Will es mi amigo. Lo quiero mucho. Pero jamás sentí que mi corazón se aceleraba cuando estaba cerca de mí. Tampoco quise besarlo. Cosa que sí pasó con George. Por eso me casé con él. ¿Entiendes?
— Eso creo— dije.
— Creo que debo ser más específica— dijo ella—. Por ejemplo, una vez cuando éramos universitarios, Will debió ir a comprar unas cosas. Tomó el subterráneo y se quedó dormido ahí. Despertó muy lejos y cuando al fin regresó descubrió que olvidó lo que fue a comprar en algún lugar. Todos se molestaron con él.
— Si ya saben cómo es no sé porqué lo enviaron a él— dije.
— ¿Te pasó algo así alguna vez?— me preguntó.
— Muchas veces— dije—. Cuando estaba con él terminaba resbalándose con algo, tirando por error lo que estaba a su alcance, confundiendo cosas y olvidando otras.
— ¿Te molestaba eso?
— No, nunca lo hacía intencionalmente— dije—. Además, me reí mucho viendo su torpeza.
— Ahí está el punto a donde quería llegar— dijo ella—. A nosotros nos molestaba pero a ti gusta, ¿No?
— Era divertido— dije—. Admitan que es gracioso.
— No cuando olvida algo que necesitas— dijo ella—. Esa vez en la universidad debía comprarme un libro y lo olvidó en el subterráneo. No fue divertido.
— Claro que sí— dije—. Ojalá hubiera visto tu cara. Seguramente te veías miserable.
— Madie tomó una foto— dijo ella—. Pero a lo que me refiero ahora es que a ti la torpeza de Will no te molesta. Y eso que es un defecto.
— Pero es un defecto bueno— dije—. Puede solucionarse fácilmente. Aunque honestamente no me imagino a Will sin eso. Es... adorable de alguna forma.
— Por eso— dijo ella—. Te gustan sus defectos. Significa que básicamente te gusta todo de él, ¿No?

Lo pensé.

— Pues siempre pensé que Will es la persona más perfecta que conozco— dije.
— No lo es— dijo ella—. Nadie es perfecto para todos. Pero a ti te parece que sí porque no hay nada que no te guste de él. Es obvio porqué.

La observé.

— ¿Por qué?— pregunté.
— Él es perfecto para ti— dijo ella—. Y estoy segura de que él piensa que tú eres perfecto.
— ¿Bromeas?— dije—, él me conoce mejor que nadie. Sabe todas las cosas malas que he hecho.
— Y aún así te dijo que te quería— dijo ella.

La observé. Me quedé sin palabras. Lo pensé un poco.

— En verdad dijo eso, ¿No?— admití.
— Sí— dijo ella—. En verdad lo dijo.

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Nota irrelevante (o no) de la autora: Wattpad borró esta historia (luché mucho para recuperarla) y por eso ha pasado mucho desde que subí capítulo. Pero trataré de ser más constante con próximos capítulos. En verdad deseo que lean lo que se viene, estoy muy orgullosa de eso. Quiero agradecer a @AndyLynn13 porque iba a ayudarme a recuperar los capítulos que ya había publicado. Ya no fue necesario pero es agradable saber que existía alguien que quería ayudarme a recuperar esto que significa mucho para mí.

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